Key West. Por Félix José Hernández.
París, 10 de diciembre de 2008.
Mi querida Ofelia
Cada vez que voy a la Florida, siempre encuentro el tiempo necesario para ir aunque sea un par de días a Key West como a mis amigos Víctor y Tayde les encanta pasear, nos vamos juntos.
Los cayos forman un verdadero rosario de islas de 354 kms. de largo desde la Bahía de Biscayne hasta Dry Tortuga. Situados apenas a 80 kms. de Miami, forman un mundo aparte, poseen una atmósfera de calma y un verdadero espíritu de vacaciones; te sientes seguro.
Yo como hago caso omiso a todos los consejos que me dan para no poner en peligro mi salud y mi vida, la paso maravillosamente bien. No tomé bebidas en pajilla, me bañé en la piscina del hotel, caminé por todas las calles, entré a los restaurantes, bares y cafeterías, etc.Y aquí estoy, vivo y con una salud impecable.
En estos Cayos hasta hace apenas un siglo vivían sólo unos pequeños grupos de indios-americanos . En el año 1904 el magnate de los ferrocarriles Henry Flagler lanzó un proyecto para hacer llegar el tren a Key West, ( Overseas Railroad ), lo cual logró en el 1912.
* La construccion del ferrocalil fue destruida por un ciclón en septiembre del 1935, pero el temerario Mr. Flagler ordenó reconstruirlo, inaugurando así la famosa" Overseas Highway " en 1938.
Entre tantas islas, Cayo Largo, me recuerda la película del 1948, del mismo nombre con Lauren Bacall y Humphrey Bogart. Algunas escenas de ese filme fueron filmadas en el bar del" Caribbean Club."
Recorde tambien la película African Queen con Katherine Hepburn y Humphrey Bogart. Ahora la célebre lancha de vapor de ese filme se puede admirar a la entrada de un hotel.
Isla Morada es otro lugar que me gusta mucho. Ese nombre se lo dieron los conquistadores españoles a causa de las conchas color azul-violeta de algunos moluscos que abundaban en ese lugar. Allí entre hoteles, cafeterías y bares hay un monumento a las víctimas del huracán que desvastó los cayos en el 1935, es el "Hurricane Memorial".
Cayo Marathon debe su nombre al intenso trabajo de los obreros e ingenieros que tuvieron que terminar el ferrocarril antes de la muerte de Flagler. Al terminarse las obras el Cayo quedó abandonado, hasta que resucitó como Ave Fénix a partir de 1950 gracias a las inversiones de un hombre de negocios de Detroit.
Allí nos detuvimos a almorzar en un “restaurante”.Yo viendo la pinta de cuarto mundo que tenía me limité a pedir una Coca-Cola. A Tayde le trajeron unos spaghetti socatos en forma de volcán en plena erupción con salsa de tomate , a Víctor una pizza tiesa que se salía del plato, a mi esposa le sirvieron una lechuga entera mal lavada “decorada” con pedazos de tocino. Nadie fue capaz de comer, pero mi Coca-Cola fría, tomada a pico de botella, ya que los vasos habían sido lavados aparentemente muy rápido, estaba deliciosa.
El " Seven-Mile Bridge" es un inmenso puente del 1982, compuesto por 288 tramos, cada uno de 41 metros de largo, construido para unir a los Middle Keys con los Lower Keys.
Este puente que es una magnífica obra de ingeniería , reemplazó al Old Seven-Mile Bridge. Es más ancho y alto que el anterior, pues se eleva a 20 metros sobre la superficie del mar.
Al San Pedro Underwater Archeological Preserve, sólo se puede llegar en barco pues está al sur de Indian Key; allí reposan en el fondo del mar los restos del barco holandés San Pedro, el cual formaba parte de una flota de 21 barcos que había salido de La Habana rumbo a España en el 1733, pero atrapados por un ciclón, sólo uno quedó a flote.
Y llegamos a Key West, isla que para mí tiene un encanto especial
Fue española antes de ser británica y se convirtió en estadounidense en 1822 cuando uno de los colonos, un tal John Simonton la compró en un bar cubano por dos mil dólares. Ese mismo año la Florida pasó a ser territorio de los EEUU .
Con sus apenas 6,5 kms de largo por 3,2 kms de ancho, Cayo Hueso representa mucho para nosotros los cubanos.
En 1890 poseía las mayores fábricas de tabaco del mundo y era ya el principal centro independentista cubano al exterior de Cuba.
Pero el incendio del San Carlos provocó el incendio del pueblo, puesto que casi todas las casas eran de madera. Prácticamente todo fue reconstruido, pero muchos propietarios de fábricas de tabaco decidieron irse más hacia al norte y se instalaron en Tampa.
Jose Martí se instaló en la Isla y desde ella llevó a cabo una gran tarea por la Independencia de Cuba.
También desde Cayo Hueso partió hacia La Habana en el 1898 el célebre acorazado Maine, cuya explosión desencadenaría la Guerra Hispano-Americana que traería como consecuencia la pérdida de las últimas colonias: Cuba, Puerto Rico y Las Filipinas para España, terminando así el imperio más grande de la historia.
