Sunday, June 7, 2009

Curro Romero



50 años de Curro Romero
Y llegó ya la temporada de mi alternativa, la del 59. En la temporada anterior, hago mi presentación en Madrid y mato seis novillos en tres novilladas, sin poder dar ni una vuelta al ruedo. En Barcelona me echaron un novillo al corral. Diego Martínez seguía teniendo fe en mí, pero todos le decían que me dejara, que se había equivocado conmigo. Le decían, con guasa:

—¿Qué te han hecho a ti tus hijos, Diego?
Querían decirle que se estaba gastando el dinero de su casa llevándome a mí, que nunca iba a destacar como torero. Diego Martínez les contestaba que no tenían fundamento:
—Es que no le habéis visto nada más que en Madrid...
Y así llegó la alternativa. Yo iba con mucha ilusión, aunque no había tenido prisa en tomar la alternativa. Como desde el año 55 había yo ya toreado con caballos... Lo que pasa es que toreé poco, porque entre la mili y las otras cosas, yo toreé en un año veintitantas novilladas y luego solamente las dos que me dejaron ir a torear en la mili.
Las cuarenta o las cincuenta novilladas no las toreé antes de tomar la alternativa. Era realmente poco. Y me decía Diego Martínez el apoderado y Blanquito me lo decía también, que si a mí me embestía un toro, iba a estar igual de bien que con un novillo y que había que tomar ya la alternativa. Quizá también me lo dijeran por la edad, que yo tenía ya veinticuatro años, y esos años ya son muchos para un novillero.
Estuve bien aquel mes de septiembre, al final de la temporada, en Valencia, y me propusieron la alternativa en las Fallas, y digo:
—Venga...
Y como ya tenía hecho también lo de Sevilla y también Málaga después de lo de Valencia, pues digo:
—Bueno, pues ya vamos por lo menos con dos o tres corridas firmadas de matador de toros.
Era entonces un buen cartel. Gregorio Sánchez estaba en todas las ferias y triunfaba en Madrid con asiduidad. Y Jaime Ostos también, y además tenía mucho cartel en Valencia. Decían que a mí Ostos me traía suerte, que Ostos está en el cartel de mi alternativa y que Ostos está en el cartel de dos de mis tres primeras Puertas del Príncipe en Sevilla, y que lo sustituí en la tarde famosa de la feria del 65, la tarde de los Benítez Cubero con Puerta y con Camino.

Yo escucho cosas mías que no desmiento, para no desilusionar a nadie, pero se estiran demasiado, como esto de la buena suerte de Ostos. La verdad es que en el cartel de la alternativa no me dio buena suerte de ninguna clase. La corrida del Conde de la Corte de mi alternativa yo no me acoplé con ella, y no pasó nada. Aunque Gregorio Sánchez, al darme la alternativa, me deseó suerte, que es lo que te desean en estos casos, porque yo tampoco tenía amistad con este hombre, que era de Santa Olalla de Toledo. (...)

Confirmación con lluvia
La confirmación de la alternativa fue en Madrid aquel mismo año del 59, el 19 de mayo, en la feria de San Isidro. El toro se llamaba «Lunito» y era de Eusebia Galache de Cobaleda. El cartel era Pepe Luis Vázquez, que ese año había vuelto a los toros después de su retirada, su hermano Manolo Vázquez y yo. Se suspendió la corrida por lluvia en el tercer toro.
Por eso Cañabate en su crónica puso de aquella tarde: «A Curro le sobra la lluvia.»

Curro Romero se ha vestido de esperanza, verde y oro. Torea a la verónica. Echa la pierna adelante, cimbrea el cuerpo, carga la suerte, estira los brazos, pero le falta algo. Quizá le sobre la lluvia... El toro está difícil. Curro Romero se ha percatado de ello. No cesa de llover... Curro Romero no pretende vencer las dificultades del toro. No es un luchador... ¡Qué “esaborisión”, Curro Romero!
Era una tarde de esas de Madrid de San Isidro, con lluvia, tan malas, tan frías, tan desagradables. Un diluvio, hubo que suspender, de lo que caía. Para mí era una ilusión muy grande que fuera Pepe Luis el que me confirmara la alternativa en Madrid. Pensaba en las vueltas que da el mundo. Pepe Luis era el que me había llevado mi padre en el tranvía a verlo, cuando el festival de Coria... Cuando yo me enteré de quién me daba la alternativa, que era Pepe Luis, iba con toda la ilusión del mundo. Con mucha mayor ilusión que a la alternativa en Valencia. Lo de la alternativa en Valencia, con Gregorio Sánchez, que a mí no me iba ni me venía, era en realidad un trámite. Para mí la verdadera alternativa era en Madrid. No porque fuera en Madrid, y en San Isidro, sino porque me la daba el mismo Pepe Luis, con el que me conectaban ya los buenos aficionados, los que lo habían visto. Y la confirmación en Madrid era al lado de dos toreros de la misma línea que la mía. A mí ya muchos aficionados me decían que yo venía de esa misma línea de Pepe Luis. Hasta decían:
—Ya Pepe Luis no torea, ya somos de Curro Romero...

Romeristas
Me veían que yo era un torero que les gustaba a ellos, a los pepeluisistas de Sevilla, cuando Pepe Luis estaba ya retirado, antes de la reaparición, que me dio la alternativa. Todavía no se decían curristas. Entonces decían que eran romeristas. Don Tomás León, el policía que era presidente de la plaza de Sevilla, se decía eso, romerista. Don Tomás era un gran presidente y un gran aficionado. Entonces, más que por policías, presidían por lo aficionados que eran. En Sevilla los presidentes eran Don Tomás León y Don Manuel Zambrano, que era el jefe de la Brigada Criminal, la que cogía a los rateros, pero que de lo que de verdad sabía era de toros. Aunque no fuera partidario mío, me iba mejor con Zambrano, porque no escatimaba las orejas, y si me las tenía que dar, me las daba. Pero Don Tomás León, como todo el mundo sabía que moría con mis cosas y que se hartaba de escribirme versos, si me daba las orejas, se ponía él mismo en un compromiso, y por eso perdí muchas orejas en Sevilla, para que no le dijeran a este hombre:
—Míralo, como es romerista...
Porque entonces se decían romeristas, no curristas todavía

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