A la memoria de America Leiva Navia Camaguey - Cuba 26 de Septiembre 1926 Los Angeles -California 30 de Diciembre 1992
A mi Madre jose Marti 1853 - 1895
Madre del alma, madre querida,
Son tus natales , quiero cantar.
Porque mi alma, de amor henchida,
Aunque muy joven , nunca se olvida
De la que vida me hubo de dar.
Pasan los años ,vuelan las horas
Que yo a tu lado no siento ir,
Por tus caricias arrobadoras
Y las miradas tan seductoras
Que hacen mi pecho , fuerte latir.
A Diosyo
pido constantemente
Para mis padres vida inmortal,
Porque es muy grato , sobre la frente
Sentir el roce de un beso ardiente
Que de otra boca nunca es igual.
A Leonor Perez Jose Marti 1853 - 1895
Mírame, madre y por tu amor no llores,
Si esclavo de mi edad y mis doctrinas,
Tu mártir corazón llené de espinas,
Piensa que nacen entre espinas flores.
A mi madre Julian del Casal 1863 - 1903
No fuistes una mujer, sino una santa
que murio de dar vida a un desdichado,
pues sali de tu seno delicado.
como sale una espina de una planta.
Hoy que tu dulce imagen se levanta
del fondo de mi lobrego pasado,
el llanto esta a mis ojos asomado,
los sollozos comprimen mi garganta.
y aunque yazgas troncada en polvo yerto,
si ofrecerme bienhechor arrimo,
como quieras que estes siempre te adoro,
porque me dice el corazon que has muerto
por no oirme gemir, como ahora gimo,
por no verme llorar, como ahora lloro. Ya Era Muy Viejecita Jose Angel Buesa 1910 - 1982
Ya era muy viejecita... Y un año y otro año se fue quedando sola con su tiempo sin fin. Sola con su sonrisa de que nada hace daño, sola como una hermana mayor en su jardín.
Se fue quedando sola con los brazos abiertos, que es como crucifican los hijos que se van, con su suave manera de cruzar los cubiertos, y aquel olor a limpio de sus batas de holán.
Déjenme recordarla con su vals en el piano, como yéndose un poco con lo que se le fue; y con qué pesadumbre se mira la mano cuando le tintineaba su taza de café.
Se fue quedando sola, sola... sola en su mesa, en su casita blanca y en su lento sillón; y si alguien no conoce que soledad es esa, no sabe cuánta muerte cabe en un corazón.
Y diré que en la tarde de aquel viernes con rosas, en aquel "hasta pronto" que fue un adiós final, aprendí que unas manos pueden ser mariposas, dos mariposas tristes volando en su portal.
Sé que murió de noche. No quiero saber cuándo. Nadie estaba con ella, nadie, cuando murió: Ni su hijo Guillermo, ni su hijo Fernando, ni el otro, el vagabundo sin patria, que soy yo.
Sunday, December 16, 2012
" Las Posadas"
Las Posadas es una de las celebraciones mexicanas
mas importante en la Navidad. se celebran todos los
años del dia 16 al 24 de Diciembre a las 7 pm.
Las Posadas simbolizan la jornada de Jose y Maria
a Belen cuando andaban en buscando albergue antes
del nacimiento del niño Jesus.
Cada persona de la procesion lleva velas encendidas
representando la estrella que guiaba a los Tres Reyes
Magos en la busqueda del niño Dios.
El pelegrinaje lo hacen Jose , Maria y un grupo de
pastores. Junto al grupo hay personas que entonan En nombre del cielo os pido posada, pues no puede andar mi esposa amada. Dentro del lugar la persona indicada responde Aquí no es mesón sigan adelante, yo no puedo abrir no sea algún tunante. Les acompaña al grupo de personas musicos Los comerciantes de la Calle Olvera representan la jornda de los Santos Viajeros , de lugar a lugar, hasta el 24 de Dicembre , dia en que ocurre el nacimiento del Niño Jesus. Cada dia, despues de la ceremonia religiosa se rompe una " Piñata", La piñata es una olla con deco- raciones alegoricas a la fiesta, llena de juguetes y caramelos. A un niño se le cubren los ojos. se le da una , dos o tres vueltas , un palo y tres oportunidades para tratar de romper la piñata. Cuando la Piñata se rompe, los niños se echan sobre las sorpresas que dentro de la piñata hay. Al terminar los comerciantes de La Plaza Olvera brindan a los concurrentes un sabroso Champurrado y un delicioso pan dulce .
