Tuesday, August 4, 2009
Veranos en Madrid Historia del Abanico Enrique Montano Montesinos 1989 - 2009
Dedico esto a mi amigo
Enrique Montano Montesino
que cometio suicidio en Madrid
un dia de agosto del 1989
1989 - 2009
MANGO DEL ABANICO EN LOS LABIOS=
BESAME
ABANICARSE RAPIDAMENTE=
ESTOY COMPROMETIDA
PASAR EL ABANICO POR LA MEJILLA=
TE AMO
PASAR EL ABANICO POR LOS OJOS=
LO SIENTO
APARTAR EL CABELLO DE LA FRENTE CON EL ABANICO=
NO ME OLVIDES
LLEVAR EL ABANICO CON LA MANO IZQUIERDA=
DESEO CONOCERTE
ABRIRLO DESPACIO=
ESPERAME
ABRIRLO Y CERRARLO=
ERES CRUEL
APOYARLO SOBRE LA MEJILLA DERECHA=
SI
APOLLARLO SOBRE LA MEJILLA IZQUIERDA=
NO
ABRIRLO Y TAPARSE LA BOCA=
ESTOY SOLA
ABANICARSE LENTAMENTE=
ESTOY CASADA.
El lenguaje del abanico
10-01-2007: ¿Existe manera más original y elegante de seducción que el coqueteo de una dama con un abanico?
Pues parece que hoy, aunque su uso es minoritario, sigue dando resultados. Así que ánimo y a combatir el calor del verano con abanico en mano, pero eso sí, con mucho cuidado porque según se abanique estará transmitiendo uno u otro mensaje, pero todos con un fin seductor.
Tanto es así que, desde que las damas del siglo XIX y principios del XX eran acompañadas por su madre o señorita de compañía para velar por su buen comportamiento, el abanico se convirtió en un instrumento de comunicación de la dama para con el caballero. Por eso se explica que, en tiempos de Luis XV, rey de Francia, la etiqueta prohibía a las damas de la corte abrir sus abanicos en presencia de la reina, a no ser que lo utilizaran como bandeja para ofrecerle algún presente.
Pero no sólo en Francia existían normas sobre el abanico. Hasta 1939, en la Corte de Inglaterra, fue obligatorio para las damas su uso en recepciones y actos oficiales.
En España, este lenguaje tan particular aparece a finales del siglo XVII y principios del XVIII, convirtiéndose en el más fiel aliado de coqueteo de las mujeres españolas. Así, se entiende el nerviosismo del caballero al ver a una dama con el abanico cerrado en la mejilla, pues le estaba diciendo que le gustaba mucho, o nervioso también, pero de diferente manera, si la dama golpeaba el abanico con la palma de la mano, pues indicaba que la señorita de compañía estaba rondando cerca de ellos, y adiós coqueteo.
Parece que hoy ha desaparecido esta tradición, pero nunca se sabe si quedan resquicios de ésta.
Así que, caballeros del siglo XXI, atención si una mujer sostiene unos instantes un abanico entre la diestra, cerrado, puede que les esté diciendo que no tiene novio y está ansiosa por encontrarlo. Pero más cuidado aún si la seña se hace con la izquierda: está comprometida y fuera de juego.
El lenguaje de los abanicos
Yachay
De plumas, de bambú, de encajes, de marfil... y de otros muchos tipos pueden ser los abanicos que desde tiempos remotos han utilizado mujeres y hombres.
El abanico ha obtenido tanta importancia en países como España que ha pasado a formar parte de su cultura e indumentaria. Y, es que, estos útiles instrumentos no sólo sirven para refrescarse en los días más calurosos... también tienen su propio lenguaje. Un curioso código que, como no, podrás conocer y aprender en la WWW.
El abanico es un instrumento que, quizá, hoy esté ligeramente fuera de época. Fue utilizado por primera vez en Egipto donde los esclavos movían grandes abanicos de plumas para proporcionar aire a su faraón. Más tarde, en China, se usaban como pequeño elemento personal que además de refrescar servía como elemento decorativo y de complicidad amorosa. En el siglo VII después de Cristo se inventa, en Japón, el abanico plegable al que se consideraba un elemento ritual. Años después pasó a Europa y arraigó su uso en España. El arte del abanico es el arte del movimiento y cada movimiento ha ido constituyendo su propio significado.
