Cerveza Hatuey
El indio de la cerveza
En 1948, umbral de la era Prío Socarrás, el pintor Raúl Gutiérrez Serrano, luego de haber presidido la Agrupación de Pintores y Escultores de Cuba, funda una agencia de publicidad con nombre y siglas de otra época, sombriamente futuristas: Organización Técnica Publicitaria Latino Americana (OTPLA). Esta oficina publicitaria, que reuniría en el transcurso de una década a un grupo de artistas que trascendieron por su experimentación en el diseño o por su obra pictórica (Luis Martínez Pedro, Raúl Martínez, Rafael Morante, entre otros) fue la encargada, ya en la década de los cincuenta, del rediseño de la identidad de la cerveza Hatuey, producida por Bacardí y Compañía.
Lanzada como marca en 1927 para competir con La Tropical, Hatuey había mantenido durante todos esos años etiquetas y envases con un estilo muy conservador, casi del siglo XIX, con pinta de lata de aceite de oliva o de baraja española de Heraclio Fournier.
La imagen del legendario Hatuey, Cacique de Guajabá, símbolo de la primera rebeldía en Baracoa, del vínculo caribeño (venía de La Espanola) y de la más preciada sustancia bajo el sol de cualquier mediodía de la isla, necesitaba un urgente makeover mercadotécnico y visual.
El director artístico de OTPLA, Luis Martínez Pedro, futuro creador de la serie “Aguas Territoriales” en los sesenta, escogió la estilizada cabeza del líder indígena rostizado que su amiga, la escultora Rita Longa, había emplazado el 1ro de abril de 1953 (como donación de José Bosch a la logia masónica local) en el Parque de la Independencia de la calle Maceo, en Baracoa.
El resultado, la nueva identidad de la cerveza Hatuey, es una muestra del alto nivel estético y comunicacional que OTPLA (donde también trabajaron como redactores Abelardo Estorino y Raúl Roa Kouri, ademas de fotógrafos como Alberto Díaz “Korda”) ofreció a Bacardí en sus campañas publicitarias, evidente también en la excelente revista Bacardí Gráfico, que aún hoy asombra con sus avanzadas propuestas en cuanto a tipografía, layout e ilustración.
Después de la hecatombe de 1959, Bacardí se expande por el mundo mientras que la industria cervecera cubana, ahora con nuevo dueño, mantiene la producción de Hatuey, aunque por largo tiempo desaparecen marcas y etiquetas. El logo y el símbolo originales han sufrido variaciones a través de los años y de las diferentes geografías. Pero se ha mantenido, en general, el espíritu original que ejemplifica la curiosa conjunción de la obra de una gran escultora y su aplicación en un producto de consumo masi
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