Monday, December 8, 2008

Arroyo Apolo - Colegio Maria Auxiliadora - Sor Macrinita - Dia de la Imaculada Concepcion







IN ENGLISH BELOW / Photo Conchita Bouza - Colegio María Auxiliadora

El Colegio María Auxiliadora estaba anclado en la vieja barriada de la Víbora. Un nutrido grupo de casas escoltaban la pequeña avenida que llevaba al lugar. La directora en ese tiempo era Sor Irene Mejías (mexicana). La jerarquía eclesiástica no era notada, porque cada una de ellas ejercía su trabajo en diferentes áreas. Sor Macrinita (italiana) se ocupaba de la sacristía y de la iglesia. Ella fabricaba las velas que se usaban en las celebraciones (siempre que hacia velas, yo introducía mi dedo en el gran caldero de cera derretida, recibiendo siempre un regaño y la sentencia te puedes quemar”). Diariamente nos enviaban al padre Rafael para que oficiara la misa (tenia cara de sabio).

 

El padre Felipe de la Cruz (español) daba la misa tres veces en la semana. Las grandes celebraciones siempre eran presididas por él. Sor Macrinita les preparaba en la habitación pequeña al costado izquierdo de la Capilla un sencillo desayuno. Una toronja, un huevo pasado por agua, pan y café con leche y frutas. Tuve la suerte de ser invitada por el Padre Felipe y Sor Macrinita varias veces a escoger cualquier cosilla que se me antojaba. Tenia ese privilegio, gracias a mi personalidad. Las pupilas teníamos que hacer trabajos caseros, limpiar el área que usábamos, Limpiar los dormitorios, sacudir, ayudar a organizar un aula etc. En esa época yo era muy entusiasta, hacia las cosas sin que me mandaran, viendo que mis compañeras no trabajaban igual que yo, me quejé y pedí hacer la faena que nadie quería hacer. Sacudir los bancos y reclinatorios de la iglesia. Cualquier trabajo se hacia entre tres o mas alumnas. No se acostumbraba hacer ningún trabajo en solitario.

 

Al principio, trate de sacudir todos los bancos, a los pocos días me di cuenta que era imposible. En la soledad de la Iglesia María Auxiliadora, comenzé a hablar con las imágenes, me quejaba a San Juan Bosco de Sor María Bigoti (le tenia manía a mi cabello largo y quería que mis padres me lo cortaran), de Sor María Carlo (nos obligaba a comer las verdes habichuelas y el sin sabor chayote). Comenzé a hablar con las imágenes, imitando a Don Camilo. Don Camilo es el personaje de un sacerdote de provincia que lucha contra el alcalde comunista del pueblo, Don Pepone. Mi herramienta de trabajo eran un plumero. La faena la hacíamos el sábado en la mañana. Trabajé en la iglesia mucho tiempo, fui testigo de los dos cuadros - murales que Sor Macrinita pintó para las dos capillitas laterales de la capilla central.

 

Una pintura era de Sor María Mazarello y la otra de Don Bosco. Recuerdo con emoción cuando ambos se colgaron en las paredes. Trabajar en solitario, tenia sus ventajas. Podía entrar a la semi-clausura (donde el sacerdote desayunaba) a la sacristía, y podía sin interrupciones pedirle al padre Felipe de la Cruz medallitas y estampitas. El padre Felipe de la Cruz fué quien me dio la primera comunión un 24 de mayo del 1955. Trabajar en solitario en la iglesia hizo que tuviera una relación mas intima con los sacerdotes y con la laboriosa Sor Macrina, a pesar de la variedad de labores que ella hacia, tenia cerca de la iglesia un lugar donde sembraba flores. Yo la acompañaba a todos lados (igual a Sor Matilde) a sembrar, hacer las velas, cuando servía el desayuno, cuando guardaba los objetos con los que se celebraba la misa. Un día Sor Macrina me llamó, del jardín había brotado una violeta pequeña olorosa y frágil.