Hoy en día podemos hablar del lenguaje de los abanicos, un lenguaje que se transmite de generación en generación y que no es fácil de conocer. Las mujeres se comunicaban con sus enamorados mediante un código secreto que existía en cada movimiento del abanico. Así, si la mujer escondía los ojos detrás del abanico estaba diciendo a su amado que lo quería; si lo colocaba en la mejilla izquierda quería decir "no" y si lo colocaba en la derecha su respuesta era positiva.
La WWW da a conocer este lenguaje y sus trucos y, para ello, pone a disposición de los internautas una serie de enlaces relacionados con el tema. En Funversion te ofrecemos algunos de los lugares donde podrás conocer este arte que, según el viajero francés Teophile Gautier, "las españolas realizan a la perfección: lo abren, lo cierran o lo envuelven entre sus dedos con tal viveza y tan ligeramente que un prestidigitador no podría igualar".
Contemporáneo, de doble cara, con encajes, de bambú o de marfil… el abanico se ha utilizado y se utiliza como instrumento refrescante, muy útil en los días calurosos. Aunque muchos no lo crean, el abanico sigue estando de moda.
Su origen es incierto, en tiempos de griegos y romanos hay escritos donde queda reflejada su existencia, y en China su existencia era también milenaria. En España existen fragmentos de cerámica ibérica procedentes de Liria (Valencia) donde se observa una figura femenina abanicándose. Pero es en el siglo XIV donde encontramos las primeras referencias al abanico, en la Crónica de Pedro IV de Aragón. Dos siglos después, a mediados del siglo XVI, se introduce el abanico plegable, y con él la creación artesana florece, surgiendo la Real Fábrica de Abanicos en Valencia, que permitió que se abaratase el producto. Más adelante, la artesanía abaniquera se enriquecerá con reproducciones de escenas románticas, taurinas y costumbres valencianas.
El abanico, además de constituir un elemento indispensable de la indumentaria del siglo XVII, se convierte en auténtico instrumento de comunicación en una época en la que las mujeres tenían muy limitada su libertad de expresión.
Cuando las damas del siglo XIX y principios del XX iban a los bailes, eran acompañadas por su madre o por señoritas de compañía, que velaban por su comportamiento y eran muy estrictas en el desempeño de su labor, por lo que las jóvenes tuvieron que inventar un medio discreto para poder comunicarse con sus pretendientes.
Su arte es muy característico y dentro de lo que se ha denominado “el lenguaje del abanico“, cada movimiento tiene un significado muy concreto. Este lenguaje, desconocido para muchos, respondió a una necesidad de las mujeres de comunicarse con sus enamorados que, sin duda, dominaban perfectamente este código secreto.
Totalmente perdido en nuestros tiempos como medio de comunicación, el rico lenguaje del abanico tuvo un importante papel en la relaciones humanas y más concretamente en el flirteo entre mujeres y hombres. Aunque dentro de este lenguaje había diferentes modalidades, la regla común era la colocación del abanico en cuatro direcciones, con cinco posiciones distintas en cada una de ellas. Con este sistema se iban representando las letras del alfabeto.
Igualmente, dependiendo del gesto que se realizara con el abanico, el significado cambiaba radicalmente. Así, sostener el abanico con la mano derecha delante del rostro quería decir “sígame”; moverlo con la mano izquierda, “nos observan”; cambiarlo a la mano derecha, “eres un osado”; dejarlo deslizar sobre la mejilla “te quiero”; abanicarse despacio, “estoy casada”; abanicarse deprisa, “estoy prometida”, o apoyar el abanico en los labios “bésame con pasión”. Son unos pocos ejemplos de todo lo que se podía expresar con el abanico.
Es una costumbre que en un tiempo fue precisa para el propio desahogo de la mujer y que hoy ha perdido todo su sentido, lenguaje peculiar que ha desaparecido, cayendo en desuso : si alguien ve, hoy en día, a una señorita con su abanico tirado en el suelo, lo que en un día significó “te pertenezco”, que no se haga ilusiones, porque simplemente su dueña habrá tropezado y se le habrá caído al suelo.
Ángela C. González Varona
Aprovechamos la ocasión para comunicar que en la próxima EuroFeria ‘08 se ofrecerán abanicos a los asistentes con un plano detallado de la ubicación de todas las casetas.
