El Derecho de Nacer
Channel DEPEL
Rinde tributo a las madres
Domingo
10 de Mayo
2 0 0 9
Gloria Marínas María Elena
Jorge Mistral as Dr. Alberto Limonta
Jose Luis Moreno as Alberto Limonta Niño
Julián Soler as Don Rafael
Gloria Alonso as Matildita Niña
Eugenia Galindo
Martha Roth
José Baviera
Lupe Suárez
Bárbara Gil
José María Linares-Rivas
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El Derecho de Nacer (1952)
Alternate Title: The Right To Be Born
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Cast: Jorge Mistral, Jose Baviera, Barbara Gil
Rating: NR
AVERAGE READER RATING
Review Summary
El Derecho de Nacer was released in English-speaking markets as The Right to be Born. Unmarried and pregnant, a young woman (Barbara Gil) seeks out an abortion. She approaches a doctor (Jorge Mistral), who refuses to perform the operation. Flashing back to an incident in his own past, the doctor explains his "right to life" stance. Adapted from a once-controversial novel by Felix B. Caginet, El Derecho de Nacer states its case with calm forthrightness, never descending to pure tract or dogma. During its initial run in Mexico, the film set a box-office record, a fact as much attributable to the notoriety of the Caginet novel as to the quality of the film itself. ~ Hal Erickson, All Movie Guide
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Overview
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Director:Zacarías Gómez Urquiza
Writers:Félix B. Caignet (radioplay)
Ramón Pérez Peláez (adaptation) ...
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Release Date: 27 June 1952 (Mexico)
Félix B. Caignet: el creador de la novela radial EL DERECHO DE NACER
En 1992, año de su centenario y en el 70 aniversario de la Radio Cubana, se cumple el deseo de Félix B. Caignet, el creador de la novela radial El derecho de nacer: "Yo quiero descansar cuando muera, junto a mis padres, frente a las lomas de El Caney"
En la memoria radial
by Josefa Bracero Torres
La iniciativa de la radiodifusión oriental de llevar los restos de Félix B. Caignet a Santiago de Cuba permite recordarle y rendirle merecido homenaje en su tierra natal.
Así, Santiago de Cuba une al poderoso conjunto de sus tradiciones e historia, el haber sido la cuna de esta personalidad relevante de la cultura nacional, que además de extraordinario compositor musical, abrió nuevos caminos al discurso radial.
Con razón Oscar Luis López, en su obra La Radio en Cuba, lo señala como uno de los cinco pilares de donde salieron todas las generaciones de escritores, actores, narradores, directores, musicalizadores que formaron la radiodifusión.
Félix Benjamín Caignet Salomón – Félix V. – para los íntimos, nace el 31 de marzo de 1892 en la finca Burene, en San Luis , Oriente, cuando tenía siete años la familia se instala en la ciudad de Santiago de Cuba. Aunque desde adolescente escribe versos sentimentales, todavía no imagina su destino posterior. Es una constante su inclinación hacia todas las artes.
Colaboró en la revista habanera Teatro Alegre, a la que reportaba el quehacer artístico de Santiago de Cuba. A partir de 1918, El Diario de Cuba, lo reseña como miembro de la Asociación de Reporteros y le asigna una sección titulada Vida Teatral, que asume con su primer apellido.
Llega a La Habana por vez primera en 1920 gracias a la invitación que le envía Enrico Caruso para que presenciara sus ocho funciones, la que acompaña con un giro por doscientos pesos para los gastos. Detrás de este hecho hay una hermosa anécdota. Así la relata Oscar Luis López:**
"En ocasión de estar el tenor italiano Enrico Caruso actuando en el Metropolitan Ópera House, Caignet le escribe y le envía una acuarela criolla pintada por él. Además le pide que le mande su autocaricatura, pues conoce que él es caricaturista. El célebre tenor se la envió... Cuando en 1920 Enrico Caruso viene a la Habana para actuar en el Teatro Nacional, Caignet le escribe nuevamente, diciéndole que lamenta no poderlo oír personalmente, pero que su situación económica no le permite ir desde Santiago de Cuba a la Habana "
En 1920 continúa escribiendo además para las revistas El Fígaro y Bohemia y el periódico El Sol. En ese año comienza a proyectar las narraciones infantiles que dieron lugar más tarde a la creación de Chilín y Bebita, que primeramente publica en la prensa plana y después, son adaptadas de acuerdo a la dramática sonora de la década del treinta, que tiene su antecedente en el radioteatro. Con el tiempo el programa comienza a llamarse Chilín, Bebita y el enanito Coliflor, en alusión a un simpático personaje que dentro de la trama llega a destacarse mucho. Fueron deliciosos cuentos que siguieron el estilo de los viejos cuenteros, tan populares en el Santiago del siglo XIX.