 

Trabajar en solitario y la suerte de llamarme Conchita (era la única con ese nombre en el convento) me trajo muchas alegrías. Los días de la Inmaculada Concepción (diciembre 8) era mi día; temprano en la mañana todas mis compañeras me felicitaban, las chicas grandes también lo hacían. Mi padre llegaba a las dos de la tarde con cake, bocaditos, y una piñata, (siempre pedía un barco). Tenia la mala suerte de que mi cumpleaños caía en las vacaciones de Semana Santa, pero tenia también la suerte de que mi santo siempre caía el 8 de Diciembre. Ese día no teníamos clases. El ambiente siempre era agradable porque estábamos cerca de la Navidad y a un paso de las vacaciones. De aquellos tiempos solo me ha quedado, una vieja foto y la costumbre de comprar todos los ocho de diciembre un sabroso cake.

 

 

IN ENGLISH

 

Maria Auxiliadora School was anchored at the old neighborhood of Víbora. A tightknit group of houses flanked the small avenues that led you to there. The director then was Sor Irene Mejías (Mexican). The church hierarchy was barely noticed, because each of them led their Jobs in different areas. Sor Macrinita (Italian) took care of the sacristy and the church. She made the candles that were used in the celebrations (whenever she made candles, I would dip my finger in the large cauldron of melted wax, always being scolded plus the sentencing phrase: “You can burn yourself”. Daily we were sent Father Rafael to officiate the mass (he had a wise man’s countenance).

 

Father Felipe de la Cruz (Spanish) gave mass three times a week. He always presided over all of the great celebrations. So Macrinita would prepare a simple breakfast in the small room on the left side of the Chapel. A grapefruit, a soft-boiled egg, bread and coffee with milk and fruits. I was lucky to be invited various times by Father Felipe and Sor Macrinita to choose anything I wanted. I had that privilege thanks to my personality. The intern students had to do house chores, clean the area we used, clean the dorm rooms, dust, help organize the classroom, etc. At that time I was very enthusiastic, I did things without being told too, seeing that my fellow mates did not work the same as I, I complained and asked to do chores that no one would want to do. I dusted the benches and church recliners. Any task would be tackled by three or more students. It was not a custom to do any task by oneself.

 

At the beginning I tried to dust all of the benches, but a few days later I realized that it was impossible. In the solitude of the Maria Auxiliadora Church, I started to talk to the images, I complained to San John Bosco of Sor Maria Bigoti (he had a mania about my long hair and wanted my parents to cut it), of Sor Maria Carlo (she would force us to eat the Green beans and the bland tasting chayote). I started to talk to the images imitating Don Camilo. Don Camilo is the character of a provincial priest that fights against the communist mayor of the town, Don Pepone. A duster was my work tool. On Saturday morning we would work on the tasks. I work much of the time in the church and was a witness of the installation of two portraits – murals that Sor Macrinita painted for the two small chapels on the sides of the main chapel.

 

One portrait was Sor Maria Mazarello and the other Don Bosco. I remember with emotion when both were hung from the walls. Working in solitude, had its advantages. I could enter in the semi-cloistered area (where the priest had breakfast), and the sacristy, and could without interruptions ask Father Felipe de la Cruz for little medals and stamps. The father Felipe de la Cruz gave me my first Holy Communion on May 24, 1955. Working in solitude at the church made me have a more intimate relationship with the priests and hardworking Sor Macrina, even though she had a variety of chores, she had next to the church a place where she raised flowers. I accompanied her everywhere (just like Sor Matilde) to plant, make candles, when she served breakfast, and when she put back the objects used to celebrate mass. One day Sor Macrina called me, from the garden a small, fragile and aromatic violet had bloomed.

 

To work in solitude and the good luck of being named Conchita, (I was the only on with that name at the convent) brought me lots of happiness. The days of the Immaculate Conception (December 8th) was my day; early in the morning all of my classmates congratulated me, the older ones too. My Father would arrive at two in the afternoon with cake, small sandwiches and a piñata, (I always asked for a boat). I was unlucky in that my birthday fell on the Easter vacation, but I was lucky that the day of my Saint, always fell in December 8th. On that day we had no classes. The ambiance was always enjoyable because we were closet to Christmas and one step away from vacation. From those days I only have an old picture and the habit of buying a tasty cake every December 8th.

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