Monday, July 27, 2009

Un Genocidio llamado Cruzada by Armando del Moral



Armando del Moral
1916 - 2009
joven albaceteño
Campo de Concentracion
1939 - 2009

Fragmento del libro
"Genocidio llamado Cruzada"


En la Guerra Civil Española intervinieron factores esenciales que los
historiadores han desestimado, en el caso que los hayan recono-
cido. Mientras se da preponderancia a la situación política y sus ho-
bres, se ignora que fue una condición social la que propicio el con-
afrontamiento, y mientras se habla de las fuerzas en combate en
millares, se desconoce que el punto de partida, como sucede casi
a través de todo el proceso evolutivo en España, fue el individuo.
Como ningún otro, el español tenia individuos preparados que hicie-
ron posible la única lucha de la humanidad, en los últimos cien años,
en defensa de su dignidad y libertad.
El desconocimiento de esta realidad fue pagado bien caro por aque-
llos que, siendo espectadores de la tragedia, no creían en nuestras ad-
vertencias de que ellos serian las victimas, por no ayudar a terminar
la lucha con una paz, que seria el punto de partida de una nueva era
de entendimiento para el mundo.
Por haber confiado mas en lo aparente, que en la verdad, se produ-
jo la carnicería que conocimos por Segunda Guerra Mundial, precedida
y acompañada por el crimen horrible, sin nombre y sin paralelo, de la
muerte de millones de seres por el solo delito de haber nacido clasi-
ficados como judíos. Se creía que las matanzas en épocas pasadas no
podían repetirse en " estos tiempos de cultura y civilización". No se
repitieron, fueron nuevas, por su numero de victimas y grados de
crueldad.
El ser contrae obligaciones de acuerdo con su manera y época de
vida. Los que vivimos ants, durante y después de la epopeya espa-
ñola , debemos a los muertos, casi muertos, supervivientes y nuevas
generaciones, el testamento de nuestra experiencia humana, sin de-
jarnos impresionar por la técnica de la historia , que nos inhiba por
" miedo a no recordar fechas". Lo esencial es contribuir , mas que con
números, con el retrato de las condiciones humanas que los propicia-
ron , desde la posición autorizada y valiosa de participe, en cualquiera
de los campos en que se produjo la participación. Las fechas , invención
del hombre para darle mediada a su paso por el mundo. son una ficción
con la que se trata de evaluar la complicada y real maquinaria humana.
Nací cuando Europa se desangraba en la llamada Primera Guerra Mun-
dial ( 15 de junio 1916 ) , en un lugar de la Mancha llamado Albacete;
fui mecido por las explosiones de la Barcelona revolucionaria y crecí
en un ambiente en el que en vez de huir de los alborotes sociales, íbamos
hacia ellos impulsados por el " vamos a ver que paso y quienes son
los muertos y presos///"
El miedo nato al peligro quedo enterrado en la fosa abierta por los actos
violentos a nuestro derredor.
Las ideas sociales entraron en mi cerebro con palabras confusas: Sindi-
catos Únicos, Sindicatos Libres, acratas , republicanos, radicales, anar-
quistas, liberales, cnetistas sindicalistas, masones, comunismo libre,
comités partidarios, burguesía, somaten, trotskistas, comunismo de estado,
socialismo , esquiroles, tránsfugas, apostatas, iconoclastas, pistoleros,
huegas revolucionarias, represión, opresión, explotación, proletariado...
A los diez años , por el ruido , podía distinguir con cierta precisión el
lugar donde había hecho explosión una bomba en Barcelona. Petardos
les llamaban en esos días, pese a que volaban paredes de fabricas, des-
truian líneas férreas y cortaban las comunicaciones. ? Como serian las bom-
bas? También lo llegue a saber en la Barcelona proletaria, industrial y
que en canciones llamarían " señorial".
En ese ambiente de continuos enfrentamientos, mis opiniones eran
centristas, malo en tiempo de extremos. En España se vivía precariamente
entre los polos opuestos: proletarios - burgueses. No es facil que subsis-
ta una sociedad partida en dos irreconciliables bandos.
Los españoles anarquistas , como buenos descendientes de iberos, en vez
de imponerse al triunfar el 19 de julio de 1936 , y cambiar la sociedad,
pensaron que eso podría llevar a la matanza de inocentes y el aislamiento
suicida de España del resto del mundo; dieron , en cambio , paso a la cola-
oración con los demás sectores y partidos políticos. Ellos, que gracia a su
arrojo al aporte de la juventud, fueron verdaderos salvadores de la Segun-
da Republica Española, que los republicanos indecisos y faltos de visión
habían anulado como vehiculo de transformación social y entregado a las
fuerzas conservadores y destructivas de la democracia, acabarían por ser
sus victimas. La tendencia Ibérica al péndulo extremista y el innato indi-
vidualismo, hizo posible la supervivencia de la socialmente inoperante
Republica y con ello la prolongación durante 32 dolorosos meses de una
guerra civil, al final de la cual el pueblo perdía libertad y esperanza . Los
anarquista, al no aceptar el mandato de la historia por su miedo al auto-
ritarismo y vacilación en tomar el poder, hicieron posible en parte el triun-
fo franquista.
Los comunistas de España , disciplinados , aunque divididos en cuatro
diversos partidos orientados desde fuera del país, aprovecharon la opor-
tunidad que la indecisión anarquista les brindaba. Contaron, también , con
la torpe ayuda de republicanos acobardados y socialistas despistados;
con el mínimo de esfuerzo y ahorro de sangre de sus cuadros, lograron el
mayor provecho. Los escrúpulos de la mayoría accionante CNT - FAI de
no quebrantar sus ideales en pro de una sociedad libre sin clases ni
gobierno, sirvió a los comunistas para , sin tomar el poder que no deseaba
en aquellos momentos, eliminar a todos aquellos, españoles y extranjeros
que representaban un peligro para la expansión mundial del comunismo.

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