Monday, January 18, 2010

La Dama de Las Camelias by Ruben Dario



dedico esto a
Tara
Theo
Manolo

La Dama de las Camelias
del Libro
" Baladas y Canciones "
by Ruben Dario

Margarita Gautier lei tu historia,
Y al admirar tu noble sacrificio,
Halle en tu vida deslumbrante gloria;
Mire virtud donde reinaba el vicio.
Fue desde entonces mi constante idea
Encontrarte , sin perfidos engaños,
Con el amor intenso que desea
Un corazon que late a los veinte años.
Ir a Paris, hallarte , hacerte mia,
Volver la vida interminable fiesta,
Vivir en baile y en deliciosa orgia,
A los dulces acordes de la orquesta,
Salir unidos en ruidoso coche,
Mostrando al mundo tu belleza extraña;
Buscar la dicha en borrascosa noche,
En las doradas, copas de champaña...
Agotar a tu lado los placeres
Ebrio de amor , de gozo y de ventura,
Y en medio de fantasticas mujeres
Ver proclamar por reina tu hermosura...
Tras largos años de tan grata suerte,
Desconociendo el odio y el agravio,
Ir a tus brazos a esperar la muerte,
Bebiendo el nectar de tu ardiente labio,
Para descansar despues de mis lecturas.
Busque en *Nana lo alegre y lo liviano,
Y al ver la Humanidad y sus locuras,
Quise arrojar el libro de la mano.
Pinta el autor las cosas como existen;
Por sus dos fases examina el vicio,
Pues al mostrar las galas que lo visten
Nos señala tambien el precipicio.
No ve la tierra de verdor cubierta,
Busca el negro esteril subterraneo;
No ve la frente de la virgen muerta,
Quiere estudiar el interior del craneo.
Sabe poner el vicio de tal modo,
Que la virtud nos llama y nos provoca,
Quiere palpar el asqueroso lodo
Quiere despues llevarselo a la boca?
Calla la carne y habla la conciencia;
Se sigue en pos de lo sublime y bueno;
No se busca el festin de la licencia,
Lleno de acibar y de atroz veneno...
Se sueña con la hermosa compañera,
Que , en noches melancolicas de luna,
Al caro esposo en el hogar espera,
Meciendo amante la risueña cuna.

* Nana obra de Emile Zola

En las Contelaciones

Se que soy. desde el tiempo del Paraiso, reo;
se que he robado el fuego y robe la armonia
Que es abismo mi alma y huracan mi deseo;
que sorbo el infinito y quiero todavia....


Melancolia

Hermano, tu que tiene la luz, dime la mia,
Soy como un ciego.
Voy sin tumbo y ando a tientas.
Voy bajo tempestades y tormentas,
ciego de ensueños y loco de armonia.

Ese es mi mal, Soñar! La poesia
es la camisa ferrea de mil puntas cruentas
que llevo sobre el alma; Las espinas sangrientas
dejan caer las gotas de mi melancolia.

Y asi voy, ciego y loco, por ese mundo amargo;
a veces me parece que el camino es muy largo,
y a veces que es muy corto...

Y es este titubeo del aliento y agonia,
cargo lleno de penas lo que apenas soporto,
? No oyes caer las gotas de mi melancolia?.

Ruben Dario narracion


Dumas vio el entierro de la desgraciada, y notó que apenas dos personas seguían el pobre féretro. ¿Qué mano compasiva echaría en la fosa común un puñado de tierra, sobre el ataúd de la pálida muerta? ¡Ah, buenas almas, vosotras dos que formáis el fúnebre cortejo..., qué versos los de Dumas en pago de tamaña caridad!

Vous qui l'avez aimée et qui l'avez suivie;

Qui n'êtes pas de ceux qui, duc, marquis ou lord,

Se faisant un orgueil d'entretenir sa vie,

N'ont pas compris l'honneur d'accompagner sa mort.

Y después que por la faz del poeta rodó una lágrima, ya bajo la tierra el cuerpo de la citada Duplessis, de la pluma de su creador nació a la vida Margarita Gautier.

Era preciso que aquel mozo diece suelte a lo que llevaba en el pecho. Una pieza sentida, no pensada, era el triunfo que debía venir. Ello fue así. Todo el mundo comprendió que aquella nueva obra iba directamente al corazón, y por eso su gran éxito.

La áspera verdad de Stendhal viese en la novela que sirvió de base a" La Dama de las Camelias", obra dramática. Diríase un telón que se descorre dejando ver ciertas oscuras interioridades. El autor del Demi-Mon-de, hay que advertirlo, no ha pretendido coronar de rosas las cabezas pálidas de las damas del alegre vivir.

No ha querido tampoco hacer descender la llama pura del ideal a las alcobas vedadas. Margarita es la flor que se desenreda de los breñales, se limpia, se purifica y se baña de luz. Esa luz es el amor de un alma virgen. ¡Qué importa que esa alma esté encerrada en una cárcel indigna! Dentro de ese cuerpo embotado hay una estrella.

Dumas es el peor enemigo de la carne.

Si halla un amor profundo y sincero, una pasión arrebatada y loca, helo allí con su corona de lirios, con sus versos honrados, con sus tendencias altas, a despecho de sus contradictores.

Sarah Bernhardt, ya lo conoce el público de Santiago, es una Margarita irreprochable. Es en La Dama de las Camelias donde ella encuentra mucho campo para sus dotes admirables. En la reprise de la obra en el Municipal, el público ha podido apreciar más el mérito de esa actriz que siempre encuentra nuevas maneras de conmover al espectador con su talento excepcional.

Sobre todo, en las escenas últimas del último acto, en el grito que lanza al ver a Armando, en la muerte de Margarita, Sarah puso admiración en todo el público. Hay algo de sobrenatural en ese cambio de rostro, por decirlo así, al pasar de la vida a la muerte.

La agonía es conmovedora: gemido, sollozo, convulsión y delirio. Y después, aquel último abrazo que dio a Armando, aquella moribundez, aquel acabamiento; y después, exhaló un postrer suspiro, y después quedó cadáver, e cade come corpo morto cade.

Muchos esfuerzos hicieron los otros actores para poder aparecer ante Sarah dignos de su papeles. Harto lo procuraron. De Garnier diremos que hizo un Armando plausible. Buena memoria quedará en Santiago de La Dama de las Camelias hecha por la compañía de Sarah Bernhardt.

R Dario
ecerto


Marie Duplessis
From Wikipedia, the free encyclopedia


watercolour of Marie Duplessis at the theatre, by Camille Roqueplan
Marie Duplessis (January 15, 1824 – February 3, 1847) was a French courtesan and mistress to a number of prominent and wealthy men. She was the inspiration for Marguerite Gautier, the main character of La Dame aux Camélias by Alexandre Dumas the younger, one of Duplessis' lovers. Much of what is known about her has been derived from the literary persona and contemporary legends[1].
Contents [hide]
1 Early life
2 Life as a courtesan
3 Novel, play and opera
4 References
[edit]Early life

Marie Duplessis was born Rose Alphonsine Plessis in 1824 at Nonant-le-Pin, Normandy, France. Her father became her de facto pimp when she was about 12 years old. At the age of 15, she moved to Paris where she found work in a dress shop.
As recorded in art of the day [2] Marie Duplessis was evidently an extremely attractive young woman, with a petite figure and an enchanting smile. By the time she was 16, she had become aware that prominent men were willing to give her money in exchange for her company in both private and social settings. She became a courtesan and learned to read, write, and to stay abreast of world events so as to be able to converse on these topics with her clients and at social functions. She also added the faux noble "Du" to her name.

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