El escritor, compositor y músico llega a la Radio a través de la CMKC, de su ciudad natal. a principios de los años treinta., cuando ya se perfila también, como compositor prolífero musical. Su primer programa se denominó: Buenas Tardes Muchachitos, que contenía cuentos de su autoría. Con ello introduce el ingrediente de la radiocomedia infantil de continuidad.
Después en los estudios de la CMKD? (De donde es esta emisora?) ve la luz el primer serial dramático y policiaco de América Latina, que dio inicio al espectáculo radial episódico, al poner en antena por vez primera en 1934, a Chan Li Po, con el título La Serpiente Roja, con la actuación protagónica de Aníbal de Mar. Surge además el narrador radial que en aquella ocasión fue oficiada por Matías Vega Aguilera.
Félix B Caignet llega a La Habana en 1936 y después de algunos obstáculos logra que Radiodifusión O´Shea someta a Chan Li Po a la radioaudiencia, con Mercedes Díaz y Carlos Badías como pareja protagónica, Marcelo Agudo, narrador y por supuesto Aníbal de Mar que interpreta a Chan Li Po. Se mantiene siete meses en el aire hasta que Caignet parte hacia Argentina a cumplir un contrato de la firma Ypana.
De regreso a Cuba, en 1938, pone en el aire nuevamente a Chan Li Po, esta vez por la COCO, patrocinado por la firma Sabatés SA. y utiliza a Oscar Luis López en el papel de Chan Li Po. Precisamente allí se inicia Oscar Luis como actor. Este espectáculo se mantiene hasta 1941. En el propio año se transmite por RHC Cadena Azul Aladino y la lámpara maravillosa, con la firma de Caignet.
El 5 de junio de 1944 comienza en CMQ, El precio de una vida, novela que protagonizan María Valero y Carlos Badías, Entre sus obras más relevantes se adicionan, en 1946, por la Cadena Azul, El ladrón de Bagdad con Consuelito Vidal y Raúl Selis como protagonistas; y, Peor que las víboras con Carmen Ignarra, Mercedes Díaz y Santiago García Ortega, como principales.
El 1 de Abril de 1948 las ondas de la CMQ trasladan el suceso dramático radial más importante de la década, El derecho de nacer, con María Valero-Minín Bujones* y Carlos Badías, secundados por un elenco envidiable, donde sobresalen Nenita Viera, Lupe Suárez, Xiomara Fernández, José Goula, Enrique Santisteban, Carlos Paulín, y el estilo de narración de Luis López Puente, presente también en todas las obras de Caignet, o sea, "hablar en metáfora" como asegura el autor, que se impone también en el hacer radial de América Latina.
Otros momentos importantes de su hacer radial lo tenemos el 23 de agosto de 1948, cuando se transmite Ángeles de la calle con las actuaciones de Ramón Veloz, Coralia Fernández, Marta Falcón y Antonio Hernández, Pobre Juventud con Marina Rodríguez y Eduardo Egea, Carlos Paulín, Antonia Valdés, entre otros, se transmitió en 1957 por el Circuito CMQ. También estas frecuencias trasladan en 1958, la última novela de su extensa producción, La Madre de todos, con Carmelina Bandera, Yolanda Fabián, Ricardo Dantés y Eduardo Egea, en los papeles principales.
