Thursday, August 6, 2009
Sucesos en el Malecon Habanero 1994 - 2009
En la medida que ha transcurrido este medio siglo de terror, los mecanismos de represión se han ido perfeccionando y sus métodos de control se hacen cada día más efectivos. Sin embargo, su contraparte, demuestra un profundo estancamiento y no acaba de dar muestras de avance en ningún aspecto, no evoluciona y trata de mantener el mismo discurso. Excluyendo a muy pocos personajes involucrados en este campo, y que por supuesto, han sido los receptores de todo el peso de esos mecanismos de represión. Una parte de esa “disidencia u oposición” tan cacareada y difundida por los órganos de prensa del exilio cubano, resume su campo de acción a eventos que solo pretenden llamar la atención sobre sus líderes, mientras por otra parte, se olvida a todo un ejército de valientes hombres y mujeres que se pudren en las cárceles. De una manera inteligente e intencional, el propio gobierno se encarga de establecer límites y diferencias sobre esos hombres y mujeres que una vez decidieron cargar consigo el asta de una bandera que, no todos están aptos para transportar por el campo de batalla.
Medio siglo de batallas intestinas, discordias, celos abrumadores, excesos de protagonismos, envidias, y por encima de todos esos males, medio siglo de atrincheramientos sin sacar esas banderas a la calle. Obligan a mirarlos con aires de desconfianza, las batallas no pueden dirigirse desde la sala de la casa mientras el pueblo espera impaciente. No soy la persona indicada para establecer pautas, ni líneas de conducta en ninguno de los movimientos existentes en la isla, tampoco pretendo hacerlo. Lo que si debe quedar muy claro es la existencia de mi derecho a opinar, y eso es lo que hago en estos momentos.
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