" LAS POSADAS " CALLE OLVERA
Las Posadas is one of Mexico`s most colorful celebration .
It is held every year from December 16 to December 24
of 7 pm.
Las Posadas depicts the journey of Joseph and Mary
into Bethlehem when they were seeking shelter before
the birth of the Christ Child ,
The candlelight procession represents the star in
heaven which was guiding the three wise men on their
way.
A different place is visited each night . With sing-
ing and music , the people of the Street re-enact the
Holy travelers pilgrimage from place to place until
December 24 , when the birth of the Christ Child is also
re- enacted.
After the religious ceremony we have a " Piñata . "
A piñata is a decorated clay " olla " filled with toys and
candy . A child is blindfolded , turned around a few
times , gives a wooden stick , and three chances to try
and break the piñata. When the piñata is broken, the
children scramble for the candy.
Friday, October 5, 2012
A la memoria de Alejandro Bouza Mediante
Taramundi Asturias
La Habana 4 de octubre 1972
Coplas a la muerte de su padre
[I]
Recuerde el alma dormida,
abiue el seso e despierte
contemplando
cómo se passa la vida,
5 cómo se viene la muerte
tan callando,
quánd presto se va el plazer,
cómo después de acordado
da dolor,
10 cómo, a nuestro parescer,
qualquiere tiempo passado
fue mejor.
[II]
Y pues vemos lo presente
cómo en vno punto s'es ido
15 e acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo non venido
por passado.
Non se engañe nadi, no,
20 pensando que a de durar
lo que espera
más que duró lo que vio,
pues que todo ha de passar
por tal manera.
[III]
25 Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar
qu'es el morir:
allí van los señoríos
derechos a se acabar
30 e consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
e más chicos,
allegados son yguales
35 los que biuen por sus manos
e los ricos.
Como las cosas humanas no sean eternas, yendo siempre en declinación de sus principios hasta llegar a su último fin, especialmente las vidas de los hombres, y como la de don Quijote no tuviese privilegio del cielo para detener el curso de la suya, llegó su fin y acabamiento cuando él menos lo pensaba; porque, o ya fuese de la melancolía que le causaba el verse vencido, o ya por la disposición del cielo, que así lo ordenaba, se le arraigó una calentura que le tuvo seis días en la cama, en los cuales fue visitado muchas veces del cura, del bachiller y del barbero, sus amigos, sin quitársele de la cabecera Sancho Panza, su buen escudero.
Éstos, creyendo que la pesadumbre de verse vencido y de no ver cumplido su deseo en la libertad y desencanto de Dulcinea le tenía de aquella suerte, por todas las vías posibles procuraban alegrarle, diciéndole el bachiller que se animase y levantase, para comenzar su pastoral ejercicio, para el cual tenía ya compuesta una écloga, que mal año para cuantas Sanazaro había compuesto, y que ya tenía comprados de su propio dinero dos famosos perros para guardar el ganado: el uno llamado Barcino, y el otro Butrón, que se los había vendido un ganadero del Quintanar. Pero no por esto dejaba don Quijote sus tristezas.
Llamaron sus amigos al médico, tomóle el pulso, y no le contentó mucho, y dijo que, por sí o por no, atendiese a la salud de su alma, porque la del cuerpo corría peligro. Oyólo don Quijote con ánimo sosegado, pero no lo oyeron así su ama, su sobrina y su escudero, los cuales comenzaron a llorar tiernamente, como si ya le tuvieran muerto delante. Fue el parecer del médico que melancolías y desabrimientos le acababan. Rogó don Quijote que le dejasen solo, porque quería dormir un poco. Hiciéronlo así y durmió de un tirón, como dicen, más de seis horas; tanto, que pensaron el ama y la sobrina que se había de quedar en el sueño. Despertó al cabo del tiempo dicho, y, dando una gran voz, dijo:
–¡Bendito sea el poderoso Dios, que tanto bien me ha hecho! En fin, sus misericordias no tienen límite, ni las abrevian ni impiden los pecados de los hombres.
