Friday, January 8, 2010
Antonio Tejero
reconstruccion del 23 F
Antonio Tejero Molina
(Alhaurín el Grande, Málaga, 1932)
Antonio Tejero ex teniente coronel de la Guardia Civil. Fue uno de los principales cabecillas del golpe de Estado fallido del 23 de febrero de 1981 en España, popularmente conocido como 23-F.
1 Carrera militar
2 Operación Galaxia
3 Asalto al Congreso de los Diputados
4 Procesamiento y vida posterior
5 Solidaridad Española
6 Notas y bibliografía
7 Enlaces externos
Carrera militar
Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Guipúzcoa, donde fue arrestado en tres ocasiones:1 La primera por discrepar con el ministro Rodolfo Martín Villa en relación con la retirada de la Benemérita de todos los lugares mayores de veinte mil habitantes; la segunda por negarse a arrestar a dos guardias civiles que habían detenido al jefe del comando de la ORT y la tercera por pedir instrucciones sobre los honores que debía dispensar a la bandera vasca. Este último supuso su traslado a la ciudad de Málaga donde fue nuevamente sancionado:
«... con motivo del entierro de un guardia civil, hijo de Málaga, muerto en Barcelona, se me ordenó que el entierro fuera a la hora de comer, en una furgoneta y por las calles menos transitadas. Y por mi orden, el cadáver del guardia civil salió a las doce de la mañana, a pie y por las principales calles y a hombros de su teniente coronel y otros compañeros...»
Operación Galaxia
Procesado en el año 1979
Tejero fue acusado de un intento de golpe de Estado conocido como Operación Galaxia. Por este hecho fue condenado a siete meses de cárcel.
«...Muchos enigmas envuelve también la conducta del comandante Cortina, no sólo por lo que se refiere a su actuación en los días que precedieron al 23-F y ese mismo día, sino por lo que afecta a la conducta del CESID en los meses que precedieron a esta fecha. Y es que hay cosas que no encajan, que son incomprensibles. Una de ellas, la principal, creo yo, tratándose de un servicio de información, es que no estuviesen vigilados -¿o sí lo estaban?- los pasos del teniente coronel Tejero después de la llamada Operación Galaxia ; y que pasara inadvertida para el CESID toda la actividad desplegada por el mismo, y los correspondientes encuentros con Armada y Cortina. ¿No es también muy raro?...» 3
En una carta abierta al rey Juan Carlos I publicada en el periódico El Imparcial con anterioridad al 23-F argumentó que "...en el proyecto de Constitución hay demasiadas banderas haciendo sombra a la única y en este proyecto no van incluidos algunos valores por los que creemos vale la pena arriesgar nuestras vidas. En él no están nuestros muertos".
Asalto al Congreso de los Diputados
23 de febrero 1981
La tarde del 23-F, al mando de unos 200 guardias civiles asaltó el Congreso de los Diputados, que en esos momentos celebraba la sesión de investidura como presidente del gobierno de Leopoldo Calvo-Sotelo. Secuestró a todos los diputados hasta las 10 de la mañana del 24 de febrero de 1981, cuando se entregó al fracasar el intento de golpe de Estado.
En principio Tejero pensaba apoyar, con la toma del Congreso, el objetivo de ayudar al general Alfonso Armada a tomar el poder como presidente de un Gobierno de salvación nacional pero cuando este último le comunicó sus planes de que en dicho gobierno hubiera representantes de todos los partidos (incluidos socialistas, comunistas y nacionalistas), se sublevó contra su superior y continuó actuando por su cuenta.
«...Posteriormente, sobre las 23:50 horas del día 23 de febrero de 1981, entró en el Congreso de los Diputados el general Armada, y ordenó al teniente coronel Tejero que retirase las tropas del hemiciclo, porque se iba a dirigir a los diputados para presentarles una oferta política de un gobierno presidido por él. Cuando ambos se encaminaba al salón de sesiones, el teniente coronel Tejero preguntó al general Armada si el teniente general Milans del Bosch formaría parte del gobierno y qué tipo de medidas se adoptarían contra el separatismo y el terrorismo, y como la respuesta del general Armada sobre la posible composición del gobierno no fue de la satisfacción del teniente coronel Tejero, éste impidió al general Armada la entrada en el hemiciclo...» 4
Procesamiento y vida posterior
Fue procesado y condenado a 30 años de cárcel, permaneciendo inicialmente en la prisión militar del Castillo de la Palma en Ferrol, y posteriormente en el Castillo de San Fernando en Figueras y en Alcalá de Henares. En septiembre de 1993 logró el tercer grado, saliendo en libertad condicional el 3 de diciembre de 1996, siendo el último de los procesados del 23-F en salir de prisión.5 Desde el 17 de septiembre de 1993 ya disfrutaba de régimen abierto.
En prisión desarrolló afición por la pintura (llegando a venderse cuadros suyos), escribió sus memorias, aprendió idiomas y cursó la carrera de Geografía e Historia.