Félix B. Caignet une a sus grandes méritos el de ser un genuino innovador de la radio. Con él surge para Cuba y América toda, el espectáculo radial de continuidad; el género detectivesco; el suspenso; el falso suspenso y el narrador, que antes no se concebía, y que constituye un factor vital de una estructura novelística. Con el narrador se abren nuevas fuentes a la locución en dimensiones de mayor rigor estético. A esto hay que añadir la redundancia y la reiteración, fundamentales en la difusión radial de los libretos de este escritor sagaz y legítimo hombre de radio.
Al referirse a su obra radial solía decir: "Yo lo que hice fue aprovechar la emoción popular para sembrar algo de moral, algo de bien: en Chan Li Po, combatí la marihuana; en Ángeles de la calle protesté por la niñez desvalida, y en El derecho de nacer, contra la discriminación racial. O sea escribí cosas que la Revolución después llevaría adelante."
Su nombre se registra también en el quehacer de la filmografía cubana y mexicana, cuando son llevadas al celuloide La Serpiente roja, El derecho de nacer y Ángeles de la calle, entre las más populares.
Pero en él hay otra veta de artista que lo sitúa, tal vez como él mismo presumía, con más timbres honrosos en nuestra cultura popular. Tal vez por eso decía: "De estas cosas que escribo no espero nada, sé lo que valen... pero en mi música si reclamo mi lugarcito."
Sones, guarachas, boleros, guajiras, música infantil, decenas y decenas de composiciones de honda raigambre cubana surgen de su fecunda inspiración. Entre más de trescientas obras, tal vez las más conocidas son: Frutas del Caney, estrenada por Franz Antúnez y popularizada por el Trío Matamoros, Te odio, que recrea Rita Montaner, el 18 de abril de 1928 en el Teatro Payret, en la Habana; Carabalí, Montañas de Oriente, Quiero besarte, Mentira, En silencio...
Félix B. Caignet muere en la Habana el 25 de mayo de 1976. A su memoria, y frente al féretro que desciende a la tierra amada en el cementerio de Colón se dejan escuchar como en un susurro, las notas de Te odio, su canción más popular, y seguidamente, Sin lágrimas, cantadas a capela por el Dúo de las hermanas Martí.
El 25 de diciembre de 1992, sus restos fueron trasladados a la Ciudad de Santiago de Cuba. El avión Yak 40, detiene sus motores en el Aeropuerto Internacional Antonio Maceo, desde allí sus restos son acompañados por el pueblo hasta La Casa de la Ciudad sede del Gobierno, donde se produce una sentida manifestación popular que encabezan trabajadores de la Radio de las cinco provincias orientales.
En el lugar donde descansarían sus restos, el Coro Madrigalista interpreta dos de sus obras imperecederas: Te odio y Frutas del Caney. Esta soleada y cálida mañana queda grabada en el recuerdo, como una página importante de la historia radial en los últimos años. Y no podía ser de otra forma. Por eso, en tan solemne momento, al igual que lo habían hecho Germán Pinelli y Raúl Selis, en el Cementerio de Colón el 29 de mayo de l976, sentí la necesidad de decir:
"Al volver la vista sobre el largo camino de setenta años de actividad ininterrumpida, entre tantos y tantos hechos y connotaciones que apresa la historia de la radio, la imagen de Félix B. Caignet acusa su presencia, salta luminosa en esa ruta y sigue diciendo para todos, para su pueblo, en su labia humana y criolla. A Santiago regresa, a la vera de tantos héroes y mártires acogidos aquí, aunque pudiera reposar en cualquier lugar de Cuba, porque para todo el país escribió y creó y en toda Cuba lo admiraron y aplaudieron y lo recordarán por siempre. En el año de su centenario y en el aniversario setenta de la Radio Cubana, cumplimos el deseo del creador de El derecho de nacer y de tantas obras que hicieron trascender a la literatura radial: "Yo quiero descansar cuando muera, junto a mis padres, frente a las Lomas del Caney"
* En el capítulo 199 de El derecho de nacer, la protagonista María Valero, falleció a causa de un accidente del tránsito al cruzar la Avenida del Puerto, el 26 de noviembre de 1948. La sustituyó la también destacada actriz Minín Bujones que protagonizó la novela hasta que culminó
Cancion escogida para la Pelicula
LLeva en su alma la bayamesa
tristes recuerdos de tradiciones
cuando contempla sus verdes llanos
lágrimas vierte por sus pasiones.
