Monday, October 12, 2009

DIa de La Herencia Hispana 12 de octubre 2009


dedico esto a :
Alejandro Bouza
Asturias 1898
La Habana 1972
America Leiva

Dia de la Hispanidad

1 Argentina Buenos Aires
2 Bolivia La Paz y Sucre
3 Chile Santiago
4 Colombia Bogotá
5 Costa Rica San José
6 Cuba La Habana
7 Ecuador Quito
8 El Salvador San Salvador
9 España Madrid
10 Guatemala Ciudad de Guatemala
11 Honduras Tegucigalpa
12 México Ciudad de México
13 Nicaragua Managua
14 Panamá Ciudad de Panamá
15 Paraguay Asunción
16 Perú Lima
17 Puerto Rico San Juan
18 República Dominicana Santo Domingo
19 Uruguay Montevideo
20 Venezuela Caracas

NOTAS DEL ALMA INDÍGENA

¡Quién sabe!

Indio que asomas a la puerta
de esta tu rústica mansión: .
para mi sed no tienes agua?
¿para mi frío, cobertor?
¿parco maíz para mi hambre?
¿para mi sueño, mal rincón?
¿breve quietud para mi andanza?...
-¡Quién sabe, señor!

Indio que labras con fatiga
tierras que de otros dueños son:
¿ignoras tú que deben tuyas
ser, por tu sangre y tu sudor?
¿ignoras tú que audaz codicia,
siglos atrás, te las quitó?
¿ignoras tú que eres el Amo?...
-¡Quién sabe, señor!

Indio de frente taciturna
y de pupilas sin fulgor:
¿qué pensamiento es el que escondes
en tu enigmática expresión?
¿qué es lo que buscas en tu vida?
¿qué es lo que imploras a tu Dios?
¿qué es lo que sueña tu silencio?
-¡Quién sabe, señor!

¡Oh raza antigua y misteriosa
de impenetrable corazón,
que sin gozar ves la alegría
y sin sufrir ves el dolor:
eres augusta como el Ande,
el grande Océano y el Sol.

Ese tu gesto que parece
como de vil resignación,
es de una sabia indiferencia
y de un orgullo sin rencor..
Corre en mis venas sangre tuya,
y, por tal sangre, si mi Dios
me interrogase qué prefiero
- cruz o laurel, espina o flor,
beso que apague mis suspiros
o hiel que colme mi canción
responderíale dudando:
-¡Quién sabe, señor!

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EL GAUCHO MARTÍN FIERRO
de José Hernández

1
Aquí me pongo a cantar
Al compás de la vigüela,
Que el hombre que lo desvela
Una pena extraordinaria
Como la ave solitaria
Con el cantar se consuela.

2
Pido a los Santos del Cielo
Que ayuden mi pensamiento;
Les pido en este momento
Que voy a cantar mi historia
Me refresquen la memoria
Y aclaren mi entendimiento.

3
Vengan Santos milagrosos,
Vengan todos en mi ayuda,
Que la lengua se me añuda
Y se me turba la vista;
Pido a Dios que me asista
En una ocasión tan ruda.

4
Yo he visto muchos cantores,
Con famas bien obtenidas,
Y que después de adquiridas
No las quieren sustentar:
Parece que sin largar
Se cansaron en partidas.

5
Mas ande otro criollo pasa
Martín Fierro ha de pasar,
Nada la hace recular
Ni las fantasmas lo espantan;
Y dende que todos cantan
Yo también quiero cantar.

6
Cantando me he de morir
Cantando me han de enterrar,
Y cantando he de llegar
Al pie del eterno padre:
Dende el vientre de mi madre
Vine a este mundo a cantar.

7
Que no se trabe mi lengua
Ni me falte la palabra:
El cantar mi gloria labra
Y poniéndome a cantar,
Cantando me han de encontrar
Aunque la tierra se abra.

8
Me siento en el plan de un bajo
A cantar un argumento:
Como si soplara el viento
Hago tiritar los pastos;
Con oros, copas y bastos
Juega allí mi pensamiento.

9
Yo no soy cantor letrao,
Mas si me pongo a cantar
No tengo cuándo acabar
Y me envejezco cantando:
Las coplas me van brotando
Como agua de manantial.

10
Con la guitarra en la mano
Ni las moscas se me arriman,
Naides me pone el pie encima,
Y cuando el pecho se entona,
Hago gemir a la prima
Y llorar a la bordona.

11
Yo soy toro en mi rodeo
Y torazo en rodeo ajeno;
Siempre me tuve por güeno
Y si me quieren probar,
Salgan otros a cantar
Y veremos quién es menos

12
No me hago al lao de la güeya
Aunque vengan degollando,
Con los blandos yo soy blando
Y soy duro con los duros,
Y ninguno en un apuro
Me ha visto andar titubeando.

13
En el peligro, !qué Cristos!
El corazón se me enancha,
Pues toda la tierra es cancha,
Y de eso naides se asombre:
El que se tiene por hombre
Ande quiere hace pata ancha.

14
Soy gaucho, y entiendaló
Como mi lengua lo explica:
Para mi la tierra es chica
Y pudiera ser mayor;
Ni la víbora me pica
Ni quema mi frente el sol.

15
Nací como nace el peje
En el fondo de la mar;
Naides me puede quitar
Aquello que Dios me dio
Lo que al mundo truje yo
Del mundo lo he de llevar.

16
Mi gloria es vivir tan libre
Como el pájaro del cielo:
No hago nido en este suelo
Ande hay tanto que sufrir,
Y naides me ha de seguir
Cuando yo remuento el vuelo.

17
Yo no tengo en el amor
Quien me venga con querellas;
Como esas aves tan bellas
Que saltan de rama en rama,
Yo hago en el trébol mi cama,
Y me cubren las estrellas.

18
Y sepan cuantos escuchan
De mis penas el relato,
Que nunca peleo ni mato
Sino por necesidá,
Y que a tanta alversidá
Sólo me arrojó el mal trato

19
Y atiendan la relación
Que hace un gaucho perseguido,
Que padre y marido ha sido
Empeñoso y diligente,
Y sin embargo la gente
Lo tiene por un bandido.


20
Ninguno me hable de penas,
Porque yo penando vivo,
Y naides se muestre altivo
Aunque en el estribo esté:
Que suele quedarse a pie
El gaucho más alvertido.

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SONATINA
Ruben Dario
Nicaragua

La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.

El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y vestido de rojo piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.

¿Piensa, acaso, en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?

¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.

Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte,
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.

¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real;
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.

¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste, la princesa está pálida)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe,
—la princesa está pálida, la princesa está triste—,
más brillante que el alba, más hermoso que abril!

—«Calla, calla, princesa —dice el hada madrina—;
en caballo, con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con un beso de amor».
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Poema Campoamor
Ruben Dario
Nicaragua

Éste del cabello cano,
como la piel del armiño,
juntó su candor de niño
con su experiencia de anciano;
cuando se tiene en la mano
un libro de tal varón,
abeja es cada expresión
que, volando del papel,
deja en los labios la miel
y pica en el corazón.


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Cancion del Pirata
Jose Espronceda
1808
España

Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, el Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.

La luna en el mar riela,
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y va el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Estambul:

«Navega, velero mío,
sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.

Veinte presas
hemos hecho
a despecho
del inglés,
y han rendido
sus pendones
cien naciones
a mis pies.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

Allá muevan feroz guerra
ciegos reyes
por un palmo más de tierra;
que yo aquí tengo por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.

Y no hay playa,
sea cualquiera,
ni bandera
de esplendor,
que no sienta
mi derecho
y dé pecho
a mi valor.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

A la voz de «¡barco viene!»
es de ver
cómo vira y se previene
a todo trapo escapar;
Que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.

En las presas
yo divido
lo cogido
por igual;
sólo quiero
por riqueza
la belleza
sin rival.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me río;
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena,
colgaré de alguna antena,
quizá en su propio navío.
Y si caigo,
¿qué es la vida?
Por perdida
ya la di,
cuando el yugo
del esclavo,
como un bravo,
sacudí.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

Son mi música mejor
aquilones,
el estrépito y temblor
de los cables sacudidos,
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.

Y del trueno
al son violento,
y del viento
al rebramar,
yo me duermo
sosegado,
arrullado
por el mar.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

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Los heraldos negros
Peru

Hay golpes en la vida tan fuertes . . . ¡Yo no se!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos;
la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma
¡Yo no se!
Son pocos; pero son . . . abren zanjas oscuras
en el rostro mas fiero y en el lomo mas fuerte,
Serán talvez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte


Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna adorable que el Destino Blasfema,
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema


Y el hombre....pobre...¡pobre!
Vuelve los ojos,
como cuando por sobre el hombro
nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos,
y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa,
en la mirada.


Hay golpes en la vida, tan fuertes . . . ¡Yo no se!

Cesar Vallejo

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¡Buenas! Hoy es lunes, octubre 12, 2009 y son las 12:52 pm
José Martí Cuba
(1853—1895)

Versos Sencillos (1891)

I

Yo soy un hombre sincero
De donde crece la palma.
Y antes de morirme quiero
Echar mis versos del alma.

Yo vengo de todas partes,
Y hacia todas partes voy:
Arte soy entre las artes,
En los montes, monte soy.

Yo sé los nombres extraños
De las yerbas y las flores,
Y de mortales engaños,
Y de sublimes dolores.

Yo he visto en la noche oscura
Llover sobre mi cabeza
Los rayos de lumbre pura
De la divina belleza.

Alas nacer vi en los hombros
De las mujeres hermosas:
Y salir de los escombros,
Volando las mariposas.

He visto vivir a un hombre
Con el puñal al costado,
Sin decir jamás el nombre
De aquélla que lo ha matado.

Rápida como un reflejo,
Dos veces vi el alma, dos:
Cuando murió el pobre viejo,
Cuando ella me dijo adiós.

Temblé una vez -en la reja,
A la entrada de la viña,-
Cuando la bárbara abeja
Picó en la frente a mi niña.

Gocé una vez, de tal suerte
Que gocé cual nunca: cuando
La sentencia de mi muerte
Leyó el alcalde llorando.

Oigo un suspiro, a través
De las tierras y la mar,
Y no es un suspiro. -es
Que mi hijo va a despertar.

Si dicen que del joyero
Tome la joya mejor,
Tomo a un amigo sincero
Y pongo a un lado el amor.

Yo he Visto al águila herida
Volar al azul sereno,
Y morir en su guarida
La víbora del veneno.

Yo sé bien que cuando el mundo
Cede, lívido, al descanso,
Sobre el silencio profundo
Murmura el arroyo manso.

Yo he puesto la mano osada
De horror y júbilo yerta,
Sobre la estrella apagada
Que cayó frente a mi puerta.

Oculto en mi pecho bravo
La pena que me lo hiere:
El hijo de un pueblo esclavo
Vive por él, calla y muere.

Todo es hermoso y constante,
Todo es música y razón,
Y todo, como el diamante,
Antes que luz es carbón.

Yo sé que el necio se entierra
Con gran lujo y con gran llanto, -
Y que no hay fruta en la tierra
Como la del camposanto.

Callo, y entiendo, y me quito
La pompa del rimador:
Cuelgo de un árbol marchito
Mi muceta de doctor.