Estuvo atenta la sobrina a las razones del tío, y pareciéronle más concertadas que él solía decirlas, a lo menos, en aquella enfermedad, y preguntóle:
–¿Qué es lo que vuestra merced dice, señor? ¿Tenemos algo de nuevo? ¿Qué misericordias son éstas, o qué pecados de los hombres?
–Las misericordias –respondió don Quijote–, sobrina, son las que en este instante ha usado Dios conmigo, a quien, como dije, no las impiden mis pecados. Yo tengo juicio ya, libre y claro, sin las sombras caliginosas de la ignorancia, que sobre él me pusieron mi amarga y continua leyenda de los detestables libros de las caballerías. Ya conozco sus disparates y sus embelecos, y no me pesa sino que este desengaño ha llegado tan tarde, que no me deja tiempo para hacer alguna recompensa, leyendo otros que sean luz del alma. Yo me siento, sobrina, a punto de muerte; querría hacerla de tal modo, que diese a entender que no había sido mi vida tan mala que dejase renombre de loco, que, puesto que lo he sido, no querría confirmar esta verdad en mi muerte. Llámame, amiga, a mis buenos amigos: el cura, al bachiller Sansón Carrasco y a maese Nicolás, el barbero, que quiero confesarme y hacer mi testamento.
Pero de este trabajo se escusó la sobrina con la ent[r]ada de los tres. Apenas los vio don Quijote, cuando dijo:
–Dadme albricias, buenos señores, de que ya yo no soy don Quijote de la Mancha, sino Alonso Quijano, a quien mis costumbres me dieron renombre de Bueno. Ya soy enemigo de Amadís de Gaula y de toda la infinita caterva de su linaje, ya me son odiosas todas las historias profanas del andante caballería, ya conozco mi necedad y el peligro en que me pusieron haberlas leído, ya, por misericordia de Dios, escarmentando en cabeza propia, las abomino.
Cuando esto le oyeron decir los tres, creyeron, sin duda, que alguna nueva locura le había tomado. Y Sansón le dijo:
–¿Ahora, señor don Quijote, que tenemos nueva que está desencantada la señora Dulcinea, sale vuestra merced con eso? Y ¿agora que estamos tan a pique de ser pastores, para pasar cantando la vida, como unos príncipes, quiere vuesa merced hacerse ermitaño? Calle, por su vida, vuelva en sí, y déjese de cuentos.
–Los de hasta aquí –replicó don Quijote–, que han sido verdaderos en mi daño, los ha de volver mi muerte, con ayuda del cielo, en mi provecho. Yo, señores, siento que me voy muriendo a toda priesa; déjense burlas aparte, y traíganme un confesor que me confiese y un escribano que haga mi testamento, que en tales trances como éste no se ha de burlar el hombre con el alma; y así, suplico que, en tanto que el señor cura me confiesa, vayan por el escribano.
Miráronse unos a otros, admirados de las razones de don Quijote, y, aunque en duda, le quisieron creer; y una de las señales por donde conjeturaron se moría fue el haber vuelto con tanta facilidad de loco a cuerdo, porque a las ya dichas razones añadió otras muchas tan bien dichas, tan cristianas y con tanto concierto, que del todo les vino a quitar la duda, y a creer que estaba cuerdo.
Hizo salir la gente el cura, y quedóse solo con él, y confesóle.
El bachiller fue por el escribano, y de allí a poco volvió con él y con Sancho Panza; el cual Sancho, que ya sabía por nuevas del bachiller en qué estado estaba su señor, hallando a la ama y a la sobrina llorosas, comenzó a hacer pucheros y a derramar lágrimas. Acabóse la confesión, y salió el cura, diciendo:
–Verdaderamente se muere, y verdaderamente está cuerdo Alonso Quijano el Bueno; bien podemos entrar para que haga su testamento.