¡Numerosos norteamericanos sacrificaron sus vidas, por darnos la Independecia de España!
Estuvimos en el Sloppy Joe’s, bar preferido de Hemingway y cuyas paredes están llenas de fotos donde él aparece con personas más o menos famosas, incluso en una está con el Coma-Andante en Jefe. En otra pared bajo un enorme pez espada disecado está escrito que fue el escritor el que lo pescó. Una orquesta de rythm and blues animaba al numeroso público.
Su exterior es de cemento blanco con columnas de ladrillos estilo años cincuenta. Un gran toldo gris protege a los transeúntes que pasan por su acera, del implacable sol. En el toldo estaba escrito: cocktails - piña colada’s.
Apenas a media cuadra se encuentra el Captain Tony’s Saloon. Allí el ambiente es más bohemio, una chica cantaba baladas mientras que desde pequeñas mesas el público la acompañaba a coro.
Su exterior tiene el aspecto de café del "lejano oeste" pintado de amarillo canario. Alrededor de la pista de baile, las paredes están cubiertas por tarjetas de visitas que dejan los turistas; parece una especie de muro tropical de los lamentos.
Cenamos muy bien en El Mesón de Pepe y muy mal en un restaurante australiano, del cual no me quiero ni acordar del nombre. ¿Por culpa de quién? Pues de una muchacha a quien yo llamo la belleza nórdica debido a que es blanca nacarada, con ojos color miel, pelo castaño claro, alta, bella, inteligente, educada, o sea que como habrás podido constatar, tiene muchas cualidades pero... un gran defecto: nunca la dejes escoger adonde ir a comer, porque te embarca.
Fuimos en peregrinación nostálgica hasta el muelle por donde llegó la madre de la belleza nórdica con su hermanito de apenas unos días de nacido y su abuela, en 1980, gracias a los esfuerzos económicos e infinitas gestiones que pudo hacer su padre, el que llevaba sólo unos meses en los EUA. Había que aprovechar esa oportunidad que quizás no se repetiría jamás. Y así en aquella lancha llena de delincuentes recién salidos de las cárceles, esas tres personas decentes llegaban a la libertad.
En total 125,000 cubanos “invadían” el sur de los EUA buscando la Tierra Prometida.
Vivian, que así se llama la chica, hacía mil preguntas en el achicharrado muelle hoy tan tranquilo, pero bajo un calor sofocante , donde observamos varios yates que llegaban o partían para disfrutar del sol y del mar.
Subimos al ultimo piso del Hotel La Concha, que es el inmueble más alto de la isla.
Fue construido en el 1926 y está en Duval St., que es la principal calle de la isla. Desde allí observamos “el crepúsculo más bello del mundo”, según las agencias publicitarias que promueven el turismo. Había muchos turistas, muchas señoras de edad avanzada, que lanzaban suspiros de admiración mientras el gran disco solar desaparecía en el horizonte. A decir verdad es un bello crepúsculo. Pero... ¿viste alguna vez el de Varadero? .
Yo presencié el crepúsculo en el Nilo, en Egipto, donde las dunas del Sahara se ponen cobrizas, para después pasar al dorado y por último parece como si se incendiaran. ¡Algo maravilloso!
También en los Alpes, en Chamonix, donde las cumbres cubiertas por las nieves toman colores pastel, desde el rosa al naranja claro y es muy espectacular
Sin embargo los Conchs, como se les llama a los descendientes de los colonos deben de estar orgullosos de su isla.
Hay muchas casas bellas, como la que compró en 1931 Ernest Hemingway (1889-1961) , rodeada por un bello jardín subtropical y con gatos por todas partes. Fue en esta casa donde escribió "Las Verdes Colinas de Africa o Las Nieves del Kilimanjaro" y "¿Por quién doblan las campanas?".
Las barandas de los portales del primer piso y las columnas de hierro forjado las hizo traer desde New Orleans, lo cual le da un gran caché a la casa. En su dormitorio, sobre la cómoda, se puede apreciar un gato de cerámica que le hizo Picasso como regalo.
Ernest vivió allí hasta el 1939, pero su ex-esposa Paulina se quedó residiendo en ella hasta el día de su muerte en 1951.
El escritor tenía un gran grupo de amigos en la isla con los cuales se iba de pesquería o a divertirse en los dos bares anteriormente citados, él les llamaba: Key West Mob.
En el jardín hay una piscina rodeada por una espléndida vegetación. Fue la primera que existió en la isla. Paulina la encargó en los años 1930 por un costo de $20,000 dólares, cuantiosa cantidad para esa época, mientras que el escritor se encontraba como corresponsal en plena Guerra Civil Española. A su regreso a la isla, al ver la piscina, Ernest se enfureció y lanzó un centavo al piso diciéndole a su esposa que era lo único que le quedaba. Esta mandó a pegar con cemento al borde de la piscina la moneda que aún está allí, para el placer de los turistas. Paulina ganó una piscina pero perdió al marido, ya que le costó el divorcio.
