Thursday, August 19, 2010
Tabaco Cubano y Diplomacia by Hermino Portell Vila
La Corona **
Herminio Portell Vila por largos
años era escuchado por cientos
de cubanos a traves de la legen-
daria VOZ DE LAS AMERICAS
! Gracias Don Herminio !!!!
" Tabaco y Diplomacia "
periodista Herminio Portell Vila
Cuando tengamos, si es que alguna vez llega-
mos a tenerla una verdadera Ley del
Servicio Exterior , en ella debiera fi-
gurar la obligacion de que nuestras em-
bajadas , delegaciones y consulados, es-
ten bien provistos de tabaco cubano.
En la antigua colonia de Virginia el taba-
co servia hasta para comprar una esposa
britanica, contratada al efecto con un pre-
cio promedio de cien libras de tabaco, y
el gobernador Berkeley daba tal impor-
tancia al tabaco que decia acerca de sus
colonos: " Damm their souls ! Let them
grow tobacco ! " ( ! Que vayan al infierno;
pero que siembren tabaco! ) En estos años
de la postguerra los cigarrillos de los sol-
dados norteamericanos tenian enorme valor
economico y servian para compra y venta
de cosas mas extraodinarias, en Alemania,
en Austria, en Francia y en otros paises .
Nosotros , teniendo el mejor tabaco del
mundo, no sacamos prvecho de esas leccio-
nes. Nos cierran los mercados del mundo a
nuestro tabaco, las organizaciones con que
contamos y de la realidad de que somos un
pais importador de numerosas manufacturas
y productos agricolas, no trabajamos sobre
el cambio internacional para compensar un
gasto en dolares con una compar en francos,
en coronas , en liras, en piastras, en soles, o
en sucres, lo que serviria para dar una mayor
salida a nuestro tabaco.
He tenido algunas aventuras en el campo de
la diplomacia y de las conferencias internacio-
nales que me han permitido tener un concepto
claro y preciso de la relacion que puede haber
y hay entre el tabaco y diplomacia.
Una vez, hace ya muchos años , me correspon-
dio representar a Cuba en una importante reu-
nion interamericana, que tenia lugar en una de
las mas bellas capitales de la America del Sur.
El gobierno que me habia designado delegado
plenipontenciario tenia una dificil situacion inter-
nacional ya que no habia sido reconocido por la
inmensa mayoria de los otros goiernos de Ame-
rica. Solamente Panama , Peru y Uruguay habian
otorgado el reconocimiento mas o menos formal
al regimen entonces imperante en Cuba, mien-
tras que Mexico se habia escudado detras de la
llamada Doctrina Estrada para abstenerse de
hacer un pronunciamiento acerca de la legitimi-
dad del gobierno cubano. En el resto del mundo
solamente la Republica Española habia mantenido
relaciones diplomaticas con la situacion politica
que habia en Cuba.
El embajador de los Estados Unidos , un diplo-
matico mal aconsejado y que no habia sabido des-
empleñar con la necesaria habilidad su papel histo-
rico en aquella crisis, se empecinaba en su actitud
de hostilidad y de incomprension , y asi ocurrio
que al comenzar la conferencia internacional cuba-
nos y norteamericanos , despues de ciento cincuenta
años o mas , de las mas amistosas relaciones , tenian
que mirarse como si no se conocieran.
Siguiendo una vieja costumbre mia, al hacer los prepa-
rativos para mi viaje a la America del Sur cuide de pro-
veerme de tabacos de primera clase. No soy ahora un
gran fumandor , aunque consumo mis cigarrillos y mis
puros habanos , pero en aquella epoca confieso que no
pasaba de fumar cigarrillos. Los doscientos puros haba-
nos que lleve , pues, ( coronas) los llevaba deliberadamen-
te , como otras tantas armas diplomaticas , en prevision
de que pudiera ser utilizados para ablandar voluntades,
establecer amistades y hasta conquistar un voto , si era
posible.
El pasaporte diplomatico y el embarazo con que funcio-
narios de cancillerias y de aduanas, en toda la America,
nos contemplaban a los cubanos, que acudiamos a una
conferencia interamericana como si fuesemos huespedes
molestos , permitieron que el formidable cargamento de
tabacos pasase sin novedad para todas las fronteras
hasta que llegamos a nuestro destino. Parabamos en
uno de los mejores hoteles de la ciudad, antiguo pero con-
fortable, y con el mejor comedor del pais, segun procla-
maban los conocedores y resulto asi , en la practica.
A la hora de la cena el comedor era un ascua de luz y el
lugar de reunion de los personajes mas importantes del
pais. Naturalmente los delegados extranjeros a la con-
ferencia , aun aquellos que vivian en otros hoteles, y asi-
mismo los periodistas, acudian al comedor y al bar de mi
hotel , famoso por su cocina y por sus vinos.
La primera noche abri una de mis cajas de coronas y
tome tres de ellas , que coloque conspicuamente en el
bolsillo del pañuelo del smoking, sobresaliento mas de
una pulgada,
De sobremesa extraje los tres puros del bolsillo, los
examine detenidamente y escogi el que ma parecio de
mejor aspecto. Guarde con el mayor cuidado los otros
dos, encendi mi tabaco y empece a fumarlo con voluptuo-
sidad. Echaba mas humo que una chimenea y el maitre,
excelente persona, quien habia cruzado unas palabras
con nosotros, vino a la mesa a departir acerca del formi-
dable tabaco que yo fumaba.