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.
Reir Llorando
Juan de Dios Peza
Mexico

Viendo a Garrick, actor de la Inglaterra,
el pueblo al aplaudirlo le decía:
Eres el más gracioso de la tierra y el más feliz.
Y el cómico reía.
Víctimas del spleen los altos lores,
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores
y cambiaban su spleen en carcajadas.
Una vez ante un médico famoso,
llegose un hombre de mirar sombrío:
-Sufro -le dijo- un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.
Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte;
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única pasión la de la muerte.
-Viajad y os distaereís. -Tanto he viajado
-Las lecturas buscad -Tanto he leido-
Que os ame una mujer - ¡Si soy amado!
-Un título adquirid -Noble he nacido.
¿Pobre seréis quizá? -Tengo riquezas
- ¿De lisonjas gustáis ? - ¡Tantas escucho!
-¿Que teneís de familia?...-Mis tristezas
-¿Vais a los cementerios?... -Mucho, mucho.
¿De vuestra vida actual tenéis testigos?
- Sí, mas no dejo que me impongan yugos;
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos mis verdugos.
-Me deja- agrega el médico -perplejo
vuestro mal, y no debo acobardaros;
Tomad hoy por receta este consejo:
sólo viendo a Garrick podéis curaros.
-¿A Garrick ? -Sí, a Garrick...La más remisa
y austera sociedad lo busca ansiosa;
todo aquel que lo ve muere de risa;
¡tiene una gracia artística asombrosa !
-Y a mí me hará reir?-Ah, sí, os lo juro !;
él, sí, nada más él...Mas qué os inquieta?...
-Así -dijo el enfermo -no me curo:
¡Yo soy Garrick ! Cambiádme la receta.
¡Cúantos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reir como el autor suicida
sin encontrar para su mal remedio!
¡Ay ! ¡ Cúantas veves al reir se llora!..
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora
el alma llora cuando el rostro rie!
Si se muere la fé, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestras plantas pisa
lanza a la faz la tempestad del alma
un relámpago triste: la sonrisa.
El carnaval del mundo engaña tanto;
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reir con llanto
y también a llorar con carcajadas.

Juan de Dios Peza
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Poema 15
Chile

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía;
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Pablo Neruda

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Idilio
Colombia

-Ella lo idolatró y Él la adoraba...
-Se casaron al fin?
-No, señor, Ella se casó con otro
-¿Y murió de sufrir?
-No, señor, de un aborto.
-¿Y Él, el pobre, puso a su vida fin?
-No, señor, se casó seis meses antes
del matrimonio de Ella, y es feliz.

Jpse Asuncion Silva

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Poema Guatemala
de Miguel Angel Asturias



(Cantata)
1954

¡Patria de las perfectas luces, tuya
la ingenua, agraria y melodiosa fiesta,
campos que cubren hoy brazos de cruces!

¡Patria de los perfectos lagos, altos
espejos que tu mano acerca al cielo
para que vea Dios tantos estragos!

¡Patria de los perfectos montes, cauda
de verdes curvas imantando auroras,
hoy por cárcel te dan tus horizontes!

¡Patria de los perfectos días, horas
de pájaros, de flores, de silencio
que ahora, ¡oh dolor!, son agonías!

¡Patria de los perfectos cielos, dueña
de tardes de oro y noches de luceros,
alba y poniente que hoy visten tus duelos!

¡Patria de los perfectos valles, tienden
de volcán a volcán verdes hamacas
que escuchan hoy llorar casas y calles!

¡Patria de los perfectos frutos, pulpa
de paraíso en cáscara de luces,
agridulces ahora por tus lutos!

¡Patria del armadillo y la luciérnaga
del pavoazul y el pájaro esmeralda,
por la que llora sin cesar el grillo!

¡Patria del monaguillo de los monos,
el atel colilargo, los venados,
los tapires, el pájaro amarillo

y los cenzontles reales, fuego en plumas
del colibrí ligero, juego en voces
de la protesta de tus animales!

Loros de verde que a tu oído gritan
no ser del oro verde que ambicionan
los que la libertad, Patria, te quitan.

Guacamayas que son tu plusvalía
por el plumaje de oro, cielo y sangre,
proclamándote va su gritería...

