Wednesday, July 14, 2010

Ex Sargento Policia Metropolitana Julio Rodriguez Ramo Verde





Julito se gradúa y su papá sigue preso

Patricia Andrade
MIAMI (infoCIUDADANO)
12/Julio/2010

Llegaron las vacaciones estudiantiles, con esto, celebramos las graduaciones, hacemos planes para ir de vacaciones, dormir un poco más, jugar o compartir con los amigos, todo suena a diversión.
Dentro de los miles de estudiantes venezolanos, hoy quiero felicitar a los hijos de los presos politicos venezolanos quienes, a pesar de todas las incertidumbres que han tenido que vivir entre la escuela, los días de angustia en casa, los días de visita a su papá en la cárcel, muchos de ellos sin disfrutar de sus vacaciones para pasarlas con su papá, han hecho un esfuerzo mayor que el de otros estudiantes venezolanos para culminar sus estudios exitosamente.
Durante largo tiempo, he escuchado entre el dolor y la rabia, a ex presos políticos lamentarse por no estar presentes el día de la graduación de sus hijos. También me he emocionado y sentido orgullosa cuando el hijo de un preso politico acude con toga, birrete y diploma a la cárcel, para ponérselo a su papá que está tras las rejas.
Sin embargo, no hay palabras para describir lo que siente el hijo de un preso político, al enterarse de la sentencia de su papá, sabiéndolo inocente y, con la fortaleza transmitida por su padre preso. Con eso y con su mamá haciéndole frente a la adversidad, acude a la escuela y continúa estudiando.
Hoy quiero hablarles de Julito, el hijo del Sargento de la Policía Metropolitana Julio Rodríguez, preso en la cárcel de Ramo Verde y sentenciado a 30 años por los sucesos del 11A, tiempo del que ya ha cumplido más de siete años. Julito no sabe lo que es ir a la escuela con su papá, porque ese primer día, ya su papá estaba preso. Así transcurrió la primaria, acaba de terminar su sexto grado y va para bachillerato, mientras su papá sigue prisionero.
Julito ha sido y lo confieso, una inspiracion para mí, porque siendo ya un pre adolescente, ha sabido sobrellevar todas las injusticias que ha vivido su papá, invirtiéndolas en ejemplo para que su papá se sienta orgulloso de él, estudiando mucho, siendo un buen hijo, un buen hermano y un buen amigo.
Julito es un reflejo de un papá que dio más de 20 años de servicio a la Policíia Metropolitana, sirviendo a su comunidad con honestidad y sentido de justicia. Julito es orgullo de su mamá y sus hermanas quienes, como familia unida, son un ejemplo de dignidad y valor en estos tiempos donde pareciera que los principios están desapareciendo.
¡Felicidades a Julito, y a todos los hijos de los presos políticos en su fin de curso!

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