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Salsa de la gorda
El Gran Combo encabezó un programa en el que destacaron Junior González e Ismael Miranda
Antonio Mejías-Rentas | 2009-08-24 | La Opinión
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Hubo un desfile de grandes soneros la noche del sábado en el Teatro Griego, ninguno de ellos con el nombre de Willy Chirino. El músico cubano ocupó un lugar demasiado prominente en el Festival de Salsa que, aun a pesar de su presencia, fue un delicioso tributo al género, con algunos de sus mejores intérpretes boricuas.
Chirino —mejor conocido por su activismo anti Castrista que por su música— no es un salsero por más que lo diga. Su música es una extraña fusión de son cubano con pop-rock que algunos han llamado el sonido Miami, del cual no es el mejor intérprete. Buen músico y compositor no obstante, Chirino nunca ha sido un vocalista privilegiado y el sábado sonó cansado, se vio tieso y apenas se le entendía lo que cantaba.
Respaldado por una orquesta joven ("todos cubanos", enfatizó) de nueve elementos (incluyendo a una corista que cantaba y bailaba casi tan mal como él) Chirino ocupó casi una hora del show con sus temas estándares como Soy y Medias negras. Lo más patético fue su Cuba que lindos son tus paisajes, un clásico que alguna vez tuvo la fortuna de grabar con Celia Cruz y que interpretó acompañándose de un viejísimo video de la desaparecida Reina de la Salsa.
Repetidas imágenes de Cuba se vieron durante toda la actuación, especialmente en el tema final, acompañado de un video anti Castrista.
Afortunadamente Chirino fue un receso entre el primer y tercer acto de la noche, que comenzó con una orquesta local (que aparentemente tuvo poco ensayo) acompañando a dos de los grandes vocalistas de la salsa gorda de los ‘70s, impresionántemente vigentes en la llamada "tercera edad". (Lo que sí tuvo en común Chirino con el resto de los vocalistas de la noche es la veteranía: la edad promedio de los cantantes en la tarima del Greek rondaba en los 60.)
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de una tiñosa las dos alas
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