Ella es sensible, le brinda al hombre
virtudes todas y el corazón
pero si siente de la Patria el grito,
todo lo deja, todo lo quema,
ese es su lema, su religión
**
Oscar Luis López: La radio, razón de vida
Historiador
by Josefa Bracero Torres
Se marcha el maestro calladamente, como transcurre su vida... Dice adiós el historiador, sin hacer ruido... Se va en silencio el amigo fraterno... El que siempre sonríe y acude... se va.
Cuántas cosas pueden decirse sin agotar las palabras. Cuando me lo presentan en Manzanillo el 10 de octubre de 1982 Oscar Luis López es ya una leyenda viva de la radio del país. La Editorial Letras Cubanas acaba de imprimirle un libro necesario y oportuno: La radio en Cuba. He leído y releído las tres ediciones de La radio en Cuba y siempre lo hago con la avidez de la vez primera.
Y es que Oscar no es el erudito que escudriña en códigos y anales para desentrañar los hitos de un pasado que le es ajeno, sino el artesano devenido investigador y aglutinador de experiencias y vivencias de las que es parte y actor. Nadie como él ha sentido en su cerebro y en su corazón el llamado del hecho cultural, cuya adultez e importancia merecían el recuento reflexivo, el acto gnoseológico, para grabar sobre las páginas del tiempo los desvelos y la actividad de generaciones aplicadas, que aun con diferentes ideologías, motivaciones y formas, fundan y se consagran a engrandecer esta herencia cultural que es la radio cubana.
Me dice que la primera noción que tiene de su acercamiento al arte son las dotes naturales como imitador. Tendría alrededor de siete u ocho años. En Luyanó, donde vive, pasa un chino vendedor de pescado con una carretilla. No se le olvida que la abuela, le decía: <
Sigue estudiando su preparatoria para el ingreso a la Universidad cuando el gobierno de Machado cierra la escuela. Entonces con diecisiete años, se inicia como músico y comediante. En 1933 integra el trío Sibanicú, del pianista y compositor Candito Ruiz. Refiere que éste le dice un día: << ¿Tú sabes tocar las maracas?>> Le responde: <
El 3 de enero de 1937 las ondas radiales de la capital se visten de gala con el primer serial dramático de Latinoamérica. Sale al aire Chan Li Po. Un día el autor Félix B. Caignet, escucha una grabación de Oscar interpretando a Chan Li Po. Lo manda a buscar y le dice: ¿Tú quisieras hacer el Chan Li Po? Este hecho cambia el rumbo de su vida.
En 1938 Oscar se da a conocer con Chan Li Po y, cincuenta y nueve años después, vuelve con Chan Li Po. Esta vez es para todo el país por Radio Rebelde. Recuerdo que con sano orgullo refiere: “El que lo oye, me dice: --Sales igualito, pero igual que aquella vez.-- Yo me pongo a escucharlo y me parece que el timbre no ha cambiado, que sigue siendo igual y nadie que oye al chino puede pensar que sea yo hablando como chino”.
En 1941 sus inquietudes por continuar descubriendo el mundo fascinante de la radiodifusión, lo llevan a otras emisoras y disciplinas artísticas. Lo que quiere es dirigir y actuar. En 1943 surge la emisora Mil Diez y allí trabaja como actor.