Estas nuevas dieron un terrible empujón a los ojos preñados de ama, sobrina y de Sancho Panza, su buen escudero, de tal manera, que los hizo reventar las lágrimas de los ojos y mil profundos suspiros del pecho; porque, verdaderamente, como alguna vez se ha dicho, en tanto que don Quijote fue Alonso Quijano el Bueno, a secas, y en tanto que fue don Quijote de la Mancha, fue siempre de apacible condición y de agradable trato, y por esto no sólo era bien querido de los de su casa, sino de todos cuantos le conocían.
Entró el escribano con los demás, y, después de haber hecho la cabeza del testamento y ordenado su alma don Quijote, con todas aquellas circunstancias cristianas que se requieren, llegando a las mandas, dijo:
–Ítem, es mi voluntad que de ciertos dineros que Sancho Panza, a quien en mi locura hice mi escudero, tiene, que, porque ha habido entre él y mí ciertas cuentas, y dares y tomares, quiero que no se le haga cargo dellos, ni se le pida cuenta alguna, sino que si sobrare alguno, después de haberse pagado de lo que le debo, el restante sea suyo, que será bien poco, y buen provecho le haga; y, si como estando yo loco fui parte para darle el gobierno de la ínsula, pudiera agora, estando cuerdo, darle el de un reino, se le diera, porque la sencillez de su condición y fidelidad de su trato lo merece.
Y, volviéndose a Sancho, le dijo:
–Perdóname, amigo, de la ocasión que te he dado de parecer loco como yo, haciéndote caer en el error en que yo he caído, de que hubo y hay caballeros andantes en el mundo.
–¡Ay! –respondió Sancho, llorando–: no se muera vuestra merced, señor mío, sino tome mi consejo y viva muchos años, porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben que las de la melancolía. Mire no sea perezoso, sino levántese desa cama, y vámonos al campo vestidos de pastores, como tenemos concertado: quizá tras de alguna mata hallaremos a la señora doña Dulcinea desencantada, que no haya más que ver. Si es que se muere de pesar de verse vencido, écheme a mí la culpa, diciendo que por haber yo cinchado mal a Rocinante le derribaron; cuanto más, que vuestra merced habrá visto en sus libros de caballerías ser cosa ordinaria derribarse unos caballeros a otros, y el que es vencido hoy ser vencedor mañana.
–Así es –dijo Sansón–, y el buen Sancho Panza está muy en la verdad destos casos.
–Señores –dijo don Quijote–, vámonos poco a poco, pues ya en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño: yo fui loco, y ya soy cuerdo; fui don Quijote de la Mancha, y soy agora, como he dicho, Alonso Quijano el Bueno. Pueda con vuestras mercedes mi arrepentimiento y mi verdad volverme a la estimación que de mí se tenía, y prosiga adelante el señor escribano.
»Ítem, mando toda mi hacienda, a puerta cerrada, a Antonia Quijana, mi sobrina, que está presente, habiendo sacado primero de lo más bien parado della lo que fuere menester para cumplir las mandas que dejo hechas; y la primera satisfación que se haga quiero que sea pagar el salario que debo del tiempo que mi ama me ha servido, y más veinte ducados para un vestido. Dejo por mis albaceas al señor cura y al señor bachiller Sansón Carrasco, que están presentes.
»Ítem, es mi voluntad que si Antonia Quijana, mi sobrina, quisiere casarse, se case con hombre de quien primero se haya hecho información que no sabe qué cosas sean libros de caballerías; y, en caso que se averiguare que lo sabe, y, con todo eso, mi sobrina quisiere casarse con él, y se casare, pierda todo lo que le he mandado, lo cual puedan mis albaceas distribuir en obras pías a su voluntad.
»Ítem, suplico a los dichos señores mis albaceas que si la buena suerte les trujere a conocer al autor que dicen que compuso una historia que anda por ahí con el título de Segunda parte de las hazañas de don Quijote de la Mancha, de mi parte le pidan, cuan encarecidamente ser pueda, perdone la ocasión que sin yo pensarlo le di de haber escrito tantos y tan grandes disparates como en ella escribe, porque parto desta vida con escrúpulo de haberle dado motivo para escribirlos.
Cerró con esto el testamento, y, tomándole un desmayo, se tendió de largo a largo en la cama. Alborotáronse todos y acudieron a su remedio, y en tres días que vivió después deste donde hizo el testamento, se desmayaba muy a menudo. Andaba la casa alborotada; pero, con todo, comía la sobrina, brindaba el ama, y se regocijaba Sancho Panza; que esto del heredar algo borra o templa en el heredero la memoria de la pena que es razón que deje el muerto.