¡Patria de las perfectas aves, libre
vive el quetzal y encarcelado muere,
la vida es libertad, Patria, lo sabes!

¡Patria de los perfectos mares, tuyos
de tu profundidad y ricas costas,
más salóbregos hoy por tus pesares!

¡Patria de las perfectas mieses, antes
que tuyas, júbilo del pueblo, gente
con la que ahora en el pesar te creces!

¡Patria de los perfectos goces, hechos
de sonido, color, sabor, aroma,
que ahora para quién no son atroces!

¡Patria de las perfectas mieles, llanto
salado hoy, llanto en copa de amargura,
no la apartes de mí, no me consueles!

¡Patria de las perfectas siembras, calzan
con hambre de maíz sus pies desnudos,
los que huyen hoy, tus machos y tus hembras!

+++++++++++++++++++++++++++++++
Roque Dalton
El Salvador

Doradas cenizas del Fénix

Doradas Cenizas del fénix
pero del fénix de los Ingenios
rapto demorado de la belleza
que levanta su propio circo
palabra que se desintegra y se desintegra
en el kilometraje gratuito de la vida
oh despojos apenas
ingrato
viejo error
de la vieja pecera que me ladra en el pecho.

Ni la llave del olvido
ni el sol del amor
resisten vuestra mohosidad
integral
incorporadora
como una maldición
sales para cultivar el verdín de la muerte
despojos despojos
Doradas Cenizas del fénix.

(Doradas Cenizas del Fénix, 1961-1963, México- La Habana)

++++++++++++++++++++++++++++
Jose Alejandro Peñas
Santo Domingo

ARMSTRONG EN EL ACETATO


El pasado en rampa de fantasmas,
en orquesta de viajero cuyo
Amanecer es la moraleja de la vida.
Alguien dijo: se debe Pintarrajear una veta,
abrir un hocico en el hueco, coronar
De cielo el techo de la viuda, romper el azur
y hablarse del cero.

Una voz decía: ensarta todo (especialmente
la lumbre),
filma y sigue la voz de Louis Armstrong,
baraja los cartílagos del baile
que están en el sueño.
En medio de la travesía dolorosa,
rueda la luna, una menta, una infancia
untada en el calibre
de lo ingrato y de la infeliz maniobra.
Y qué dijo el cantante?
Por la breve nota me iré.
Por el saxo soplado hará falta un labio
Que coincida con los fósiles.
Si por las planicies pasa un tigre
lo salpicará de rabiosas líneas.
Y la voz final dijo:
crecerá veloz mi tendón de futuro
Y de finas fementidas esquizofrenias.

++++++++++++++++++++++++++

En el barco (A mi Madre)
by
Francisco Gonzalo Marin
Puerto Rico


Ya voy a echarme a la mar!
Abordo el buque mambí
con el ansia de alcanzar
bien las costas de Pinar
o la punta de Maisí.

me dejo prendas hermosas
atrás, de inmensa cuantía...
Suponed si son preciosas
cuando en medio de esas cosas
me dejo la madre mía.

Pero allá tengo también,
y voy a encontrar ilesos,
laureles para mi sien,
hombres para Borinquen
y de mi hermano los huesos.

No me brinde en copa de oro
la juventud su tesoro
ni el paria su infausta suerte,
que yo me voy a la muerte,
prometido a quien adore.

Con cuanta satisfacción,
bajo el cubano pendón,
se saciara mi deseo
combatiendo en la legión
de Gómez y de Maceo!

O con que delicia extrema,
con la estrella del mambí
como fulgida diadema,
caerá, luciendo el emblema
de la tierra de Martí!

Al mirarme luchador,
madre, sentirás dolor,
pues cambia tu mozalbete
por el pomo del machete
su corona de cantor.

mas si yo te tengo a ti
como a mi madre y mi Dios,
tengo otra Madre, ay de mi!:
-la Patria en que yo nací-
madre ingrata de los dos.