Otra casa magnífica es la Little White House, es blanca, de madera, del 1890, rodeada e inundada por la vegetación. En ella descansó en total 175 días Harry S. Truman durante sus 7 años como presidente de los EUA.
En el Fort Zachary Taylor State Historic Site, se puede visitar el fuerte donde estuvieron las tropas norteamericanas que después participaron a la liberación de Cuba del yugo español.
Recorrimos El Key West Cemetery , vimos el monumento fúnebre a los soldados que murieron a causa de la explosión del Maine en 1898. Está compuesto por un marino sobre un pedestal que mira a lo lejos, con una mano en forma de viscera y la otra sosteniendo un remo. A su alrededor hay varias decenas de lápidas y un asta en donde flota la bandera americana, todo protegido por una reja de hierro forjado.
A unos metros de distancia, un muro de color crema con una reja , rodea a un grupo de monumentos fúnebres al centro de los cuales se eleva un obelisco dedicado a los mártires cubanos de la Guerra de los Diez Años.
En la calle Duval una bella casa blanca con barandas, columnas, portales y puertas altísimas coronadas por medios puntos, es una reproducción de la casa en donde estuvo la Sociedad Cubana, establecida en el 1900 para ofrecer servicios educativos , médicos y sociales a los inmigrantes cubanos.
En la acera de enfrente otra bella casa, ocupada hoy por un restaurante, muestra el balcón de 1892 desde donde José Martí llamaba a los cubanos a luchar por la independencia. En aquella época la casa estaba ocupada por la tabaquería de Teodoro Pérez. El lugar se conoce hogaño como La Terraza de Martí.
Quise subir al balcón pero un “amable” empleado me dijo que estaba prohibido y no me perdió pie ni pisada hasta que no salí del restaurante.
En la misma avenida frente al cine Strand, como el del Parque Trillo del otro Cayo Hueso, el de La Habana, se encuentra el San Carlos Institute, con toda su carga de historia y de cubanidad. Fundado por un grupo de exiliados cubanos durante la Guerra de los Diez Años, debe su nombre al Seminario de San Carlos de La Habana y en homenaje al padre Félix Varela.
En él se pueden apreciar un cuadro de Carlos Manuel de Céspedes, un monumento, fotos y documentos sobre José Martí y las luchas por la independencia de Cuba, las fotos de los 15 presidentes de la República de Cuba desde Don Tomás Estrada Palma hasta Carlos Prío Socarrás, en orden cronológico, una balsa inflable, etc. Todo tiene relación con nuestra historia desde finales del siglo XIX.
Se puede pasear por la isla en un trencito turístico llamado el Conch Train Tour o en unos autobuses muy simpáticos, idénticos a los de la ciudad puertorriqueña de Ponce, llamados Old Town Trolleys. En uno de ellos fuimos a ver el inmueble de ladrillos rojos del actual First Union Bank, donde fue fundada la primera tabaquería cubana de la isla.
También fuimos en un Trollys hasta la Southernmost House, que es la casa situada más al sur de los EUA. Fue construida en el 1899 con el estilo Queen Anne por el juez J. Vining Harris.
A un costado de la casa se encuentra South Beach y del otro lado, a unos cien metros el Southernmost Point, que indica el punto más al sur de los EUA. Allí me puse a mirar al horizonte, recordando cuantas veces del “otro lado del charco”, miré el horizonte desde Boca Ciega, Santa María del Mar ,Varadero, o desde el Malecón, preguntándome: ¿Cómo será del otro lado? ¿Cómo será ser Libre? ¿Cómo podré escapármele a los “compañeros”?
Ahora, desde este lado sentía la nostalgia deseando poder algún día recorrer de nuevo los lugares de mi infancia, adolescencia y juventud, pero en una Cuba Libre, sin milicias ni CDR, sin Brigadas de Acción Rápida, sin mítines de repudio, sin disidentes en las cárceles, donde pueda hablar , leer y escribir lo que desee. Estoy seguro que más temprano que tarde se volverá este sueño realidad
De regreso a Miami, nos detuvimos en un parque llamado Key West Aids Memorial que consiste en una especie de “paseo” desde la carretera a un puente que da como terraza al mar, rodeado de cocoteros, cuidado por un guardaparque famélico. Aquel señor estaba sentado en un sillón de ruedas a la sombra de un cocotero y leía la Biblia. El piso de cemento, granito y mármol en colores crema, terracotta y negro tiene grabado los nombres de muchas víctimas de esa terrible enfermedad que es un verdero flagelo entre la numerosa comunidad homosexual de la isla.
Me vinieron a la mente amigos, familiares o conocidos: Reinaldo, Néstor, Severo, Manuel, Alain, Charles, Jesús, Mario, Miguel Angel, Gianni, etc., pero cuyos nombres no aparecen en esa terrible lista grabada en el mármol negro que como un río de dolor va a desembocar al mar de un azul intenso bajo un sol ardiente.
Esta fue la última imagen que tuvimos de Key West.
Un gran abrazo desde la Vieja Europa, deseando poder volver a verte pronto,
Remembranzas de un Viaje
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