En fin, llegó el último de don Quijote, después de recebidos todos los sacramentos, y después de haber abominado con muchas y eficaces razones de los libros de caballerías. Hallóse el escribano presente, y dijo que nunca había leído en ningún libro de caballerías que algún caballero andante hubiese muerto en su lecho tan sosegadamente y tan cristiano como don Quijote; el cual, entre compasiones y lágrimas de los que allí se hallaron, dio su espíritu: quiero decir que se murió.
Saturday, September 29, 2012
Traición
La traición la emplean únicamente aquellos que no han llegado a comprender el gran tesoro que se posee siendo dueño de una conciencia honrada y pura.
Un traidor es un hombre que dejó su partido para inscribirse en otro. Un convertido es un traidor que abandonó su partido para inscribirse en el nuestro.
Cualquier me gana en una discusion... por esa razon Julio Corazar rompio con el regimen castrista para regresar otra vez. Bolero Qué vanidad imaginar que puedo darte todo, el amor y la dicha, itinerarios, música, juguetes. Es cierto que es así: todo lo mío te lo doy, es cierto, pero todo lo mío no te basta como a mí no me basta que me des todo lo tuyo.
Por eso no seremos nunca la pareja perfecta, la tarjeta postal, si no somos capaces de aceptar que sólo en la aritmética el dos nace del uno más el uno.
Por ahí un papelito que solamente dice:
Siempre fuiste mi espejo, quiero decir que para verme tenía que mirarte.
Y este fragmento:
La lenta máquina del desamor los engranajes del reflujo los cuerpos que abandonan las almohadas las sábanas los besos
y de pie ante el espejo interrogándose cada uno a sí mismo ya no mirándose entre ellos ya no desnudos para el otro ya no te amo, mi amor. Los Amigos En el tabaco, en el café, en el vino, al borde de la noche se levantan como esas voces que a lo lejos cantan sin que se sepa qué, por el camino.
Livianamente hermanos del destino, dióscuros, sombras pálidas, me espantan las moscas de los hábitos, me aguantan que siga a flote entre tanto remolino.
Los muertos hablan más pero al oído, y los vivos son mano tibia y techo, suma de lo ganado y lo perdido.
Así un día en la barca de la sombra, de tanta ausencia abrigará mi pecho esta antigua ternura que los nombra.
EL NIÑO BUENO No sabré desatarme los zapatos y dejar que la ciudad me muerda los pies no me emborracharé bajo los puentes, no cometeré faltas de estilo. Acepto este destino de camisas planchadas, llego a tiempo a los cines, cedo mi asiento a las señoras. El largo desarreglo de los sentidos me va mal. Opto por el dentífrico y las toallas. Me vacuno. Mira qué pobre amante, incapaz de meterse en una fuente para traerte un pescadito rojo bajo la rabia de gendarmes y niñeras.
Sous le pont Mirabeau coule la Seine
Et nos amours
Faut-il qu'il m'en souvienne
La joie venait toujours après la peine
Vienne la nuit sonne l'heure
Les jours s'en vont je demeure
Les mains dans les mains restons face à face
Tandis que sous
Le pont de nos bras passe
Des éternels regards l'onde si lasse
Vienne la nuit sonne l'heure
Les jours s'en vont je demeure
L'amour s'en va comme cette eau courante
L'amour s'en va
Comme la vie est lente
Et comme l'Espérance est violente
Vienne la nuit sonne l'heure
Les jours s'en vont je demeure
Passent les jours et passent les semaines
Ni temps passé
Ni les amours reviennent
Sous le pont Mirabeau coule la Seine
Vienne la nuit sonne l'heure
Les jours s'en vont je demeure
Guillaume Apollinaire (1880 - 1918)
El puente Mirabeau
El puente Mirabeau mira pasar el Sena
Mira pasar nuestros amores.
Y recuerda al alma serena
Que la alegría siempre viene tras de la pena
Viene la noche suena la hora
Y los días se alejan.
