Sunday, August 9, 2009
Jose Pardo Llada
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Posted on Saturday, 08.08.09
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Falleció José Pardo Llada
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BY WILFREDO CANCIO ISLA
WCANCIO@ELNUEVOHERALD.COM
El veterano periodista, político y diplomático José Pardo Llada, el más influyente comentarista radial de la Cuba republicana, falleció en la mañana del viernes en un hospital de la ciudad colombiana de Cali por complicaciones derivadas de una úlcera estomacal. Tenía 86 años.
"Fue un hombre que hizo feliz a mucha gente, con un gran espíritu de lucha y un corazón en el que cabían dos países enteros'', dijo el viernes su hija, la periodista Bernadette Pardo, comentarista de la emisora WQBA-1140 AM. "Disfrutó mucho la vida, lleno de amor y risa, y tenía un gran sentido de la historia''.
El deceso de Pardo Llada se produjo a las 9 a.m. en la Clínica Sebastián de Belalcázar tras complicarse sus padecimientos digestivos con una neumonía y problemas renales. Según dijeron sus familiares, su situación se deterioró sensiblemente desde la tarde del jueves, cuando cumplía su quinto día de hospitalización en estado de coma.
Con su muerte desaparece una leyenda de la radio y la política cubanas del siglo XX, y una personalidad cívica que deja también sus huellas en la historia colombiana contemporánea.
Bernadette viajó el lunes a Colombia y pudo estar junto al padre hasta sus últimos momentos de vida. Pardo Llada había realizado una reciente visita familiar a Miami, donde celebró su cumpleaños.
Nacido en 1923 en la ciudad de Sagua la Grande, antigua provincia de Las Villas, Pardo Llada cursó sus primeros estudios en una escuela jesuíta de su localidad. Años después su padre, un reconocido maestro, lo envió a La Habana para estudiar Derecho, pero no terminó la carrera y optó por probar suerte en el periodismo.
Su nombre comenzó a cobrar notoriedad a partir de 1944, a raíz de un huracán que arrasó con La Habana y destruyó varias torres de transmisión radial. Pardo Llada trabajaba entonces en una modesta estación de CMK ubicada en la Manzana de Gómez, frente al parque central habanero.
"Estuvo tres días hablando sin parar, tomando café con leche solamente'', recordó el periodista Max Lesnik. "Así fue como se hizo famoso y comenzó a meterse en el mundo de la política, criticando al gobierno de turno''.
Fustigó duramente al gobierno de Ramón Grau (1944-1948) y en poco tiempo su espacio Periódico La Palabra, transmitido por Unión Radio, escaló los máximos niveles de audiencia.
"Era la época gloriosa de la radio en Cuba y la gente se reunía en las bodegas, en los cafés y en las esquinas para escuchar su programa a la una de la tarde'', relató Pedro Yánez, quien fue amigo suyo desde la infancia. "Era un tipo con carisma. Leía vorazmente y tenía un gran sentido del humor, que lo ayudó mucho en su popularidad, porque en Cuba lo único que no puedes ser es pesado''.
Convertido en el comentarista de mayor audiencia en el país, Pardo Llada rompió lanzas contra la corrupción republicana, identificándose como "una voz sin precio ni temor''. Generalmente improvisaba sus comentarios editoriales y concluía con una frase devenida emblemática para el público cubano de la época: "¡Qué desparpajo, señores!''
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FRIDAY, JANUARY 21, 2005
El llanto de la zarzamora de José Pardo Llada
Miami.- José Pardo Llada está Boloña. Si Napoleón Padilla estuviese vivo, José Pardo Llada no hubiese ido a Cuba. Lo aseguro por la memoria de Rodríguez, el ayudante póstumo de Simón Bolívar. El realinderamiento podría haber sido predecible. Lo que ya se sale de cierto horizonte lógico son las declaraciones de Pardo Llada a Caracol, a Telemundo y a otros medios noticiosos. No olvidemos que a Pardo le gusta la popularidad y no la política como me lo afirmó a mí en casa del viejo Napoleón.
Pardo Llada habló por su boca. Las lágrimas lo desmintieron. Al ver a su Habana echa guiñapos, andrajos, lo único que puede hacer un hombre que se respete es llorar como una zarzamora. Y Pardo que es un viejo zorro, pues eso hizo. Hablaba por la boca las mentiras que le gusta escuchar a Fidel, pero con su actitud decía lo contrario. Pardo no es ningún bobo y mucho menos un mequetrefe de esos que aparecen en la calle 8 hablando de lo que pica el pollo. Sus movimientos están fríamente calculados mejor que el Chapulín Colorado. El está esperando regresar a Cuba. Inminentemente espera que Fidel lo reciba como él (Pardo) lo recibía en la Cuba republicana.
A Pardo se le olvidó lo que su viejo amigo, Napoleón le dijo: “Tu caso no es el de Gutiérrez Menoyo. El tuyo es un revanchismo histórico con Fidel.” Y la consecución de la visita de Pardo a Cuba así lo confirma. Fidel no lo recibe; La Rata se hace de la vista gorda, pero está al tanto de todo lo que hace. Está loco por saludarlo, pero su revanchismo histórico lo detiene; se lo impide…. Pardo sigue llorando como una zarzamora…. Llora y llora al ver a su país destruido…. Y que Fidel no lo recibe. Llanto a la zarzamora es equivalente a llanto nostálgico y rabioso.