El 1ro de abril de 1948, sale al aire una obra que deja huellas indelebles en el quehacer dramático del país a través de la radio. A Oscar le cabe el honor de dirigir El derecho de nacer cuarenta años después de su estreno. Cuando le pregunto que desea destacar, sonríe para decir: “A José Antonio Portuondo, eminencia ya desaparecida, le manifesté que pensaba grabar de nuevo El derecho de nacer, pero eliminando, por ejemplo, este tipo de narrador alambicado, esas metáforas, para ir a lo directo. Y me dice: --No, Oscar, no le quites eso, por favor. Eso es museable. Esa característica única y exclusivamente la tiene Caignet. No borres eso. - Entonces lo grabé identicamente igual al original”. En esta ocasión, con primerísimas figuras, como Xiomara Fernández, que trabajó también en 1948 con otro papel y que ahora hizo una María Elena fuera de serie. Miguel Navarro logró un Albertico Limonta extraordinario. Igual nivel alcanzó Obelia Blanco, que hizo el papel de Isabel Cristina, personaje que asumieron María Valero y Minín Bujones, cuando la novela fue estrenada, en 1948. Destaque especial para Tita Elvira Cervera y su Mamá Dolores.
A partir de 1949 incursiona en otras disciplinas radiales. Así lo encuentra el nacimiento de la televisión. Comienza con Gaspar Pumarejo y tiene el honor de ser el primer mimetista que sale en la televisión. Hace un chino, hace un viejo, dice poemas. El primer libreto lo escribe Marcos Behmaras, el segundo original es del propio Oscar Luis.
Después lo llaman de la CMQ y le dan la oportunidad de ser coordinador. De los primeros cinco coordinadores que tiene CMQ-TV uno de ellos es Oscar Luis López.
En la radio dirige todo tipo de programas, tanto dramáticos, como musicales, e infantiles. En lo musical le cabe la satisfacción de dirigir el programa de radio más costoso de todos los tiempos, Su estrella favorita. Por el Estudio dos de Radiocentro pasan las más consagradas figuras de la música extranjera, entre las que se destacan Maurice Chevalier, Nat King Cole, Cab Calloway, Lola Flores, Tito Schipa, Pedro Vargas, Tito Guizar y Libertad Lamarque.
Después lleva a la escena radial del Estudio Dos de Radiocentro De fiesta a las 9:00 con lo mejor y más representativo del mundo artístico nacional, el que inaugura nuestra Rosita Fornés. Este programa cuenta con el sketch de Tota y Pepa, que le escribe Alberto Luberta, para las actuaciones especiales de Maritza Rosales, Manolín Álvarez, Reinaldo Miravalles y José Antonio Rivero. Este programa que se inaugura el primero de abril de 1961, se mantiene en el aire hasta 1968.
Oscar Luis López, es el máximo responsable de muchas cosas en la radio y la televisión nacionales... Baste destacar dos aportes a la radio: Incorpora la narración simultánea y el movimiento audio-escénico.
La Radio en Cuba, de Oscar Luis, une al gran mérito en el rescate de nuestro Patrimonio, el ser una obra que hace una real valoración del papel del músico mambí Luis Casas Romero como iniciador de este medio en Cuba. En esta obra, Oscar destaca que aunque, la Cuban Telefhone Company inaugura oficialmente la Radio el 10 de octubre de 1922, con anterioridad ya se estaba haciendo radio aquí por un cubano. Por eso reconocer en el setenta aniversario de la radio, el 22 de agosto y el protagonismo del mambí Luis Casas Romero y de su hijo es extremadamente justo. Y este rescate se debe, en gran medida, a la acuciosa investigación y a los desvelos de Oscar Luis López.
Además de La Radio en Cuba, nos deja Alejo Carpentier y la Radio y la biografía de Luis Casas Romero, obras imprescindibles que hace sin dejar de escribir, musicalizar o dirigir radio. En el momento de su partida daba los toques finales a La radio-novela y Félix B. Caignet. Para él, investigar y escribir es una constante y la radio su eterno objetivo. Gracias a ello, las generaciones presentes y venideras beberán en su sabiduría.
Se va Oscar, todos debemos partir... Se va quien nos inculca la lucha por la vida, con la sonrisa de siempre para acompañar a aquella frase tan suya, a pesar de los difíciles momentos por los que atraviesa. La frase con la que le responde a la doctora que lo atiende en sus últimas horas: - Aquí, guapeando-
¡Qué tristeza! Se va el amigo, el investigador, el escritor, el director de referencia, la voz que aconseja. El que acumula los mayores lauros: la Orden Félix Varela, el Premio Nacional de Radio por la Obra de la Vida, el Artista de Mérito de la Radio y la Televisión... Calladamente, sin decir adiós, en soledad, simplemente se fue.