Y aquí me dejan
Frente a frente mirémonos -las manos enlazadas-
Mientras que pasan bajo el puente
De nuestros brazos -fatigadas-
Las hondas silenciosas de nuestras dos miradas
Viene la noche suena la hora
Y los días se alejan
Y aquí me dejan
El amor se nos fuga como esta agua corriente
El amor se nos va
Se va la vida lentamente
Cómo es de poderosa la esperanza naciente
Viene la noche suena la hora
Y los días se alejan
Y aquí me dejan
Huyen el lento día y la noche serena
Mas nunca vuelven
Los tiempos que pasaron ni el amor ni la pena
El puente Mirabeau mira pasar el Sena
Viene la noche suena la hora
y los días se alejan
y aquí me dejan
A principio cuando el Gran Padre hizo todas las cosas,
dos poderosos Espiritus se dividian el imperio de la tierra:
el uno era Albal, protector de las criaturas y el otro Triura,
enemigo de todo lo creado. El Dios del bien velaba sin
descanso por conservacion de los vivientes, y cubria de
sombras la tierra, para ocultarlo a los ojos de su perseguidor;
pero Tuira habia conseguido una inmensa cuaba, y desper- tarse la encendia saliendo con su luz por un agujero de la caverna luminosa de Haiti, y recorriendo los bosques de Cuba destruia con sus enarboladas flechas a cuantos sus ojos alcanzaban. Cuando se sentia fatigado de la caza. bajaba a bañarse en las aguas del mar , donde apagaba su antorcha, regre- sando despues a nada a la caverna. Entonces era cuando los vivientes, que se habian escon- dido en los mas reconditos senos de las cuevas, a donde no alcanzase la luz de su enemigo salian a respirar el aire embalmasado de las flores, Abal los cubria con la sombra de sus alas, y bien podia tender sus redes en las lagunas, y saborearse con las almibaradas frutas de los bosques. Es cosa muy de notarse, que todos aquellos vivientes de creacion antidiluviana, eran solo del sexo masculino, y que las mujeres, o no existieron hasta despues, o lo que es mas conforme a la tradicion en que nos ocupa, no las habian descubierto los hombres todavia. Sucedio , pues , que un mozo de los de aquella especie primitiva de homonocturnos, al sacar sus redes de una laguna , noto entre otros un pez , que a lo que pudieron descubrir sus ojos avezados a la oscuridad , era de una forma diferente a cuantos hasta entonces habia visto. Con gran cuidado vacio las redes sobre la yerba, pero al coger aquel raro animalito , noto ser tan huraño y resbaloso, que a pesar de todos sus esfuerzos se le escurrio entre las manos, y de un salto volvio a sumergirse en las aguas de donde habia salido. La tristeza del mozo fue extremada, la cual crecio de punto cuando al echar las redes distintas ocasiones, ni aparecio el mismo pez, ni otro que se le asemejase. Empeñado el mancebo en su pesca, se hubiera dejado sor- prender porla luz del enemigo del hombre varias veces, a no no ser porque sus compañeros le advertian la retirada. Sin dar con el motivo, sentia que el sueño huia de sus ojos , que el tiempo era mas largo y que cada vez se le hacia mas insufrible la violencia de su encierro. Despues de inutiles tentativas, una noche , por fin , advirtio con regocijo delizarse a la lumbre del agua , la plateada espalda del precioso pez, y que agitando sus aletas con cierta especie de regocijo, casi venia a metersele entre las manos. Varias veces logro atraparle, pero como era tan resbaladizo, se le escurria , casi sin esfuerzo , de las manos y saltando en las ondas volvia a provocarle de nuevo , con toda la graciosa coqueteria de una muchachuela de quince años que se burla de un viejo gotoso y enamorado. Repitiose esta escena varias noches, hasta que ya desesperado el pobre mozo y convencido de la inhabilidad de sus recursos, apelo al poder divino invocando los zemis de su caverna, a fin de que le sirviesen de mediadores con Abal , para salir de aquel apuro. Abal oyo sus suplicas , y le envio un sueño misterioso que le sirviera de avizo. El mancebo soño que su mano era demasiada suave, y que habia animales de piel aspera y escamosa, a cuyo contacto cederia la resbalilla de aquel animalito. Bastole esta advertencia , y sin que la tradicion nos refiera por cual arte, ello es que logro formarse en las manos tal aspereza, que una noche en que , como de costumbre, vino a metersele entre ellas el burlon animalito , le atrapo de manera que no le dejo arbitrio de escaparse. Cargo, pues , lleno de regocijo con su presa, y fue a dar bien lejos de alli con ella, donde, por mas saltos que pegara, no pudiera burlarle nuevamente . Coloco, pues, el precisoso pescado en el seno de una enmarañada selva , y se puso a contemplarlo con la alegria de una inocencia verdaderamente antidiluviana. Pero aquel extranno viviente no parecia mostrar deseo alguno de escaparse, y de tan zahareño y rebaladizo como era, se habia convertido en la criatura mas dulce, tranquila y pegajosa. Aun mayor sorpresa le esperaba al mancebo; aquel ser habia lanzado un suspiro , si, estaba seguro de haberlo oido; pero lo mas admirable era que el acento salido de sus labios , no heria solamente el timpano como los demas sonidos, sino que parecia llegar derecho al corazon, causando en el una conmocion extraor- dinaria. Poseido de un nuevo y extraño sentimiento , acercose el man- cebo a examinar otra vez la causa de tantas impresiones , con la misma ansiedad que si nunca la hubiera visto , pues sintio o que hasta entonces no habia descubierto la verdad, o que se habia efectuado una metamorfosis en aquel objeto y todo lo que le rodeaba. Sus ojos brillaban en la oscuridad con una luz fascinadora, y su boca exhalaba un silencio embriagador, con que jamas se habia las brisas de la noche . Las que le habian parecido aletas al principio , eran dos brazos morbidos que le atraian quitandole la fuerza y la voluntad de separarse de su lado, Una armonia celeste resono en los aires , y al son de esta musica oyo una magica voz que murmuraba en sus oidos : Yo soy la compañera del hombre: la mujer. La embriaguez de la felicidad penetro hasta la medula de sus huesos, perdio el conocimiento de los sentidos , y quedo sumerjido en el delirio. En vano Abal , protector de estos primeros amantes, viendo reflejar la antorcha de Turia, en la boca de la caverna de Haiti, intentaba cubrirlos con sus alas. Pronto la luz ilumino la tierra , y el dios del bien no encontro otro arbitrio para salvar a sus protegidos , que metamorfosea en su suenno. Cuando Tuira bajo a bañarse en el oceano , en el mismo lugar donde se durmieron los amantes, se vio a la maravilla abrir su misteriosa corola al soplo de los espiritus de la noche, y al escondido cocuyo tender sus alas y libar el nectar de su seno, iluminando las sombras con rafagas de zafir y de topacio.
A la generacion de cubanos de los años veinte
La Lagrima Infinita
Hilarion Cabrisas
1883-1939
! Esa.... ! La que en el alma llevo oculta;
La que no salta afuera ni se expande
en la pupila; la que a nadie insulta
en su alarde de dolor: la grande.
la infinita, la muda, la sombria,
la terca, la traidora, la doliente;
lagrima de dolor. ! lagrima mia !.
que esta clavada en mi profundamente...
La que no da una tregua ni un consuelo
de dulce sollozar. La que me hiere,
y me punza , y me obsede, y pone un velo
turbio en mis ojos , la que nunca muere,
ni nace a flor de rostro; la que no intenta
asomarse a la faz y queda trunca,
y hace la pena interminable y lenta....
Agua de un manantial , que va en la
sombra tortuosa de mi yo, tierra maldita
donde no nace planta, ni se nombra
ningun nombre de amor .... ! Esa infinita !
lagrima de dolor, sorda y amarga,
que llega hasta mis ojos y no fluye
en catarata ardiente; la que embarga
mi ser, y en el silencio se diluye !
Gota que cristaliza y se hace piedra;
dolor que se concreta, y se resume,
Planta parasita como la hiedra
que trepa al corazon y lo consume,
infinito dolor sin esperanza
de resolverse en liquido siquiera
invierno seco y duro, que no alcanza
a transformarse luego en primavera.
