Un hogar que visitaba Marti y que fue la primera casa cu-
bana de Nueva York a donde fui yo invitada , era la de Rita
Tamayo viuda de Portuondo . Quedo viuda muy joven con
cinco hijos varones y una niña . Fue una madre heroica ,
una matrona ejemplar. La recuerdo como dechado de
bondad , con su cabeza prematuramente encanecida,
sus lindos ojos claros y su dulce sonriza.
Ventura , estudiante de medicina, robaba tiempo a sus
libros par ir de noche a enseñar a los pobres de la Liga
y ayudar a Marti en esa obra humanitaria ; Rafael estudia-
ba Leyes , a la sazon den Barcelona; Pepe y Juan Miguel
eran jovenes escolares, mas tarde ingenieros, y Antonio,
un preciosos niño de ojos azules fue arrebatado al cari-
ño de su pobre madre por la violenta y traicionera enfer-
medad a los doce años de edad.
Desde las ventanas de la casa de Portuondo presencie,
con Luis , Adelaida y Mari , el desfile de los funerales del
general Grant que Marti descrisbio tan magistralmente
en su conocido ensayo sobre ese presidente de los EU.
Intimo de los Portuondos era un primo de Luis , Vicente
Mestre y Amabile , cubano , ex- oficial de la marina espa-
ñola , condecorado por actos de heroismo en un famoso
naufragio . Renuncio a su carrera en cuanto estallo la
Revolucion de Yara, uniendose a sus compatriotas en la
manigua .Era muy simpatico y decidor.
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