Thursday, July 3, 2014


La Habana 20 de noviembre de 1930

Un dia, como siempre , andabamos desnu-
dos por la cubierta de " El Relampago de
los Mares", para tirarnos por las bordas
y subir corriendo , nos vieron desde la
Capitania del Puerto y vino volando una
lancha con dos policias para "cargar"
con nosotros.........
Sin embargo, esta vez nos perdonaron ,
porque yo les eche un discurso diciendo-
les que otros muchachos nos habian lle-
vado la ropa a Regla y que " seguro , se-
guro" no nos la iban a traer hasta por la
tarde , asi es que si querian " cargar con
nosotros" , no les quedaba mas remedio
que llevarnos en cueros....Y se fueron
diciendo que eramos unos "mataperros".
que ya los teniamos " muy cansados", y
que si no sabiamos que alli habia muchos
tiburones y mantas...

Otro dia , como el Polaco no sabia nadar,
se nos ocurrio amarrarlo por la cintura
con una soga y traerlo a remolque, mien-
tras chapoteaba igual que un gato , pudien-
do apenas sacar la cabeza del agua turbia
de la ensenada....Y nosotros nos reia---
mos....Pero de pronto , la soga se solto
y Garcia se hundio para salir en seguida
con la cara y las manos desesperadas,gri-
tando: " Me aho....go ....Me...a....ho...go.."
Cada vez salia con mas trabajo, y se fue
al fondo , de puro cansancio, y lo tuvi-
mos que izar como un bulto , como un
gran sabalo pescado....Se tiro en el bote
y se puso a vomitar,,,,Luego nos mento
la madre a todos....

! Caballeros, pero cuanta cosa hay que
contar!....
! Cuando nos ibamos a Cojimar , y mas
alla, y se nos hacia la noche remando, y
volviamos a obscuras, oyendo la respira-
cion ancha del mar en las rocas de la cos-
ta!...

! Las veces que nos metiamos por el gran
maja dormido del rio, que se iba llenando
de silencio cada vez mas adentro...De un
silencio tal , que los gritos que dabamos,
entre los grandes paredones arborecidos
que custodiaban las margenes , eran como
peces que saltaban del agua y huian por
el aire, rio abajo, rio arriba....Huian junto
con las  auras negras, las garzas lentas y
con caraicas  unica que paso una vez....!

! El desembarco en las playas ! ! La lucha
con la resaca y con las rompientes , para
que no se estropeara el bote de Pim Pam!...
Luego , ! las carreras por la " Playa de los
Tarahumaras !....! El avance trabajoso por
entre los residuos de las basuras de La
Habana, que la Corriente del Golfo echa
contra la costa, y sobre los que las tiño-
sas repulsivas se atreven a descender
bamboleandose sobre las olas , como
habiles marineros en balsas pequeñas!...

!Y cuando decidimos , una tarde , irnos
en bote hasta Cayo Hueso, porque unos
mambises lo habian hecho una vez...Y
a la hora de estar al remo, horizonte alla,
subiendo y bajando por la cordillera de
las olas , pensamos que " como nos la
ibamoa a arreglar con los aduaneros ame-
ricanos , sin saber ingles" !

! Cuanta cosa que se queda ahogada entre
tanto recuerdo del mar!....

Bien, yo creo que ya lo dije antes. Armando
le cogio el gusto a venir con nosotros los
domingos por la mañana , cuando su ma-
ma no estaba muy mala, porque  los domin-
gos , como decia con pena, " no tenia tra-
bajo en la fabrica".

Auque parezca mentira, se las entendia en
el mar mejor que nosotros; preparaba siem-
pre la sogas de manera que durasen mas
y que fuesen mas fuertes; si se partia un
remo , con el que aun teniamos , podia llegar
facilmente a la orilla; y , aunque era menos
fuerte que todos los del grupo, remaba mejor,
y el bote se deslizaba por el agua sin esfuer-
zo cuando Armando cogia los remos.....A
nosotros nos preocupaba eso un poco, y al
fin yo consegui unas explicaciones absoluta-
mente cientificas del fenomeno, comparan-
do esto del remar, con los boxeadores que
tienen punch y con los pitchers que lanzan
la pelota como cañonazos , no obstante ser
flacos muchas veces. Todos aprobaron mi
tesis , y Armando se rio con solo dos risas
pequeñas.

Sabia tambien manejar la vela , y la cachu-
chita de nosotros , en las mañanas de vien-
to alborotado, era como una paloma sobre
la bahia ...Una paloma que se pusiera a
bailar el minue sobre las olas, mientras no-
sotros nos poniamos mas contentos que no
se que , y el Polaco pestañeaba , como el
timbre de un despertador, a cada viaje vio-
lento que metia un golpe de agua en el bote...

! Aquella mañana ....La mañana aquella
era de esas mañana en que hay sol esplen-
dido y fuerte, y al mismo tiempo hace frio.

Era de esas con que terminan los "nortes",
cuando ya las olas, en La Habana, no saltan
al galope sobre el malecon, como una impe-
tuosa carrera de caballos balnco, pero que
todavia al estallar contra el muro, se revien-
tan en millones de alfileritos salados, y la
gente extraña y los chiquitos incorregibles,
se dan gusto paseandose junto al conten
para salpicarse....

Era una de esas mañanas en las que uno,
por mucho que reme, no suda , pero siente
calentarse la piel bajo el sol ardiente....

! Ya tanta luz!.... Y el mar alegre , y azul
mientras una nube blanca y gorda, como
una galleguita , pasa aprisa por el cielo de
la bahia!....

