Tuesday, January 26, 2010
Maria Zambrano Esencia y Hermosura by Jose Miguel Ullan
María Zambrano, la poesía de la filosofía
«Esencia y hermosura», con prólogo y selección de José-Miguel Ullán, rescata lo más granado de sus escritos
MANUEL DE LA FUENTE MADRID Actualizado Martes , 26-01-10 a las 18 : 01
Durante los últimos años de su vida, el poeta, crítico y ensayista José-Miguel Ullán, desaparecido el pasado mes de mayo, siguió apurando el vaso del saber en los textos de María Zambrano.
Y lo hizo en el amargo cáliz del exilio que ambos compartieron, y en las páginas de una amistad que nació en 1968, cuando Ullán era apenas un veinteañero y conoció a la pensadora en su residencia de las montañas del Jura, en compañía del también poeta José Ángel Valente.
Esa larga amistad y esos años de trabajo han dado el fruto, póstumo, pero magnífico fruto de «María Zambrano. Esencia y hermosura» (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores), una selección de escritos de la autora de «Filosofía y poesía», escogidos por el propio Ullán, quien es igualmente el autor del hermosísimo prólogo (inacabado, pero no imperfecto) que acompaña a la edición, que incluye veinte cartas (diecisiete inéditas) de Zambrano al pintor Juan Soriano.
El escritor José Luis Pardo glosó durante la presentación la figura de María Zambrano, mujer a la que no conoció personalmente, pero de la que recordó, «como hacen quienes sí lo hicieron, su palabra, su forma de hablar ante la que quedaron hechizados, presos de su encanto».
Su obra sigue siendo parcialmente ignorada tanto por el público como por los especialistas de prestigio
Clave en la historia del pensamiento
Pardo también comentó que la «inflación de datos sobre su vida, una vida que es una novela románticamente dramatizada, ha hecho que hasta ahora su obra no haya sido suficientemente atendida, y que sigamos preguntándonos qué demonios estuvo escribiendo en esos cuarenta y cinco años que pasó fuera de España. María Zambrano supo hacer de su condición de exiliada una ocasión para elevarse y trascender, pero digamos que su obra aún está en un relativo abandono, es una obra que en cierta manera sigue en el exilio».
Abandono que vendrá a remediar en gran medida la edición crítica de las obras completas de la pensadora, que tiene previsto comenzar Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores próximamente. Edición que vendrá a poner los puntos sobre las íes de una vida y una obra claves en la historia del pensamiento contemporáneo español. Ya que, como señala José Luis Pardo, «María Zambrano vive, entre nosotros, un extraño destino. Agasajada oficialmente, reconocida como escritora y como pensadora desde los poderes públicos, reivindicada desde signos políticos antagónicos, bandera del exilio republicano tanto como del feminismo y del catolicismo, la figura de su vida y peripecia ha llegado a imponerse públicamente con sus tintes dramáticos y sus flaquezas humanas, demasiado humanas, mientras su obra, sin embargo, sigue siendo parcialmente ignorada tanto por el público como por los especialistas de prestigio».
bio-
María Zambrano Alarcón (n. Vélez-Málaga,
España; 22 de abril de 1904 –
f. Madrid; 6 de febrero de 1991)
Filosofa y ensayista española.
Discípula de, Ortega y Gasset.
María Zambrano nace en Vélez-Málaga el 22 de abril de 1904, hija de Blas Zambrano García de Carabante y Araceli Alarcón Delgado, ambos maestros. En 1908 se traslada con su familia a Madrid, y vive concretamente en el n.º 8 de la calle Redondilla. Más tarde, en 1909, la familia se traslada a Segovia donde transcurre su adolescencia, a causa de que a su padre Blas, le habían otorgado la cátedra de Gramática Castellana en la Escuela Normal de Maestros de la ciudad, mientras María estudió en el Instituto de Segovia.
En Segovia su padre ingresa en la Agrupación Socialista Obrera, de la que será presidente, y además funda el periódico Segovia y la revista Castilla. El 21 de Abril de 1911 nace su hermana, Araceli Zambrano y en otoño de 1913 comienza los estudios de bachillerato en el Instituto de Segovia. Estos años que coinciden con la gran amistad de su padre, Blas Zambrano, con Antonio Machado, quién llega a Segovia el 2 de noviembre de 1919, para ocupar la plaza de Historia de la Literatura Española en el Instituto de Bachillerato. Se les solía ver a menudo, a don Blas y don Antonio Machado, en las tertulias del café La Unión.
En 1921 María se matricula por libre en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid, donde toda su familia se trasladaría en 1924, viviendo primero en la Plaza de los Carros y más tarde en la Plaza del Conde de Barajas. En 1927 asiste a las clases de J. Ortega y Gasset y de Xavier Zubiri en la Universidad Central de Madrid, completando así la carrera de Filosofía y asumiendo un papel de mediadora entre Ortega y algunos escritores jóvenes, como Sánchez Barbudo o José Antonio Maravall. En 1931 fue profesora auxiliar de la Cátedra de Metafísica en la Universidad Central, hasta el año 1936, aunque ya por esta época trabaja en la que va a ser su tesis doctoral “La salvación del individuo en Spinoza”. En 1933 publicó su primer ensayo, Por qué se escribe, en la Revista de Occidente, y más tarde colabora en otras revistas como Los cuatro vientos y Cruz y Raya.
