A mi madre
No fuistes una mujer, sino una santa
que murio de dar vida a un desdichado,
pues sali de tu seno delicado.
como sale una espina de una planta.
Hoy que tu dulce imagen se levanta
del fondo de mi lobrego pasado,
el llanto esta a mis ojos asomado,
los sollozos comprimen mi garganta.
y aunque yazgas troncada en polvo yerto,
si ofrecerme bienhechor arrimo,
como quieras que estes siempre te adoro,
porque me dice el corazon que has muerto
por no oirme gemir, como ahora gimo,
por no verme llorar, como ahora lloro.
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