El 31 de marzo de 1892, Félix Benjamín Caignet Salomón, nació en Santa Rita de Burenes, San Luis, Santiago de Cuba. Se conoció popularmente como Félix B. Caignet. Sus padres eran descendientes de inmigrantes francohaitianos dedicados al cultivo del café y de la caña de azúcar. Antes de la edad escolar se traslada a Santiago de Cuba con su familia, que atravesaba problemas económicos. Allí comenzaba su vida citadina, que no se debatió en los salones de la aristocracia, pero sí en las calles de la ciudad, aprehendiendo historias de viejos cuenteros.
De formación autodidacta, comenzó a laborar en varios sitios de la ciudad. Paulatinamente escribe para diversos medios las noticias de los espectáculos que se presentan en su provincia y ya se introduce en el mundo cultural.
En la década del treinta se inserta en la radio. En la CMKC, patrocinado por el "Group Catalunya", realiza el programa infantil "Buenas tardes, Muchachitos", de 6:00 a 6:30 p.m., donde narraba cuentos amenos y divertidos de su propia inspiración y de temáticas disímiles. Estos seguían la línea de aquellos que él había escuchado cuando niño en las calles de Santiago. Notoria es la influencia que ejercieron sobre el autor las narraciones de los cuenteros, casi todos negros descendientes de esclavos.
Luego trasmite la serie para niños "Chilín y Bebita". Con este programa comienzan los sustanciales aportes de Caignet en la radio. A pesar de la expansión radial en el país, nadie había dedicado esfuerzos a transmitir para niños, quizás no lo creían pertinente pues las transmisiones respondían a otros intereses. Precisamente Félix B., desde Santiago de Cuba, es el iniciador del género que, además de entretener, era el programa de mayor carácter didáctico. Es decir, ya no era la radio solamente para los adultos, sino que los más pequeños encontraban cabida en este medio, en los cuales despertaba un gran interés. De esta forma Caignet introduce el género episódico, el cual tiene su génesis en las historias que escuchó cuando niño y a las que ya se hizo referencia. Esta emoción de saber como proseguirían los cuentos, el autor la había vivido en carne propia y es lo que precisamente repite ante los micrófonos, con la diferencia de rol, de oyente a narrador.
Posteriormente radia "El ratoncito Miguel", canción infantil que había estrenado en 1932 en el teatro Rialto. Ésta fue utilizada por el pueblo para protestar en contra de Machado. Como consecuencia, Caignet permaneció tres días preso en el Cuartel Moncada y fue puesto en libertad gracias a las manifestaciones de padres y niños que simpatizaban con sus programas.
De regreso al medio no detiene su labor ante los micrófonos y por la CMKD del Palacio de la Torre comienza el Chan-Li-Po, primer espectáculo detectivesco que se radia en Cuba. Ésta es la historia de un detective chino y sus andanzas por la isla. La primera serie se tituló "La serpiente roja"; aquí crea el narrador dentro de un espectáculo radial y adquiere un absoluto dominio del suspenso y falso suspenso. Así deja al radioyente con la ansiedad e interés de escucharlo el próximo día. Con este programa profundiza y logra una completa madurez en el suspenso, ya iniciado desde sus programas infantiles. Fue una etapa decisiva en su formación profesional y en la de la radio, pues con esta técnica creó hábitos de radioescucha en sus oyentes.
En 1948, comienza a radiarse El derecho de nacer, que marca una etapa en la novela radial o radionovela, como la llamaban algunos. Este espacio radial fue creado en 1939 por Luis Aragón con el nombre de "La Novela Radial de los Precios Fijos". Caignet, al incursionar en este género, logra el mérito de ser el pionero del mismo en Cuba y Latinoamérica, colocando a nuestro país en el sitio cimero y convirtiéndolo en el principal productor y exportador de radionovelas.
El ratoncito Miguel
La cosa esta que horripila y mete miedo de verdad
y usted vera, como de hambre un raton se morira....
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