Durante los años de la IIª República conoce y estrecha su amistad con Luis Cernuda, Rafael Dieste, Ramón Gaya, Miguel Hernández, Camilo José Cela o Arturo Serrano Plaja a través de las Misiones Pedagógicas y de otras iniciativas culturales. El 14 de septiembre de 1936 María contrae matrimonio con el historiador Alfonso Rodríguez Aldave, marchándose poco tiempo después a Chile, donde éste había sido nombrado secretario de la Embajada de España. Haciendo escala en La Habana, conoce allí a José Lezama Lima y pronuncia una conferencia sobre Ortega y Gasset. Fue en 1937, el mismo día en que cae la ciudad de Bilbao, cuando María Zambrano y su marido regresan a España; a la pregunta de por qué vuelven si la guerra está perdida, responderán “por eso”. Colabora en la defensa de la República y es nombrada Consejera de Propaganda y Consejera Nacional de la Infancia Evacuada.
El 29 de Octubre de 1938 muere su padre, Blas Zambrano, al que Antonio Machado dedica un capítulo de su Mairena Póstumo.
Hasta el día de su salida camino del exilio, María Zambrano reside sucesivamente en Valencia y Barcelona. Su marido se incorpora al ejército, y colaborará en defensa de la República como Consejero de Propaganda y Consejero Nacional de la Infancia Evacuada. El 28 de enero de 1939 María cruza la frontera francesa, camino del exilio y en compañía de su madre, Araceli Alarcón, su hermana Araceli y el marido de ésta. Tras unas breves estancias en París y Nueva York se dirige a La Habana, donde reencuentra a Lezama Lima y es invitada como profesora de la Universidad y del Instituto de Altos Estudios e Investigaciones Científicas. De La Habana se dirige a México, donde es nombrada también profesora en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo de Morelia, (Michoacán). En 1943 y 1944 dicta cursos en el Dto. de Estudios Hispánicos de la Univ. de San Juan de Puerto Rico, así como en la Asociación de Mujeres Graduadas. Igualmente conferencia en la Asamblea de Profesores de Univ. en el exilio (La Habana).
En septiembre de 1946 viaja desde La Habana a París con motivo del fallecimiento de su madre, permaneciendo en esta ciudad y en esos duros años de postguerra hasta el 1 de enero de 1949. Desde esta fecha se traslada a La Habana, donde vivirá hasta 1953, impartiendo conferencias, cursos y clases particulares. Vuelve a Europa y se instala en Roma hasta 1964, relacionándose con intelectuales italianos como Elena Croce, Elémire Zolla y Victoria Guerrini, y españoles como Ramón Gaya, Diego de Mesa, Enrique de Rivas, Rafael Alberti y Jorge Guillén. Este mismo año se sitúa en la vieja casa de La Piéce, junto al bosque del Jura francés, lugar que entronca con su libro “Claros del bosque”.
Con el artículo de J.L. Aranguren “Los sueños de María Zambrano” (Revista de Occidente, feb. 1966) se inicia un lento reconocimiento en España de su obra. Todo el año 1973 lo pasa en Roma y de 1974 a 1978 vuelve a residir en La Piéce escribiendo “Claros del bosque” y manteniendo una intensa correspondencia con Agustín Andreu. El deterioro de su salud física es constante cuando en 1978 se traslada a Ferney-Voltaire, donde permanece dos años, hasta que en 1980 se traslada a Ginebra. En ese año, a propuesta de la colonia asturiana en Ginebra, es nombrada Hija Adoptiva del Principado de Asturias, lo que constituyó su primer reconocimiento oficial.
Placa conmemorativa en la última casa de María Zambrano.
En 1981 es recompensada con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, a su vez el ayuntamiento de Vélez-Málaga, su ciudad natal, la nombra Hija Predilecta. Al año siguiente, el 19 de diciembre, la Junta de Gobierno de la Universidad de Málaga acuerda su nombramiento como Doctora honoris causa. El 20 de noviembre de 1984 María Zambrano pisa de nuevo suelo español y se instala en Madrid, desde donde salió en pocas ocasiones. En esta última etapa la actividad intelectual será incansable, siendo nombrada Hija Predilecta de Andalucía el 28 de febrero de 1985. Después, en 1987, se constituye en Vélez-Málaga la Fundación que lleva su nombre, y en 1989 se le concede el Premio Cervantes.
El 6 de febrero de 1991, María fallece en Madrid, siendo enterrada en su ciudad natal.
No obstante seguirá recibiendo reconocimientos sociales, como el de “Hija Predilecta de la Provincia de Málaga” el 25 de abril de 2002. El 27 de noviembre de 2006 el Ministerio de Fomento bautizó con su nombre la estación central de ferrocarril de Málaga. En 2008 se botó el buque remolcador de Salvamento Marítimo BS-22 María Zambrano, en su honor.
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