El éxito de una afición fiel
Por Esperanza Aguirre. Presidenta de la Comunidad de Madrid
En España no se concibe casi ninguna fiesta sin corridas de toros, en Madrid sería absolutamente inimaginable que celebráramos a nuestro patrón, el santo más simpático del santoral, el bueno de San Isidro Labrador, sin una feria taurina como la que le dedicamos cada año. Por eso, ahora que llega la hora de festejar a nuestro patrón, también llega, como cada año, la hora de la Feria taurina más importante del mundo.
Los madrileños hemos conseguido que nuestra Feria de San Isidro sea la cátedra por antonomasia del toreo y que atraiga a los aficionados de todos los países para asistir a las corridas en las que lidian las mejores ganaderías y torean los mejores espadas. El prestigio y la importancia de nuestra Feria es, fundamentalmente, un éxito de la afición de Madrid, que ha mostrado siempre una indisoluble fidelidad a esta cita de todos los meses de mayo y que mantiene un alto nivel de exigencia para con toros y toreros. La seriedad con que los aficionados que llenan la plaza de Las Ventas durante todas las corridas de la Feria representan el importante papel de cátedra del toreo es la principal razón de la importancia de nuestra plaza.
Ningún torero y ningún ganadero pueden decir que han alcanzado la gloria que todos ellos buscan sin haber triunfado en Las Ventas, por eso todos vienen a nuestra plaza a dar lo mejor de sí mismos, y de sus ansias de triunfo nos aprovechamos los aficionados, que, sin duda, vamos a ver lo mejor que hoy existe en el mundo de los toros. De ese afán por salir por la Puerta Grande con que todos van a hacer el paseíllo y de esa seriedad con la que se va a comportar la afición de Madrid, la gran triunfadora, un año más, va a ser la Fiesta Nacional, los toros.
A mí, como aficionada, me alegra enormemente la pujanza que sigue demostrando nuestra Fiesta, que cada día que pasa emociona y apasiona a más gentes de los más diferentes países; y como madrileña también me satisface que Las Ventas —llena de buenos aficionados— siga siendo la plaza que dicta el veredicto anual sobre toros y toreros.
Ahora sólo falta que suene el clarín y empiece la Feria de este año. Entonces, durante 23 tardes, volveremos a vivir la emoción que siempre ponen el toro bravo cuando sale a la plaza y los toreros cuando, con su inteligencia y su coraje, lo torean. Volveremos a participar en el espectáculo más emocionante y auténtico del mundo, cuando toro y torero se quedan solos en la plaza: el toro con su nobleza y su bravura y el torero con su valor y con su arte.
mayo 2008
junio 2008
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