El viejo mentor de la Rata de Cojímar regresó a La Habana después de un exilio de cuarenta años. Cuba no sólo aceptó que una supuesta ceguera considerada irreversible le fuera tratada por médicos cubanos, sino que no le impidió pasearse por donde quisiera y hablar con quien quisiera, incluyendo la oposición. Desde hace tiempo buscaba una excusa y la encontró. Pardo Llada fue siempre un caracterizado ideólogo de la “mafia cubana” y no ahorró ataque contra “los barbudos”, como los llamaba. Esa “mafia cubana” es sui generis, porque en el exilio a Pardo Llada muchos le piden la cabeza; en La Habana, también, La Rata le ha pedido la cabeza luego que se fue de Cuba utilizando la excusa de viajar a Brasil.
En su momento, Pardo Llada fue el hombre más popular que parió Cuba después de Eddy Chibás. Fidel no salía de su casa. Fidel deseaba ser como Pardo. ¿Y quien no escuchaba a este hombre que fue despiadado y brutal con todos los presidentes cubanos? Toda Cuba y parte de Hispanoamérica escuchaba al rey del micrófono. Hoy, el hombre que arremetía contra todo el mundo, se arrodilla y afirma: “que el Estado cubano no es comunista, que La Habana está cada día más bella, que Fidel no es un dictador, que hay un régimen severo pero no totalitario, que el bloqueo impuesto por EU es criminal, y que el pueblo de Cuba es un ejemplo histórico de dignidad y valor.” A los buenos analistas solamente les basta con leer la antigua retórica de los fidelistas.
Pardo Llada, ha dicho en múltiples ocasiones que ellos jamás tomaron a La Rata en Serio, pero que la Rata sí se tomaba en serio.” Pardo en una conversación conmigo, me dijo que el único que salio sobresaliente fue Fidel. Que todos los de esa generación el Comandante en jefe los dejó chiquitos. Entonces, se desprende de las afirmaciones del gladiador del micrófono cubano que ha modificado su manera de pensar –cosa que no es verdad--, a cambio de un tratamiento médico para los ojos. Imagínense que Pardo casi no ve y sin ver dijo que La Habana era bellísima. ¡Qué desparpajo! Fue a Cuba a buscar procedimientos curativos contra la supuesta ceguera que tiene; lo que habla mucho entonces de sus supuestos principios como populista. Asimismo, cabría pensar que los procedimientos oftalmológicos cubanos contra esa enfermedad son muy eficaces: ahora ve bien. ¿Qué se trae José Pardo Llada entre sus mangas? ¿Acaso se ha dado cuenta de que su momento histórico pasó y ahora tiene que declararse de nuevo fonógrafo del tirano cubano? Lo que dijo Pardo Llada es el mismo canto de sirena de todos los marsofagos de viejo, mediado, y nuevo cuño. En sus declaraciones no hay ninguna hoja fresca y los que le conocemos nos hemos quedado con los ojos como el pescado en tarima, ya que al conocerlo nos ha sorprendido que no haya salido con un neologismo de esos que él sabe disparar…. Ya veremos….
Pardo que cada vez que entra a los Estados Unidos es cuestionado por el Departamento de Inmigración, ha visitado mucho esta ciudad. Sus asesores generales son Vierita, El Polaco y el Chino Esquivel. Los tres son tórtolas que anidan en el mismo nido y dan sus viajes a Cuba. Su escritor favorito: Luis Ortega. A Pardo lo estaban enamorando desde hace años, pero su verdadero amigo Napoleón se ‘fajaba’ con él, para que no visitara a la Isla. Napoleón, de reciente tumba, se fue con Marcela. Pardo Llada morirá como los soldados de la secesión, ni con los americanos ni con Emiliano Zapata y Pancho Villa. Se fue a Cali de nuevo. El sabe muy bien donde debe de estar. Y también conoce muy bien la historia de los cubanos y eso de que los cubanos desean ir a gobernar a Cuba, o sea, la “mafia cubana”, es algo que da risa. Es como decir que Pardo Llada será el próximo presidente de Cuba. Su historia pasó. ¿Quien le ha dicho a él que los cubanos de Miami quieren ir a gobernar a Cuba? Esas son las salidas tremebundas que Pardo le da al Exilio. Esas son las respuestas que Pardo está acostumbrado a pronunciar. Recuerdo cuando fue a Moscú en la buena época de los bolcheviques. Allá se quejó que en Moscú no había ni páginas amarillas. Y de una forma irónica, dice que ni la natilla que acostumbraba a comer en la Cuba del desparpajo la encontró ahora en el Primer Territorio Libre de América.
Pardo Llada sabe muy bien que lo único que le enseñó Martí es que todos los cubanos desean ver a su patria libre; que los cubanos estarán siempre prestos a ayudar a la reconstrucción material de la Isla, pero eso no significa que “la mafia cubana de Miami” quiera gobernar en una Cuba libre y democrática, aunque tienen todo el derecho para hacerlo.
Pardo Llada está Boloña. Lloró en La Habana al ver destruida la otrora ciudad; lloró el llanto de la zarzamora, porque quizás su conciencia le ha dictado como daga mortal, este epitafio que debería llevarse a su tumba: “Este Boloña, por querer ser popular fue uno de los que ayudo a cocinar el caldo de la desgracia de su pueblo. Por tal razón, luego que partí de este mundo y enterrado a miles de millas de mi suelo natal, solamente les dejo en este epitafio, EL LLANTO DE LA ZARZAMORA.”
No dude usted que ahora Silvio Rodríguez saque un danzón titulado: El llanto de la zarzamora. Estos hijos de la Gran Bretaña, se las traen; se las traen.
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