Ya nosotros habiamos estado bajo los mue-
lles , donde el agua no deja nunca de hacer
plaf-plaf....plaf-plaf....contra los espigo-
gones que rechinan ...mueve las lanchas pe-
queñas ; hace gemir las bordas , pone tiran-
tes los cables, como las cuerdas flojas de los
circos.....

Ya tambien habiamos estado en "El Relam-
pago de los Mares", y nos habiamos zambu-
llido las mismas hoyas que hay al pie de la
Cabaña donde dicen que duermen los tibu-
rones.....

Ya habiamos remado hasta la ensenada
de Guanabacoa, donde exisitia una enorme
cantidad de pilotes de cemento tan bien
acostados, como si fueran a dormir alli
muchos años .....Parecian los ataudes de
piedra de un millar de postes de telegrafos,
muertos por el viento de la tempestad....

Ya habamos bromeado con el marinero noru-
ego de un barco ingles, que se estaba comien-
do un platano con las manos, y que cuando
Roberto le grito , reindose; " Saramanvich,
americano" ,,,,nos tiro las cascaras, que le
dieron a Garcia, poniendolo furioso.

Ya todo lo habiamos visto en una inspeccion
general , cuando de pronto, enorme y negro,
anclado en la mitad del puerto, el " Espagne"
grito con su gran voz de bajo:

MHMHMHMH.............MHMHMHM....MHMHM
MHMHMH....

"Corre, que se va el frances!" ..grite yo,
y nos pusimos a remar desesperadamente.

Pero el frances no se iba . Solo estaba virando
para acercarse al espigon y atracar.

Viraba lleno de majestad, con mucha rapidez
para su tamaño , y al mismo tiempo recogia
el ancla, que empezaba a salir llena de fango...
Cuando volvimos la cabeza un momento para
verlo, la gente se apiñaba a las bordas. Me
acuerdo que vi un oficial , todo vestido de blan-
co , con una gorra blanca.
Y Roberto y yo , levantando la boga hasta lo
ultimo , haciamos avanzar la :cachuchita" como
si fuera un buen caballo troton......

! A cojer el oleaje!...grite!...........

Ya el " Espagne " estaba cerca , y entonces
fue que el oficial empezo a gritar . Armando
dijo con su voz gruesa: "Cuidado con la propela!"

! Que cuidado ni cuidado ! ! A coger el oleje!....
Y hundimos los remos en el agua.

A la tercera boga , como ya la marejada era tan
fuerte y desigual , cogi " un cangrejo" fallando y
con todo el impulso que llevaba me fui de espal-
das violentamente ; di en el costado del bote y,
perdiendo el equilibrio , me cai al mar.... En el
agua , con la espalda rota, lo vi todo, espantado....

Como Roberto hizo su boga con todo vigor y
yo no, la chachucha se desvio con violencia....
Ademas, el " Espagne " estaba virando.....El bote
entro de lleno en el remolino poderoso del agua
hecho por la helice , y si fuerza ya para dominar-
lo se precipito hacia el....Un clamor inmenso se
asomo a las bordas y el oficial vestido de blanco
gritaba desesperado hacia no se quien , con la
gorra en la mano.....

Los periodicos lo relataron todo con un letrero
que decia: " Espantosa tragedia ensta mañana
en el puerto."

Pero yo jamas podre olvidar aquellos segundos
en que todo el fuego de mi vida se apago, como
si solo fuera un pedazo de leña encendida que
cayera al agua....

Yo no puedo recordar sin estremecerme, aque-
llos segundos gigantescos, cuando Roberto , con
su tremendo vigor , agarrado por Garcia que se
ahogaba , luchando brutalmente por despren-
derselo y salir del remolino de la helice.

Ni tampoco las voces continuas de Martinez,
que se tiro con tiempo del bote y subia y baja-
ba en el oleaje , para gritarme a cada ascension
que huyera pronto del remolino de la propela ...
! Aleman , la propela! .....!La propela , Aleman!..

Y es mas imposible aun que yo olvide
aquella espantosa lucha de los brazos flacos
y amarillos de Armando , que nadaba deses-
peradamente por escapar, mientras todo el
pasaje de popa gritaba, y se asomaban los ma-
rineros por las ventanillas redondas del casco
negro , diciendo cosas en frances....Pero el habia
caido mas cerca que ninguno , y al fin un golpe
de mar empujo el bote y este a el , y la helice
como un pulpo , lo atrajo , lo enredo, y le dio
dos vueltas de hierro mortal dentro del agua,,,

! Yo lo vi salir las dos veces fuera!..........
! Yo lo vi !...Y a la tercera , cuando paro la ma-
quina de pronto, y parte de la helice quedo arri-
ba chorreando agua y el....! Yo lo vi !....! Yo lo vi!..
Ya tenia la cara tranquila y cansada ,,,,Y se cayo
muerto al mar, como una gota de agua!....

! Cuanto detalle se apresa en un segundo de
angustia ! Al mismo tiempo que Armando caia
al mar, desde lo alto de la paleta de la helice ,
yo vi como Roberto , vencido por la desespe-
racion de Garcia que se ahogaba , era arrastra-
do al fondo y sacaba las manos del agua...

Y vi tambien como yo me hunida, muerto,
con los brazos hacia atras...mientras varios
hombres , desde lo alto del trasatlantico, se
caian despacio...se descolgaban entre gritos
lejanos e inmensos....

En la Capitania se agolpaban la gente...
Cien caras y mil ojos me veian los ojos

Nosotros no pudimos ir al entierro de Arman-
do , ni al de su mama, que se murio llorando,
" poco a poco y muy pronto", segun nos conto
Ma cuando lo supo todo.

Alla estan , en el cementerio de Regla , a
donde todo el pueblo los llevo conmovido,
y que se ve desde lo alto de las lomas peladas,
como un huerto de arbolitos blancos.....


La Habana 1930