Abanico
Para otros usos de este término, véase Abanico (desambiguación).
Un abanico plegado y otro abierto.
Un abanico (en japonés 扇子, sensu) es un instrumento y un complemento de moda que fue inventado y fabricado para que de forma manual pudiese mover aire y facilitar la refrigeración cuando se está en un ambiente caluroso, principalmente si es un local cerrado donde no haya corriente natural de aire.
El abanico se originó en Japón. Su funcionamiento es muy sencillo, sólo basta agitar armónicamente el brazo que lo sustenta con más o menos intensidad; sin embargo su fabricación es delicada ya que se le incorporan ribetes artísticos y materiales de calidad.
El abanico consta de dos partes:
Baraja: Base rígida y plegable del abanico.
País: Tela que va adherida a la baraja. Los abanicos que no tienen país se denominan de baraja o simplemente barajas.
Contenido [ocultar]
1 Funcionamiento
2 Evolución del abanico
3 Historia
4 Véase también
5 Enlaces externos
Funcionamiento [editar]
Cuando hace calor, el sudor se adhiere a la piel y forma una película de aire húmedo que impide la transpiración. El abanico, al igual que el ventilador, remueve el aire y retira la película, así el sudor puede evaporarse y nos podemos refrescar.
Evolución del abanico [editar]
Protegerse del calor siempre ha sido un deseo de toda la gente, sin embargo el abanico es un instrumento usado básicamente por mujeres adultas.
El uso del abanico ha decaído bastante; sin embargo, todavía es un instrumento que tienen muchas mujeres. Hoy en día, las mujeres jóvenes cada vez los usan más. Asimismo, hay líneas para hombres.
Historia [editar]
Dama con abanico, obra de Velázquez
La umbela o quitasol y el flabélum o abanico alto vienen de remota antigüedad egipcia y asiática como se manifiesta en los relieves y pinturas por lo menos desde la dinastía XIX en Egipto. Pero sólo tenían lugar en los servicios y ceremonias palaciegas. La civilización griega adoptó el abanico en el uso doméstico desde el siglo V antes de Cristo y de los griegos imitaron la costumbre los etruscos y romanos la cual fue siguiendo durante la Edad Media tanto en el uso civil como en algunas civilizaciones religiosas. Se hacía el abanico de formas muy diferentes y con material muy variado, predominando la tela y la pluma.
El abanico plegable fue inventado por un chino en el siglo VII inspirándose en el mecanismo del ala de un murciélago. En Europa se conoce desde finales del siglo XV a donde fue traído desde China y Japón por los portugueses que habían abierto rutas comerciales hacia Oriente. No debió ser difícil de copiar pues enseguida se popularizó extendiéndose por toda Europa, en un primer momento para damas de clase alta y luego para todas las capas de la sociedad. En el siglo XVII llegó a tener la forma que tiene ahora desplegándose en él durante los últimos siglos los caprichos de la moda y la inventiva de los miniaturistas introduciendo calados, relieves, incrustaciones y materiales preciosos. El costumbrismo es un motivo habitual en el diseño del ‘país’ en donde, sin embargo, tienen cabida todo tipo de imágenes.
En el siglo XVIII se instaló en España el artesano francés Eugenio Prost bajo la protección del conde de Floridablanca convirtiendo a España en uno de los principales productores del mundo rivalizando con franceses e italianos. Ese mismo siglo se crea el Gremio de Abaniqueros y a principios del siglo XIX se funda la Real Fábrica de Abanicos. En un principio, el abanico fue de uso tanto del género femenino como masculino, llevando los hombres pequeños ejemplares en el bolsillo. Sin embargo, su utilización se vuelve exclusiva de las damas a principios del siglo XX llegando hasta nuestros días. Al parecer estas llegaron a ser tan diestras en el uso de este artefacto que llegaron a inventar todo un "lenguaje del abanico" consistente en que según la posición en la que se situaba o el modo en como se le agarraba se estaba transmitiendo un tipo de mensaje u otro. Hoy en día, se encuentra en Cádiz la única escuela-taller de abanicos del mundo. Pero todo el material, artesanos y artistas están situados en los alrededores de Aldaya, ciudad situada al lado de Valencia. Es aquí donde se exporta a todo el mundo.
Véase también [editar]
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