- : ! Habano ! , - afirme categoricamente- , ! puro habano!
Y le obsequie con uno de los dos que me habia quedado ,
mientras el me hacia protestas de su gratitud por el valio-
so regalo. en una epoca aquel pais habia tenido un buen
intercambio mercantil con Cuba; pero despues nosotros
mismos lo habiamos destruido, imprudentemente , en
respectivos intereses economicos. El maitre habia podido
de vez en cuando saborear uno de nuestros tabacos mien-
tras existio ese comercio; pero por entonces ya no podia
hacerlo , porque le resultaba un lujo prohibitivo. El regalo
le resultaba doblemente valioso.
Al cabo de un rato pude observarle como en otras mesas
exibia su " corona " de " La Corona" muy orgulloso. Habla-
ba con delegados extranjeros, personajes de la politica na-
cinal y periodistas y el humo de mi tabaco venia a servir a
distancia como el punto de mira de los curiosos : ! yo era
el hombre que traia los buenos tabacos ; el que venia de
la tierra de los mejores tabacos del mundo !
Una hora mas tarde, en el bar, se me acerco un miembro
de la delegacion norteamericana , uno de los señores que
se suponia que no debian mezclarse mucho con nosotros,
y en seguida le reconoci; los dos habiamos sido profesores
de los cursos de verano de la Universidad de George Wasgin-
gton , en Washington , D. C. , años atras. Era el consejero
del Hon. Cordell Hull , secretario de Estado de los Estados
Unidos y jefe de la delegacion norteamericana. Se habia en-
terado de que yo estaba alli por el tabaco exhibido por el
"maitre" y habia decidido buscarme, " ? Usted fuma ?" , -
fue la primera pregunta. " ! Como no ! Pero nunca esos lu-
jos de corona", sino modestos cigarros de cinco centavos
supuestamente rellenos con hoja cubana....", - fue la res-
puesta...
Y alla fue el segundo cigarro , saboreado con placer por
el antiguo aigo. Cuando fui a dormir el tercer cigarro habia
encontrado nuevo dueño, agradecido por el regalo. A la
mañana siguiente, en la reunion del Comite de Iniciativas,
estaba yo armado de media docena de tabacos. El dia se
presentaba dificial y hasta existia la posibilidad de que tu-
viesemos que retirarnos los cubanos por la pobre acogida
que se nos habia dado. Mis "coronas" fueron distribuidad
a los periodistas argentinos, norteamericanos, brasileros
y uruguayos y se establecio de repente una subita cordia-
lidad hacia nosotros .
Mas reuniones y mas tabacos distribuidos . Banquetes y
bailes y mas tabacos distribuidos. Gran premio hipico;
decision del campeonato de futbol; funciones teatrales ;
visitas a los frigorificos y charlas a las horas de los cope-
tines... y mas tabacos distribuidos. En una semana la frial-
dad de los primeros dias habia desaparecido y se gerali-
zaba la opinion de que , no obstante lo que ocurria en
Cuba y a pesar de la mala prensa internacional que tenia-
mos , los delegados cubanos no eramos del todo malos...
Sobre todo, teniamos exelentes tabacos y los regalaba -
mos . Se anudaron muy utiles amistades con aquellos
tabacos y se ablandaron tambien voluntades recalcitran-
tes . Yo hasta logre que Mr. Hull se entrevistase privada-
mente conmigo , a pesar de que cubanos y norteameri-
canos no teniamos relaciones oficiales, y Mr. Hull no
tuvo inconveniente en dar una felicitacion y hasta las
gracias, publicamente , al doctor Giraudy , jefe de la
delegacion cubana. por el discurso inaugural de la con-
ferencia . Los periodistas se disputaban nuestras decla-
raciones y los funcionarios de la cancilleria nos miraban
con gran simpatia , ya que los tabacos les habian libra-
do de una embarazosa situacion de tirantez.
Cuando se reunio el Subcomite de Derechos y Deberes
de los Estados, para preparar la ponencia en contra de
la intervencion, de nuevo los tabacos cubanos hicieron
su papel de sumar criterios y establecer corrientes de
simpatias . El famoso - Convenio de Derechos y Debe-
res de los Estados fue de la subcomision al Comite de
Derecho Internacional de Estados Americanos envuelto
en el humo de los tabacos cubanos, y asi paso hasta
llegar a ser aprobado.
La conferencia se termino y regrese a Cuba haciendo
escalas Un dia bajamos a tierra en Santos, Brasil, y
la esposa del delegado panameño quiso pasar por la
Aduana un perrito que habia comprado en el otro pais
y que no tenia certificado de vacunacion . " ! Un chucho !
Y sin vacunar", protesto horrorizado el aduanero , negan-
dose a que desembarcase el perrito. En el bolsillo del
pañuelo me quedaba la ultima de las doscientas " coronas"
de " La Corona" . Estaba a punto de surgir un incidente
internacional y llame a un lado al aduanero , le hable de
la solidaridad americana, de los criterios de sanidad
imperantes en Panama y de otros temas que venian al
caso , y termine por ponerle en sus manos aquel tabaco
cubano que habia obrado maravillas en todas partes.....
Todo quedo arreglado en un momento y se consevo la
paz entre Brazil y Panama gracias a la influencia de una
"corona". El tabaco y la diplomacia van juntos y debieran
siempre estar juntos .
Tabacos
La Corona **
Fundado 1840
Vuelta Abajo
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