Ya veras, noble señora,
tras de una espléndida aurora,
surgir de pronto a la vida
una gente redentora
y una tierra redimida.

Y has de ver, dicha sin tasa!
al fin de la ardua pelea
que nuestros campos abrasa,
que es mas santa nuestra casa
y mas linda nuestra aldea.

Ya voy a echarme a la mar!
abordo un buque mambí
con el ansia de alcanzar
lo que en un sagrado altar
me juro José Martí.

++++++++++++++++++++
Ecuador

Poema Fugaz Retorno de Jorge Enrique Adoum

La cocina estaba todavía salpicada
de harina y oraciones; la nodriza
arropaba al fantasma de la noche,
buscaba el itinerario de las naves
que trajeran de regreso a un vagabundo.

Habían enmohecido las imágenes, envejecido
el ruido. En las grandes tinajas
el eco de voces conocidas repetía
la cuenta del dinero. Se hablaba
de adulterios cercanos, de inversiones.

“Hay afuera un día de luz, de humana
paz y de manzanas. Hay canciones y avanza
una multitud que vive y crece. De ella
es el reino del futuro. El que sea digno
ahora merecerá ese día y será amado.
Yo sé qué hora es, cómo me llamo, a dónde
voy lleno de orgullo y de noticias.
Y no estaré mucho tiempo entre vosotros”.

No hubo sacrificio de vino o de cordero.
La madre, entre dos lágrimas severas,
me habló por mi bien, me indicó bondadosa
el buen camino, preguntó si tenía otro sombrero.
Mas mi hermano, el que solía fabricar delgadas
flautas para acompañar el canto de los sembradores
y que aún temía la dureza de la herencia
y la mirada del búho como un sacerdote,
no pudo dormir.

“Yo quiero merecer
el amor que tú has visto. ¿Cuándo
es la felicidad?”
“Mañana”.

Y corrimos, como dos fugitivos, hasta
la dura orilla donde se deshacían
las estrellas. Los pescadores nos hablaron
de victorias sucesivas en provincias cercanas.
Y nos mojó los pies una espuma del alba,
llena de raíces nuestras y de mundo.

De “Notas del hijo pródigo” 1953
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++++++++++++++++++++++

Juan Wallparimachi
* Mamay - Mi madre
Bolivia
* .
* ¿Ima phuyun jaqay phuyu,
* Yanayasqaj wasaykamun?
* Mamaypaj waqayninchari
* Paraman tukuspa jamun.
* .
* ¿Qué nube puede ser aquella nube
* Que obscurecida se aproxima?
* Será tal vez el llanto de mi madre
* Que viene en lluvia convertido.
* .
* Tukuytapis inti k'anchan,
* Noqayllatas manapuni.
* Tukuypajpis kusi kawsan,
* Noqay waqaspallapuni.
* .
* El sol alumbra a todos,
* Menos a mí.
* No falta dicha para nadie;
* Mas para mí solo hay dolor.
* .
* Pujyumanta aswan ashkata
* Má rejsispa waqarqani,
* Mana pipas pichaj kajtin
* Noqallataj mullp'urqani.
* .
* Porque no pude conocerla
* Lloré más harto que la fuente,
* Y porque no hubo quien me asista
* Mis propias lágrimas bebí.
* .
* Yakumanpis urmaykuni,
* "Yaku, apallawayña", nispa.
* Yakupis aqoykamuwan
* "Riyraj, mask'amuyraj", nispa.
* .
* También al agua me arrojé
* Queriendo que ella me arrastrara.
* Pero el agua me echó a la orilla
* Diciéndome: "Anda aún a buscarla".
* .
* Paychus sonqoyta rikunman,
* Yawar qhochapi wayt'asqán,
* Khishkamanta jarap'asqa,
* Pay jinallataj waqasqan.
* .
* Si ella viera mi corazón,
* Cómo nada en lago de sangre.
* Envuelto en maraña de espinas,
* Lo mismo que ella está llorando.

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