Biblioteca Virtual del Vaticano
CARTA AUTÓGRAFA DI MIGUEL ÁNGEL BUONARROTI
AL OBISPO DE CESENA
[Roma, enero de 1550]
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De papel, de 290 x 212 mm. En el dorso, por una mano de la época: † 1550, dì (sic) di gennaio. Di Michelagnolo Buonarruoti a monsignor di Cesena.
ASV, Segr. Stato, Principi, 16, f. 484r
Nacido el 6 de marzo de 1475 en Caprese, Casentino (Toscana), Miguel Ángel Buonarotti fue discípulo en Florencia del pintor Domenico Ghirlandaio. Tras un año pasó a la escuela de Giardino de S. Marco, fundada por Lorenzo de’ Medici, donde probablemente recibió su formación como escultor; durante una pelea escolar sufrió la rotura del tabique nasal: la deformación le produjo serias molestias durante toda la vida. En otoño de 1494, poco antes de la expulsión de los Medici, Miguel Ángel huyó de Florencia, dirigiéndose primero a Venecia y después a Bolonia. En 1495 volvió por un breve periodo de tempo a Florencia y poco después se trasladó a Roma, donde permaneció hasta el año 1500 (entre 1497 y 1498 se dirigió a las canteras de Carrara para elegir el mármol para la Piedad). El artista estuvo de nuevo en Florencia en los años 1501-1504, donde realizó la estatua de David, en Roma (1505-1506) y en Bolonia (1508). Al volver a la Ciudad Eterna, en sólo cuatro años (1509-1512) y sin ayudantes, Miguel Ángel pintó el techo de la Capilla Sixtina. De la intensa actividad artística de los años posteriores cabe destacar aquí el Juicio Universal (1536-1541), con el que el artista alcanzó la celebridad, y la reordenación urbanística de la plaza del Capitolio.
En 1547 Pablo III (1534-1549) confirió a Miguel Ángel el encargo de supervisar la construcción de S. Pedro, es decir, la continuación y finalización de la nueva basílica. «La empresa que afrontó y dirigió Miguel Ángel, ya anciano, tiene características sobrehumanas y sólo su alto idealismo alimentado por el más auténtico sentimiento religioso y apoyado por un gran sentido de la responsabilidad le permitió afrontar este gran compromiso». Miguel Ángel resolvió el problema de la cúpula para el cual una vez fallecido Bramante (1514) se discutían varios proyectos. El coste anual de las obras ascendía a aproximadamente 30.000 ducados y se calcula que desde el 1 de enero de 1547 hasta el 8 de mayo de 1551 se gastaron 121.544 ducados.
La carta de Miguel Ángel de enero de 1550 que aquí se reproduce, dirigida al obispo de Cesena, hace referencia a los problemas de carácter económico que el artista tuvo que afrontar tras la muerte de Pablo III el 10 de noviembre de 1549. El destinatario Cristoforo Spiriti, fue obispo de Cesena entre 1510 y 1556 (en 1550 obtuvo también el título de patriarca de Jerusalén); sin embargo, en 1545 se encargó el gobierno de la diócesis a su joven sobrino Giovanni Battista Spiriti (24 años), en calidad de coauditor con derecho de sucesión, el cual en el momento del nombramiento todavía estaba cursando sus estudios en Perusa. El anciano Cristoforo formaba parte del conjunto de amigos y protectores que fueron de gran ayuda espiritual y material para Miguel Ángel. Con él el artista tenía gran familiaridad porque era una persona de ánimo simple y generoso: Mons(ignio)re, io mi rachomando a Vostra S(ignio)ria e priego quella che mi dia aiuto e consiglio, come Suo Gratia à facto infinite volte, benché io nol meriti. E questo è che, esendo dopo la morte di Paolo restati i soprastanti della fabrica di Santo Pietro in decta fabrica a guardarla e a difender l’ammunitione [= materiales para las obras de arquitectura] e l’altre cose da’soldati, con pericolo della vita, circa tre mesi senza provigione nessuna, e per essere bisogniosi e non potere più star così, mi fanno intendere che, se io non proveggo a casi loro, che gli è lor forza abandon[ar] decta fabrica, onde ne potre
El artista, tras una corta enfermedad, murió en Roma el 18 de febrero de 1564; sus restos mortales fueron transportados a Florencia y sepultados en la iglesia de la Santa Croce.
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