Apartado y expulsado de la Guardia Civil, no se ha vuelto a pronunciar sobre los episodios del 23-F, en la actualidad vive entre Madrid y su apartamento en Torre del Mar (Vélez-Málaga). Está casado, tiene seis hijos y dedica la mayor parte del tiempo a su afición a la pintura. Su única señal de vida pública fue carta al director del diario Melilla Hoy criticando el estatuto de Cataluña,6 en 2006.7
Solidaridad Española
En 1982 organizó desde la cárcel un partido político de extrema derecha para presentarse a las elecciones generales,
Solidaridad Española,
Prensa ABC 1983
Los recursos del 23-F
El defensor de Antonio Tejero insiste en que deben aplicarse las eximentes de obediencia debida y de estado de necesidad
López Montero aludió en su alegato a la tesis de que el 23-F obedeció a un "impulso regio"
FERRÁN SALES, - Madrid - 08/04/1983
Una exaltación de la disciplina y de la obediencia debida, un análisis de la situación de España a través de diversas memorias de la Fiscalía, más un ataque directo, contundente y reiterativo a los medios de información -"demasiado se ha escrito ya sobre el 23-F"- y una alusión al "impulso regio" fueron los pilares fundamentales en torno a los cuales giró la intervención del letrado Angel López Montero, defensor del teniente coronel Antonio Tejero Molina, en la sesión de ayer de la vista del recurso de casación de la sentencia dictada por el Consejo Supremo de Justicia Militar sobre la intentona golpista.En la sala de plenos del Tribunal Supremo se esperaba con cierta expectación la intervención del letrado Ángel López Montero, defensor de Tejero Molina. Este letrado, considerado como un profesional de dilatada experiencia asumió la defensa del teniente coronel Tejero Molina desde el pri mer momento del procedimiento judicial, llegando incluso a hacerlo mas allá de los limites estricta mentes judiciales, ya que con ocasión de las últimas elecciones legislativas fue promotor del partido Solidaridad Española, cuyo presidente era el propio procesado.
Varios abogados acusan al fiscal de tergiversar el relato probado de los hechos
La intervención de López Mo tero llegó ayer hacia la tiña del mediodia, después de un corto receso, en medio de un estricto silencio y mientras la esposa y los hijos del teniente coronel de la Guardia Civil ocupaban los primeros bancos de la sala, los más cercanos a la puerta. Muy cerca estaban también sentados el ultra Mariano Sánchez Covisa y el teniente José Núñez Ruano.
La intervención del letrado estuvo intercalada por numerosos elogios dirigidos a la administración de justicia y a los miembros del Tribunal Supremo. Llegó el letrado incluso a asegurar que las sentencias del alto organismo eran leídas por los alumnos de arte dramático en una de las pruebas más decisivas de su carrera profesional. Pero no fue el único elogio a la administración de justicia y a la labor del Supremo, ya, que mientras aseguraba que "todo el mundo había enjuiciado el 23-F, incluso desde el poder legislativo y'el ejecutivo", recalcaba, sin embargo, que la Administración de justicia se había mantenido al margen de la polémica.
"Se asegura que cuando la política entra por la puerta la justicia sale por la ventana, pero no es éste el caso de esta sala, ya que por la puerta únicamente entra el público", aseguró en otro de los mornentos el letrado, al rechazar la afirmaciones realizadas por el fiscal en la sesión anterior asegurando que tras aquel recurso judicial había un contenido político.
Pero por encima de todas estas alusiones a la justicia, a los magistrados y al Supremo, permanentemente planeó sobre la sala, y a través de nueve motivos de casación de la sentencia, una exaltación de la obediencia debida que había sido cumplida por el procesado con verdadera disciplina y que fundamenta, según el letrado, la aplicación de la eximente.
Aseguró el abogado que Tejero Molina cumplió el 23-F en el Congreso las órdenes "sin mirar si eran lícitas o ilícitas", pensando que emanaban del capitán general Milans del Bosch y del propio Rey, y sin posibilidad alguna de poderlo confirmar personalmente. Añadió que a Antonio Tejero Molina se le había dado la orden de entrar en el Congreso, y eso hizo. "Aquí no ha habido vencedores ni vencidos. Aquí no ha habido rebelión. Aquí lo único que ha habido son unas órdenes de entrada y de salida", señaló el abogado en otro momento de su intervención, minimizando la entrada en el Congreso.
Las atenuantes de estado de necesidad social y los móviles patrióticos fueron también esgrimidos por el defensor de Tejero Molina con la lectura de diversos párrafos de las memorias de las fiscalías de de Vitoria y de San Sebastián.
Leyó textos apocalípticos en los que se, hablaba de calles vacías, de temor de los ciudadanos a abrir las puertas, de la desconfianza hacia la administración de justicia, de comunidades españolas que eran tratadas como viles extranjeros, de las ofensivas terroristas y de ese incremento de la delincuencia cifrado en un 85,59%, según la memoria del fiscal general del Estado de septiembre de 1979.
En este contexto dibujado por el abojado López Montero se produjo ese intento de "reconducción" -un eufemismo que fue reiteradamente utilizado en la sala ayer por la mañana- y gon el que se intentaba "volver al Estado de derecho". Este estado de necesidad, junto con el amor patrio, fueron los motivos que justifitaron la acción de Tejero, según su letrado defensor, y que debieran de fundamentar la aplicación de la atenuante en la pena dictada por el Código de Justicia Militar.
Los secretos de la historia
Habló López Montero de los "secretos de Estado" que no permitían tener un conocimiento verdadero de los hechos y que provocaban una disociación entre el juicio histórico y el legal. Entre líneay, desde los primeros bancos del público se empezó a palpar la teoría del "impulso regio", según la cual la acción del 23-F fue realizada por orden del Rey y a través del general de división Alfonso Armada. Así, sin estridencias, sólo con alusiones, se volvió a pintar sin espray, pero con trazo firme, el eslogan de "El Rey lo sabía".
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