Nieve perpetua sin ningun deshielo,
Polo desierto que la ardiente entraña
anhela el humedo calor del Cielo
que ni lo fertiliza ni lo baña.
Lagrima que no alivia la tortura
de los ojos, cansados de infinito;
lagrima que no cura la amargura;
que no es queja, ni expresion, ni grito,
Cantaros secos, aridos, mis ojos
paramos sin frescura, ni rocio;
febricitantes de escrutar los rojos
limites del espacio y del vacio.
! Esa....! La que llega. ni ha llegado
ni llegara a los ojos nunca.... ! nunca !
Mi lagrima tenaz que no ha mojado
el sahara esteril de mi vida trunca ......
esa no la veras, porque en la calma
de mis angustias , se ha troncado en perla
Para verla hace falta tener alma,
! y tu, no tienes alma , para verla ....!
Capote, Truman, 1924-1984 Truman Capote papers, ca. 1924-1992
19.24 linear feet (37 boxes, 2 oversized cases, 1 v. and 2 phono disks)
Gift of the Estate of Truman Capote, 1985; additional gifts and purchases, 1987-2005.
The papers of Truman Capote consist chiefly of holograph and typescript manuscripts of his works, both published and unpublished. The collection also includes correspondence, printed matter, photographs, artwork, sound recordings, and personal miscellany. Material related to In Cold Blood forms an important part of the collection and reflects Capote's five years of research and involvement in the Clutter murder case upon which the book was based. The bulk of the correspondence consists of letters and postcards from Capote to Andrew Lyndon and to Alvin Dewey and Marie Dewey and letters received from his lover and mentor, Newton Arvin. Other correspondents include Jack Dunphy, Leo Lerman, Donald Windham, Cecil Beaton, John O'Shea, Joseph Fox, Irving Lazar, Alan Schwartz and family members.
Advance notice required. Apply at <http://www.nypl.org/mssref> Microfilm must be used when available. Alan U. Schwartz, Literary Executor, Truman Capote Estate
Truman Capote Papers, Manuscripts and Archives Division, The New York Public Library.
Truman Capote was born Truman Streckfus Persons in New Orleans on September 24, 1924, the son of Archulus Persons and Lillie Mae Faulk. After his parents' divorce Capote was sent to live with relatives in rural Alabama. During that childhood stay in Alabama, Capote developed an abiding affection for an elderly cousin named Sook, about whom he wrote in A Christmas Memory and The Thanksgiving Visitor. Capote continued to visit the South throughout his childhood, and his experiences there were reflected in many of his books.
In 1935 Truman changed his surname to that of his newly adoptive father, Lillie Mae Faulk's second husband, Joseph Garcia Capote. Capote was then sent to a series of boarding schools in the East before being enrolled at Greenwich High School in Connecticut in 1939. Catherine Wood, an English teacher at Greenwich, recognized Capote's talents and encouraged him in his writing. Capote published short stories and poetry in the school's literary journal, the Green Witch, and wrote for the school paper. Catherine Wood remained a lifelong friend and mentor to Capote.
Capote graduated from Franklin High School in New York City and, after a short stint as a copy boy at the New Yorker, he turned to writing full time. While living in Alabama with relatives and later in New Orleans, Capote published several short stories and worked on his first novel, Other Voices, Other Rooms, which was published by Random House in 1948.
Over the next ten years Capote continued to write short stories. He also published travel pieces, journalistic articles, and interviews in the New Yorker and other magazines. In 1958 his second novel, Breakfast at Tiffany's, was published. The next year, Capote began research on the Clutter family murders in Kansas. This research formed the basis for In Cold Blood, which first appeared serially in the New Yorker (see Box 31) in 1965 and was published as a book later the same year.
In Cold Blood was well received for the most part, but the new genre it embodied, dubbed the “nonfiction novel” by Capote, engendered some controversy. Like Capote's first two books, In Cold Blood was a best seller. Capote was becoming a celebrity. He appeared frequently on television, and his social life was noted regularly in the press. While literary critics praised his works, Capote's fame arose in large part from his constant presence in the public eye.
Capote published his last novel, Music for Chameleons, in 1950. During the 1970s Esquire published excerpts from a novel in progress, Answered Prayers, which was still unfinished when Capote died on August 25, 1984.