Monday, April 20, 2009

Olga Andreu " El Encuentro" Tomas Gutierrez Alea


" El Encuentro "
by Olga Andreu
..... Tomas Gutierrez Alea

La frialdad de la mesa de marmol del bar
oscuro me gustaba. Penetraba en mi una
sensacion de fala de calor y muerte que
me exitaba a ratos. Mis brazos se deses-
peraban . Esta mesa seca, limpia sin gotas
de aguas, termianria por desconsolarme.
Las celosias parecian abarcarlo todo. Nos
rodeaban enrejados de buganbilias roji-
zas , amarillentas....La tarde se hacia noche
quietamente . solo los ruidos de los vasos
y las botellas y los pasos de los camereros
que frotaban con sus pañoa las mesas y el
ruido de la caja contadora le daban realidad
a aquel lugar extrañado.
Mientras el me acariciaba , yo me sentia con-
tenta porque todo habia ocurrido casualmente,
como esas situaciones en que no se razona ni
se desea descubrir que esta ocurriendo. Tal vez
al mediodia yo habia pensado pasear sin hacer
nada. Caminar lentamente por la acera de pinos
mirando los hierros que rodean la casa con el
nombre de la dueña y el año en que se hizo .
Pero lo encontre caminando por aquella calle
ancha que da al rio. Y senti amor por un momento,
y quise acariciarlo y ver como reiria . Sus manos
indicaban que nunca habia trabajado.
La luz se hacia cada vez mas tenue y desaparecia .
Supimos que era la noche y nos marchamos.
Y asi, ahora estamos solos en el portal de la bodega
bajo la llovizna de invierno, esperando y tratando de
llegar a casa de un amigo para oir musica. Nos besa-
mos en los ojos, en las manos.
Y en el portal comenzaba un frio seco que yo sentia
que lo dañaba . A las siete de la noche todo esta tran-
quilo . La gente regresa del trabajo. y se encierra en su
casa, y come y conversa sobre lo que le ha ocurrido du-
rante el dia. Pero a nosotros no nos importaba. Queria-
mos estar unidos hasta que cesara la llovizna. Y luego
que la gente comenzara a abandonar sus casas y a mi-
rarnos extrañados de el abrigo que el llevaba. Y de que
yo lo acaricaira.
La casa estaba totalmente vacia . Ni ruidos , ni sombras,
parecia estar deshabitada. En el interior la silla de mimbre
estaba junto al tocadisco. Habia una lampara de cristales
abombados colgada en medio de la sala que no indicaba
nada. Encendio una luz y pude verlo todo: la estera de
periodicos , la plancha de zinc junto a la puerta , dos pe-
lotas de colores, separadas. Habia una luz , sobre una
esquina que debia iluminar algo que no estaba.
De buenas a primeras aparecia un gran vacio iluminado
y despues a oscuras cosas importantes : un maniqui, un
reloj de arena , el caballo de madera.
Le quite el abrigo y lo deje en el suelo. El lo miraba con
ternura .Era su unico abrigo. buscamos los discos y no es-
taban . Era terrible pensar que se acabaria la noche sin
oirlos.
Comence a mirar tratando de alentarlo , y empezo el a
buscarlos otra vez.
Crei que el vitral de la ventana ya lo habia visto en otra
casa. Abri una puerta y una luz casi blanca nos cubrio de
pronto.
Caminamos solos largo rato y nos sumergimos en una
oscuridad que no esperabamos.
Mas vitrales , mas vitrales y ventanas de largas persianas
nos rodeaban , y se abrian . Era el fresco de una noche en
que la llovizna ya ha cesado, En esa habitacion podria es-
tar los Brandenburgos. Comenzamos a buscarlos como si
ya no lo hubieramos inventado. Los balcones se habian
humedecidos con la lluvia. La frialdad va ha hacerle daño
yo pensaba.
_ Pero si esta habitacion esta vacia - le dije.
- No importa . Tienen que estar en algun sitio.
Era hermoso verlo caminar desesperado.
Un rato despues comence a a escuchar la musica muy lejos.
Me dijo:
- Son seis . Ahora empiezan.
Nos acostamos lentamene en el suelo de madera. Las corti-
nas se movian y nos salpicaban. Nos abrazamos sin compren-
der lo que ocurria.
Los balcones comenzaroa a cerrarse . Un aire sofocante empezo a
cubrirlo todo.
- Va a comenzar a llover. Mira, se han cerrado los balcones.
Ahora, en este encierro total , la musica lo llena todo.
Nos quedamos tranquilos , sosegados, durante horas y horas
sin que llegara la mañana.

No comments: